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domingo, 29 de marzo de 2015

El peligro del déficit público español

 
No todas las cifras de la economía española muestran la bonanza que desde organismos, tanto nacionales como internacionales, constantemente pregonan. Como vamos a ver, la recuperación anunciada presenta sus puntos débiles, uno de ellos muy llamativo e importante es el déficit público. Si les parece primero vamos a hacer un repaso de la evolución de esta variable macroeconómica.

Desde el comienzo de la crisis las cuentas públicas se han resentido considerablemente. España ha sido uno de los países que peor lo han hecho en este sentido. Para el recuerdo queda el periodo comprendido entre los años 2005 al 2007, donde existía superávit de aproximadamente dos puntos del PIB. En 2008, donde comienza la crisis en nuestro país, comenzaron a resentirse fuertemente los ingresos que no fueron en ningún momento complementados con descensos de gastos. Así tenemos años históricos como 2009 y 2012, donde el desfase de los gastos era superior al 10 por ciento, medidos sobre el PIB. Los déficit en estos años fue concretamente del 11 y 10,30 por ciento, respectivamente.
 
Los ejercicios 2010 y 2011 las cifras no son precisamente mucho mejor, pues cada año el desfase registrado fue del 9,40 por ciento. En el año 2013 se consigue reducir algo el mismo hasta un nivel del 6,80 por ciento.
 
Gastar más de lo que se ingresa, como es sabido por todos, se financia con la emisión de títulos públicos, la deuda pública, lo cual ha llevado a que el peso de la misma sobe el PIB haya pasado de prácticamente el 35 por ciento del PIB, hasta el 97,70 de 2014. No hemos llegado a triplicar, pero casi.
 
En la actualidad, especialmente por las palabras de Draghi en su momento sobre la defensa del euro, así como por el actual programa de compra de títulos de renta fija por parte del BCE, España no está teniendo problemas para financiarse, los diferenciales con Alemania se han reducido considerablemente, pero esta reducción insisto es achacable al BCE y a su gobernador. En estos momentos y si hubiera un problema y la desconfianza volviera nuevamente al mercado la situación española se complicaría y lo haría de forma muy preocupante, pues insisto ahora mismo nuestro país tiene mucha deuda pública, la cual además se va a ir incrementando y nos llevará a finales de este ejercicio de 2015 a situarnos por encima del 100 por cien de deuda sobre PIB. Les sigo recordando que la crisis ha sido financiera por el enorme apalancamiento al que llegó el sector privado -familias y empresas-. Esta crisis financiera se extendió al sector real y de qué manera, provocando un desempleo enorme, además de una enorme brecha de desigualdad.
 
Por qué esta avalancha de datos y señales de avisos y alertas sobre una situación que insisto es delicada. Pues sencillamente porque este viernes conocíamos las cuentas de las administraciones públicas: Estado, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. En la presentación de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, se nos anunciaba que el déficit estaba dentro de los límites, pero habría que recordar a nuestros políticos que no por estar dentro de los límites es suficiente. Estar dentro de los límites es un obligación y la tarea es reducirlo. Si España en el año de la recuperación sigue manteniendo un déficit muy abultado, concretamente del 5,7 por ciento por más que se quiere vender, en este aspecto, la recuperación o la mejoría aquí no se percibe, es más sigue siendo mala.
 
Como estamos en año electoral, me atrevo a decir que ya verán ustedes como ninguno de los partidos políticos habla nada en sus programas de cómo abordar y reducir el agujero del déficit, es más estoy seguro que más de uno lleva en su programa seguir aumentando el gasto público. Habría que recordar a todos los políticos que nuestra ratio de deuda se aproxima ya y como he comentado superaremos el 100 por cien de deuda sobre PIB. ¿Son conscientes del problema que supone este volumen? Todo esto mirado desde el punto de vista global, porque cuando uno comienza a desbrozar las cifras y analizar las mismas el panorama es muy amargo.
 
Cuando entramos a ver las cuentas de las Comunidades Autónomas, recordemos que están financiadas por el Estado a través del Fondo de Liquidez Autonómica, vemos que siete autonomías no han cumplido con el techo de déficit, incluso dos de ellas lo doblan. En este aspecto me gustaría que se nos explicara cómo es posible que a las autonomías que han sido ayudadas o rescatadas por el Estado no se las haya obligado a ajustarse al techo.
 
El Gobierno español, en mi opinión acertadamente, es de los primeros en exigir a Grecia un comportamiento presupuestario ejemplar y ajustado a las imposiciones de la Comunidad Europea, sin embargo aquí donde es él el que debe ejercer ese control, permite que no se cumpla, incluso que se duplique. Yo no se ustedes pero no entiendo este doble discurso.
 
Existen multitud de estudios que muestran como el déficit muy abultado no ayuda a la recuperación ni al crecimiento económico, lo lastra. Siendo esto así, cómo es posible que no se haga nada por combatirlo. Además dejémonos de tonterías, el déficit público abultado es más impuestos o menor recorte de impuestos. Qué modelo de Estado queremos, el de el Estado gastando por nosotros y disminuyendo el dinero de nuestros bolsillos o el de un Estado austero que gasta menos y deja la decisión de gasto en manos de los ciudadanos, donde además se encuentran con más dinero en sus bolsillo. Deberían los partidos aclararlo, estamos casi en campaña.





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