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miércoles, 8 de junio de 2016

Gobernador BE: dedíquese a supervisar bien

Alejandro Inurrieta


En un país en el que una parte no desdeñable del sistema financiero está intervenido, con clamorosos fallos de supervisión por parte del BE, el gobernador actual, pero también el anterior, se dedica diariamente a impulsar medidas fracasadas sobre el mercado laboral. Desde el inicio de la burbuja inmobiliaria, permitida, silenciada y de alguna forma alentada, por el supervisor, los bancos y las antiguas cajas de ahorro han disfrutado de vacaciones permanentes del ejercicio de supervisión, y así se les ha permitido una expansión del crédito basura, de productos tóxicos de ahorro (preferentes) y de una política de fusiones, frías, que solo han servido para lucrar a directivos y empresas de consultoría y asesoramiento muy famosas.
La dejación de funciones del Banco de España ha desencadenado la quiebra solidaria de muchas entidades, pero también la de millones de familias a las que nadie salva
El Banco de España ha sido colaborador necesario para el desarrollo y la ruptura de la burbuja inmobiliaria en España
Con estas premisas, y tras el agujero dejado por las Cajas de Ahorro, en un primer estadio, la dejación de funciones del Banco de España ha desencadenado la quiebra solidaria de muchas entidades, sufragadas en una gran mayoría de casos con dinero público comunitario, pero también la de millones de familias a las que nadie salva, ya que no son sistémicas. Frente a esto, el silencio procesal frente a las responsabilidades del supervisor, en connivencia con las empresas de asesoramiento financiero que parieron intelectualmente las fusiones frías y la comercialización de preferentes entre el sector minorista, es muy significativo y doloso para el devenir de familias afectadas y contribuyentes solidarios que han sido invitados a compartir el coste a escote, sin ser preguntados, ni por la existencia de alguna casilla en la declaración de la renta como tiene la Iglesia.
La relajación en las funciones de supervisión ha permitido que la banca desarrollase productos de ahorro tóxicos que han arruinado a muchos consumidores
Todavía se recuerda con dolor las instrucciones que llegaban de la cúpula a los integrantes del Servicio de Estudios para negar la existencia de una burbuja inmobiliaria, disfrazando el término de sobrevaloración, con gran regocijo de los gobernadores que la alentaron, Caruana (hoy en el BIS), y Fernández Ordoñez (jubilado con indemnización millonaria), lo que, sin duda, alguien debería juzgar y sancionar, para que nada de esto vuelva a producirse. Como dice acertadamente Miguel Sebastián en su libro “La Falsa Bonanza”, el problema fue que no hubo nadie lo suficientemente valiente para apagar la música en medio de la fiesta, o retirar la bebida, cuando la orgía crediticia sin atender al riesgo se multiplicaba, violando sistemáticamente la recomendación de no sobrepasar el límite del Loan to Valuefijado en el 80% (no otorgar más del 80% del préstamo sobre el valor de la hipoteca), o permitiendo y alentando un sobreendeudamiento en el los niveles más bajos de renta, que debería ser considerado delito, fueron hechos ignorados por los sucesivos inquilinos del Banco de España.
El nuevo gobernador vuelve a cargar su discurso sobre salarios y reducción de derechos laborales, en un ejercicio de obsesiones heredadas
El exceso de endeudamiento de los hogares es responsabilidad, en parte, del BE
Pero incluso hoy, con un nuevo inquilino como Linde, muy cercano ideológicamente al PP y que se le nota, la situación de la banca sigue siendo preocupante. La obligación disfrazada de la ampliación de capital del Banco Popular no es un tema baladí, pero las necesidades reales de capitalización en caso de estrés financiero siguen siendo muy preocupantes, particularmente para los dos grandes bancos, como son el Santander y el BBVA como pone de manifiesto el Centre for Risk Management HEC, ubicado en Laussane. Y frente a esta realidad, el nuevo gobernador vuelve a cargar su discurso sobre salarios y reducción de derechos laborales, en un ejercicio de obsesiones heredadas, algo que debe ser innato al cargo y que demuestra algo que dice la última encuesta que el propio Banco de España publica sobre la calidad de los empresarios en España, cuyos resultados se podría aplicar a sí mismo el máximo responsable de una institución cuya dejación de funciones y la benevolencia observada para con los desmanes de la banca solo se explica, quiero pensar, por falta de capacitación profesional de él y su equipo.
La situación de la banca hoy sigue teniendo graves problemas que podrían desencadenar nuevos episodios de tensión
La obsesión del Banco de España con los salarios y los derechos laborales solo responden a una cruzada del mundo neoclásico contra el resurgir del neokeynesianismo, que hasta el FMI y la OCDE parecen abrazar, tras constatar que la deflación salarial y la pérdida de derechos laborales solo nos empujan hacia el abismo de la exclusión social, pobreza y desigualdad, cuyos efectos ya nadie discute que han llegado para quedarse. Las recetas de reducir los derechos de los trabajadores fijos para reducir la temporalidad son elucubraciones impropias de todo un gobernador, que debería saber que, aunque redujésemos a cero la indemnización por despido, la tasa de temporalidad se mantendría, porque el problema es de demanda efectiva y de exceso de financiarización de la economía que reduce drásticamente la inversión y el empleo. Por ende, el crecimiento observado se explica, en un porcentaje no desdeñable, por el viento de cola: precio del crudo, compras de deuda por parte del BCE, depreciación del euro y conflictos en países árabes que provocan desviación de comercio turístico hacia España. El organismo supervisor cuantifica este impacto en 1,1 p,p de crecimiento, es decir algo más de un tercio del observado en el último año, circunstancia que difícilmente se mantendrá a futuro.
Urge cambiar el ideario económico que se ha instalado en el Banco de España y dejar paso a responsables, tanto políticos, como de investigación, que exploren vías alternativas
La obsesión del Banco de España por empobrecer a los trabajadores necesita de un tratamiento
En este sentido, y visto el fracaso empírico, intelectual y social de las medidas de oferta implementadas, tanto por gobiernos conservadores y socialdemócratas, urge cambiar el ideario económico que se ha instalado en el Banco de España y dejar paso a responsables, tanto políticos, como de investigación, que exploren vías alternativas de solución al grave problema de actividad, inversión y desempleo que asola el mundo occidental, como lo prueba, por ejemplo, los malos datos de empleo, actividad y salarios en EEUU. El problema del anquilosamiento intelectual que ha infectado a todas las instituciones occidentales es que no hay nadie valiente para cambiarlo, censurando y expulsando a todos aquellos que osen cuestionar los dogmas sobre impactos negativos de la bajada de salarios, de eliminación de la negociación colectiva o del exceso de transacciones financieras sobre la economía real. El bunker del Banco de España, también, sigue creyendo en ideas como el papel del dinero como factor exógeno o el papel de la política monetaria en las correcciones del ciclo cuando estamos ante una situación de recesión de balances, como la actual. Por todo ello,es imprescindible el último libro de Akerloff y Shiller: “La Economía de la Manipulación”, para entender cómo se está manipulando a la opinión pública, haciendo creer que nada se puede hacer, y que el empobrecimiento es irreversible gracias a las ventajas de la globalización y que los salarios, salvo los de los de arriba, deben seguir la senda de la reducción, porque eso nos hará competitivos, una de las mayores falacias si observamos, por ejemplo, el nivel salarial en Alemania u otros países muy competitivos.
No hay evidencia empírica que la reducción de salarios mejores el empleo y la competitividad
Por último, gracias a las consignas neoclásicas, hemos llegado al absurdo que la pensión media reconocida hoy ya supera el salario medio de los nuevos entrantes al mercado laboral. Ello también facilita el que los jubilados no quieran permanecer más en el mercado laboral, y que los hijos de hoy vivan ya manifiestamente peor que sus padres. Pero todo esto en aras de la competitividad. Y mientras, peligran los ahorros de los depositantes ante la mala situación real de la banca, pero eso a los Gobernadores del Banco de España no les importa nada.

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