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jueves, 26 de marzo de 2015

Siete regiones incumplen el déficit público y dos están al límite por la floja recaudación

 
 
El objetivo de déficit público para 2014 -el 5,5% del PIB- se ha cumplido. Pero varias CCAA han desbordado ese nivel. En concreto, siete regiones debido a la mala evolución de los ingresos




El objetivo de déficit público fijado para España por la Comisión Europea para 2014 –el 5,5% del PIB– globalmente se ha cumplido. Pero eso no significa que todas las Administraciones Públicas se hayan ajustado a la senda de reducción del desequilibrio presupuestario.
 
Varias regiones –al menos siete y otras dos están en el límite– han sobrepasado ese techo. La cifra definitiva se conocerá el próximo viernes, cuando el INE dé a conocer su primera estimación sobre el PIB regional. Las siete comunidades que incumplirán con mucha probabilidad son: Cataluña, Extremadura, Baleares, Murcia, la Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha. Mientras que Madrid y Andalucía “van a estar ahí, ahí…”, como dice gráficamente alguien que conoce bien las cuentas regionales.
 
La desviación ha sido, en algunos casos, significativa. Cataluña, por ejemplo, ya ha anunciado que cerró el año pasado con un déficit equivalente al 2,13% del PIB, cuando el objetivo –al igual que para el resto de comunidades autónomas– se situaba en el 1% del PIB. Si se incluyen las llamadas operaciones one-off (no recurrentes en el tiempo), el desequilibrio ascendería al 2,54% del PIB, a la espera de que la Intervención General del Estado (IGAE) traduzca esas cifras en términos de Contabilidad Nacional.


 
Algo parecido sucede en Extremadura, donde el consejero de Hacienda, Clemente Checa, ya ha adelantado que el déficit será “muy similar” al 2,45% del PIB registrado en noviembre, último mes con datos publicados. También en Baleares, el conseller de Hacienda ha avanzado que las islas sobrepasarán el objetivo del 1%, como en Murcia, cuyo déficit alcanzaba ya en noviembre el 2,22%. La Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha ya superaban claramente el objetivo de déficit, y nada indica que hayan podido reconducir la situación en diciembre.
En total, al menos 7 de las 17 comunidades autónomas incumplirán la senda de la reducción del déficit público, en todos los casos por el pobre comportamiento de los ingresos más que por un desbordamiento de los gastos, aunque no en todos los casos. Esta cifra de comunidades ‘incumplidoras’ coincide con la que avanzó en diciembre la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), que reclamó “medidas preventivas” para impedir la desviación.

Concesiones y privatizaciones

Cataluña lo ha achacado al funcionamiento del sistema de financiación autonómico –al igual que Baleares o la Comunidad Valenciana–, y, en particular, a que en la estimación de ingresos de la Generalitat se ha quedado corta en nada menos que 1.900 millones de euros. En concreto, no se ha ejecutado la recaudación prevista derivada de la política de concesiones, aunque tampoco las privatizaciones han dado los resultados inicialmente estimados. Según el conseller Mas-Colell, las regiones no se están beneficiando de los mayores ingresos derivados de la mejoría de la actividad económica por el modelo de pagos a cuenta, que no recoge la coyuntura más reciente.
 
En el caso de Extremadura, el Gobierno de José Antonio Monago esgrime que la recaudación ha sido muy inferior a lo presupuestado en el impuesto que grava los depósitos de las entidades financieras. Aunque también se han producido desviaciones, según la Airef, en los ingresos por el impuesto sobre transmisiones patrimoniales. En el resto de comunidades autónomas afectadas por el incumplimiento ha sucedido algo similar. A Castilla-La Mancha, que ha hecho uno de los mayores esfuerzos para lograr la consolidación fiscal, ya que su punto de partida era uno de los peores, le ha faltado el sprint final.
El presidente extremeño, José Antonio Monago. (EFE)
El presidente extremeño, José Antonio Monago. (EFE)

Cabe destacar los casos de Extremadura y Aragón, que, de ser dos de las comunidades autónomas con cuentas públicas más saneadas, han pasado a figurar en el pelotón de cola, lo que se achaca desde instituciones oficiales a la cercanía del ciclo electoral.
Andalucía y Madrid, por su parte, están en la ‘cuerda floja’. En el primer caso, como consecuencia de dos partidas. Por un lado, la Intervención General de Estado ha estudiado hasta el último detalle una operación de lease back (venta de inmuebles a una entidad financiera por una cantidad pactada garantizando su uso) efectuada por la Junta. Mientras que, al mismo tiempo, el Gobierno andaluz está a la espera de conocer la contabilización de fondos comunitarios.
En el caso de Madrid, que ya en octubre tenía un déficit equivalente al 1,11% del PIB (frente al 1% fijado como techo), se está produciendo un deterioro de su solvencia fiscal. Hasta el punto de que 2014 (pese al mayor crecimiento) cerrará con peores registros que un año antes. Madrid, como se sabe, lo achaca al diseño del actual modelo de financiación.
Los ingresos, en todo caso, suponen el principal ‘agujero’ de las cuentas públicas en 2014, según fuentes solventes del Ministerio de Hacienda. Aunque la recuperación económica ha permitido un crecimiento del producto interior bruto del 1,4% en términos reales (la tasa más elevada desde el comienzo de la crisis), lo cierto es que el PIB nominal (con inflación) ha avanzado apenas un 0,9%, hasta los 1,058 billones de euros.

Recaudación e IPC

Se da la circunstancia que lo que determina la recaudación –fundamentalmente en el IVA y en otros impuestos ligados al consumo– es, precisamente el PIB nominal. O expresado en otros términos, en la medida que suben los precios, el beneficio para Hacienda es mayor, ya que los tipos impositivos operan sobre bases más elevadas. La inflación, por lo tanto, favorece en el corto plazo los ingresos públicos.
Y lo que ha ocurrido en la última parte del año pasado es significativo. La abrupta caída del IPC entre octubre y diciembre –a consecuencia del desplome del petróleo– ha perjudicado los ingresos. Aunque también hay que tener en cuenta que la recaudación vía Impuesto de Sociedades se ha ralentizado.
 
Reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. (EFE)
Reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. (EFE)

Existen, además, otros factores que explican el comportamiento de los ingresos. Las rentas salariales siguen en negativos. El INE acaba de revelar que el coste salarial medio por trabajador cayó un 0,2% el año pasado, y aunque en 2014 se crearon casi 434.000 puestos de trabajo, eso afecta negativamente a las bases imponibles y, por lo tanto, a la recaudación. El desplome de los precios del crudo –que incorporan una fuerte fiscalidad– opera en la misma dirección negativa para Hacienda.
 
La Administración central, en todo caso, no tendrá problemas para cumplir con el objetivo de déficit público, un 3,5% del PIB, ni tampoco las corporaciones locales, que mejorarán, incluso, el esperado equilibrio presupuestario. Los ayuntamientos son, de hecho, la sorpresa positiva de la ejecución fiscal. Es muy probable que hayan acabado el año 2014 muy cerca de lograr un superávit presupuestario equivalente al 0,5% del PIB, lo que permitirá compensar el mayor déficit de las comunidades autónomas.
 
Hasta hace pocos meses se consideraba que el Estado tendría un mejor comportamiento que lo estimado inicialmente, pero hoy esa holgura “ha desaparecido”, sostienen las fuentes. Es probable, sin embargo, que exista mayor margen si al final el déficit de la Seguridad Social es inferior al 1% previsto (unos 10.000 millones de euros), habida cuenta de que el empleo y, sobre todo, la reducción de la cobertura de paro reducen la presión sobre el presupuesto. El Gobierno llegó a sugerir que, frente al objetivo de un déficit del 5,5%, el año pasado acabó en el entorno del 5,2% del PIB. La próxima semana se desvelará el misterio.

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