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miércoles, 11 de mayo de 2016

La caída de la población y la productividad hunden el potencial de crecimiento

La caída de la población y la productividad hunden el potencial de crecimiento

La economía ha dejado atrás la recesión. Pero los viejos problemas, como la demografía y la productividad, subsisten. Ambas variables han hundido el potencial de crecimiento

Foto: EFE.


Puede parecer una paradoja, y, en realidad, lo es. La baja productividad de la economía española y el descenso de la población -2013 fue el primer año de la serie histórica en que cayó en tasa interanual- están provocando una intensa ralentización del potencial de crecimiento económico, pero, al mismo tiempo, ha comenzado a tener efectos 'positivos' sobre el desempleo.

¿La causa? El número de personas en edad de trabajar, que lejos de aumentar (lo que elevaría el potencial de crecimiento de la economía), continúa reduciéndose, lo que explica en parte -además de la creación de puestos de trabajo- el descenso de la población activa. Y, por lo tanto, de la tasa de paro.



Un reciente informe del Banco de España muestra, en concreto, que el potencial de aumento del producto interior bruto se situará en los próximos años en el entorno del 1%. Es decir, la tercera parte de lo que avanzó en promedio anual entre 1983 y 2007 (último año sin crisis). Pero si en los años ochenta la productividad fue “la principal fuente del crecimiento”, en las décadas posteriores ese efecto se trasladó a la población, en particular la de origen inmigrante.

Ahora, por el contrario, ni la productividad ni la población ayudan a ensanchar el potencial de crecimiento de la economía, lo que explica las sombras que ha dibujado sobre el futuro un estudio presentado este martes por la patronal CEOE. Según ese estudio, a corto plazo las dinámicas de población favorecerán la caída del desempleo, pero en el medio y largo plazo apuntan a cambios socioeconómicos llenos de “dudas e incertidumbres”.



Sobre todo teniendo en cuenta la baja productividad de la economía. El último informe de la Comisión Europea sobre España recuerda al Gobierno que el bajo crecimiento potencial “amplifica los riesgos derivados de los desequilibrios macroeconómicos”. Y lo achaca a la dinámica de “escasa productividad”. La receta que propone es reducir la tasa de desempleo estructural (ajena al ciclo económico).

Como recuerda el Banco de España, el crecimiento del producto potencial es una de las variables fundamentales en la economía, ya que eso permite conocer la posición cíclica o la orientación de la política fiscal, tal y como exigen las normas de Bruselas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Y lo que ha sucedió en los últimos años de la crisis fue que el crecimiento potencial se desplomó hasta situarse por debajo del 1%, cuando en los 25 años anteriores llegó al 3% de media anual.


El crecimiento potencial, como se sabe, no es una variable observable, sino que tiene que ser estimada, y de ahí la importancia de este tipo de estudios. El Banco de España estima, en concreto, que el crecimiento potencial de la economía avanzará este año en apenas un 0,7%.
Productividad y crecimiento

El esfuerzo en capital aportará tres décimas, y siete la productividad total de los factores (PTF), mientras que el empleo (creado por razones cícliclas) detraerá tres décimas. Los autores del estudio calculan, igualmente, que el 'output gap' o brecha de crecimiento (la diferencia entre el PIB observado y el potencial estimado) se situará en -1,2%. Es decir, que la brecha sigue siendo negativa.



Como refleja el estudio, la crisis económica ha tenido un impacto negativo significativo sobre el 'output' potencial, que se habría concretado, sobre todo, en un elevado incremento del paro estructural, una fuerte desaceleración en el crecimiento de la población, como consecuencia de la pérdida de dinamismo del flujo de entrada de inmigrantes, y la reducción de la aportación del 'stock' de capital derivada del impacto de la crisis sobre la inversión. Como resultado de ello, el crecimiento potencial de la economía española “se habría situado en el entorno del 0,6% durante la crisis y en los años inmediatamente posteriores (promedio 2008-2017)”.

El efecto de la población es especialmente significativo. Como señala el informe de los economistas de CEOE, entre 2002 y 2015 la población entre 15 y 34 años se redujo en 2,2 millones de personas, mientras que se produjo un notable incremento en las cohortes de más edad, 4,9 millones de personas entre los grupos de 35 a 64 años de edad, y 1,6 millones de personas adicionales entre la población con 65 o más años. Es decir, que el número de personas en edad de jubilarse ha crecido en 6,5 millones, mientras se reducen las cohortes de menor edad.

Este envejecimiento de la población, como sostiene Edita Pereira, la responsable de estudios de la gran patronal, se ha trasladado a la población activa. Y ello provocará -además del crecimiento económico- una notable reducción de las cifras de desempleo. En concreto, se estima un descenso del número de parados de 900.000 personas entre 2016 y 2017 por el efecto combinado de la creación de empleo y el descenso de la población en edad de trabajar.

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