La posibilidad de que el Reino Unido abandone la Unión Europea tras la noche de San Juan, en el referéndum del Día Internacional de la Viudas, el próximo 23 de Junio, tal vez una de las fechas con más efemérides, ha generado petabytes de comentarios y análisis con todo tipo de cábalas sobre las consecuencias de una ruptura europea, un tema que sin duda nos afectaría a todos y, por supuesto, a la libra esterlina, moneda a la que dedicaremos el artículo de hoy.
Las previsiones sobre tipos de cambio siempre llevan a un cierto escepticismo dada la propia naturaleza de la economía en que vivimos y las grandes incertidumbres que la acechan y que, obviamente, en el caso que nos ocupa, han producido una explosión de volatilidad. Sin embargo, dadas las necesidades empresariales, dichas previsiones han de hacerse y puede hacerse, y así lo hicimos para Business Insider, hace seis años, junto a colegas de otras áreas, en un escenario político igualmente impredecible, y aquí, en Voz Pópuli, que no somos menos, también las hemos hecho para otros países, como Brasil o Turquía, por solo citar dos de muchos, y siempre con buenos resultados, por cierto, aunque pensando en la inversión a largo plazo.
El Reino Unido, como el resto del Europa, está en pleno proceso de cambio de Ciclo Generacional
El marco general
El Reino Unido, como el resto del Europa, está en pleno proceso de cambio de Ciclo Generacional, un momento en que la propia existencia de la nación está en peligro y así lo demuestra su problema escocés, aún no resuelto, y en el que su ruptura con la UE podría reforzar la ruptura del reino. Hablamos de un proceso inexorable que ocurre cada casi cien años y que se ha de gestionar, pero que no se quiere aceptar ni comprender y quien crea que insultándome va a impedir que ciertas leyes históricas, dentro de sus márgenes en tiempo y lugar, vayan a dejar de cumplirse, se equivoca.
Recorrer los derroteros de la libra en los últimos cien años es casi como hacer un repaso a la historia de la Economía Mundial; desde el abandono forzado del Patrón Oro, al que estuvo anclada gracias al Maestro de la Casa de la Moneda Sir Isaac Newton desde 1717, que sobrevivió a las guerras napoleónicas pero no a la Primera Guerra Mundial, con su ruptura violenta del Ciclo Generacional europeo, pasando por su intento fallido por recuperarlo hacia 1925, anclándose esta vez a la moneda de su principal acreedor, los Estados Unidos, y rompiendo con la Gran Depresión, más la devaluación por la Segunda Guerra Mundial, la de la posguerra, hasta la ruptura de Bretton Woods en que entra en flotación tras perder más de dos tercios de su valor inicial, al efecto Volker, el evento Soros y un largo etcétera.
El patrón correctivo de la Libra
La libra tiene un patrón respecto al dólar según el cual, tras una perturbación, produce un movimiento extremo que luego regresa a la "media", cumpliéndose de nuevo esa máxima que dice: return to the mean but first to the extreme o volver a la media pero antes al extremo.
La utilidad del mismo deviene de que, previsiblemente, tras el resultado electoral, se producirá una perturbación, en un sentido o en otro, que se irá a un extremo para volver a la media y cuyos marcadores son los siguientes: extremo inferior en torno a 1,10 $/£ (casi paridad con el euro); la media es la banda 1,375-1,675; y el extremo superior 2 $/£.
Como puede verse, el margen de especulación es altísimo si se desatara un pánico, mucho más probable en caso de Brexit (vendedor) que en el de Brit-in (comprador) o Bremain. Una vez más, encontramos una gran oportunidad de beneficios y por ello siempre he recomendado en distintas ocasiones que exploren la posibilidad de usar plataformas de inversión, que igual se les da bien y no son herramientas difíciles.
La opinión del Mercado
Para verla hemos de hacer un zoom a la gráfica anterior y hoy solo nos centraremos en un indicador: la media móvil de 50 sesiones (M.Av50 siguiente gráfica, línea verde), que señala bien los techos y zonas de apoyo de la cotización, así como la confirmación de los cambios de tendencia, que es justamente lo que señala el último giro alcista de la gráfica, producido tras no poder romper la dura barrera entorno a 1,4 $/£.
Si afináramos más en el canal ascendente desde ese mínimo anterior, veríamos que lo ha roto contundentemente, anunciándonos una semana de infartos, con todos los elementos dispuesto para una carrera hacia los extremos comentados. Así que, con esos datos y dicho con la reserva legal correspondiente, mi conclusión es que el Mercado, hoy, prevé un no al Brexit muy ajustado y que la cotización volvería a niveles próximo a 1,55 $/£, y, según se acerca el día 23 y se ve el abismo, se creará una formación "W", revisitando los 1,4 $/£ antes de dispararse al alza.
Opinión popular, conspiranoia y sensatez
Casi todos los medios, como Financial Times, o incluso Wikipedia, que tiene datos muy completos, coinciden en un final muy reñido en valores hoy de 45% y un 11% de indecisos, que se supone se repartirían proporcionalmente, mientras que los apostadores, de larga tradición en la Angloesfera, no lo ven tan claro. De ocurrir un sí al Brexit, lo anterior sería un rebote del gato muerto, habría pánico vendedor de la libra y se iría al extremo inferior de 1,10 $/£ y, por el aislacionismo, haría mucho daño a ciertas zonas turísticas españolas y a los británicos se les complicaría mucho el medio plazo por su problema de balanza comercial y burbuja inmobiliaria, pero ese es otro debate.
En esta Europa decadente de fin de Ciclo Generacional, tras una semana en que los asistentes a Bilderberg debatieron sobre nuestro futuro, con las extrañas relaciones de especuladores como Soros con arruina-países como Varoufakis, a quien la Colau llevó en mantillas de seda a nuestra costa, o de señoritos listillos de la City, populares, ocurrentes y guabinosos, como Boris Johnson, que un día dice una cosa y otro otral, o del encumbramiento de cómplices de regímenes criminales llenos de millonarios, represores de los demócratas, como Pablo Iglesias y Cía., ahora con el adosado Alberto Garzón, impuestos por la telebasura en un régimen que no deja que elijamos representantes políticos, es normal que se piense que hay una mano negra detrás, pero esa presunción no creo que sea aplicable allí en este caso.
Así pues, aunque vivimos en sociedades en que se ha impuesto que todas las opiniones son igualmente válidas, campo abonado para charlatanes de feria, y aunque el Reino Unido vive la típica psicopatía inmobiliaria, proclive a jugarse el futuro a una carta marcada, siempre queda la esperanza de que una tierra que dio grandes hombres de gobierno como Isaac Newton o Lord Kitchener, penúltimo en su tipo, o Churchill, por solo citar tres de una larguísima lista, opte por la sensatez y ayude a crear, desde dentro, una Unión Europea con gobiernos representativos de los electores que haga más fuertes a sus partes y no intente eliminarlas. Ese es el único camino de Progreso, un camino que, además, es el más corto y enriquecedor.
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