India, la maravilla emergente que no puede faltar en cartera
El país es uno de los grandes beneficiados de la caída del petróleo y la desinflación de la economía global. Los expertos creen que volverá a crecer con fuerza y sitúan al país como uno de los más atractivos para los inversores extranjeros, la subida del último año de la bolsa es su principal peligro
El mausoleo más famoso del mundo aguarda al inversor para fascinarlo con sus figuras. El Taj Mahal es el lugar perfecto para enterrar un año 2014 complicado para la India y celebrar un 2015 cargado de optimismo. Los analistas creen que es uno de los países más atractivos para los inversores internacionales, ya que combina una divisa fuerte en 2015, una economía pujante y unos tipos de interés que hacen más interesante la inversión foránea. "India está entre las opciones de inversión más atractivas del mundo por factores cíclicos y estructurales", explica Urban Larson, especialista de deuda emergente de Standish, de BNY Mellon.
Los organismos internacionales estiman un crecimiento de la economía india superior al 6 por ciento durante los dos próximos años, apoyada en las reformas adoptadas por el Ejecutivo de Narendra Modi, que lleva en el cargo casi un año completo. El nuevo Gobierno ha conseguido espolear la inversión privada con un aumento del gasto público para obras de construcción con las que ha dinamizado su economía. En menos de un año, el país ha pasado de imponer restricciones a la importación de oro por temor a un fuerte deterioro de la balanza comercial a aliviar su agujero a la mitad. "La mejora de la economía y las reformas del Gobierno aumentan la probabilidad de subidas del rating", explican desde Deutsche Bank.
Pero Modi no ha sido el único salvador. La economía internacional, pese a no generar crecimiento, tiene los dos ingredientes que más benefician a India. Por un lado, la caída del petróleo y de otras materias primas es un auténtico balón de oxígeno para la balanza exterior del país, ya que esta partida ocupa el 51 por ciento de sus importaciones y supone una factura del 12 por ciento de su PIB. Por el otro, el descenso de la inflación global, que ha permitido al Banco de la Reserva de la India rebajar los tipos de interés y así incentivar el crecimiento de su economía.
Unas vistas inmejorables
Para el inversor que viaje a la India, las vistas son inmejorables: crecimiento económico, moderación del déficit exterior y de los precios y una política fiscal expansiva. Los inversores extranjeros se pelean por activos del país, lo que llevó a sus autoridades a elevar el montante que permiten comprar a los inversores extranjeros esta semana, hasta 35.000 millones de dólares. El principal inconveniente para el inversor es la fuerte subida de la Bolsa india en los últimos meses. Desde Deutsche Bank esperaban un avance del Sensex hasta los 33.000 puntos este año, un potencial que casi se lo ha comido en los tres primeros meses del año. "Creemos que puede haber una consolidación de corto plazo y que será aprovechada por los inversoers internacionales", explica Caroline Keen, gestora del BNY Mellon Asian Equity Fund.
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