La crisis ha puesto a la desigualdad en el centro del debate económico. Desde el Instituto Juan de Mariana se matiza, sin embargo, la relevancia de centrarse en "entender y combatir la pobreza"
Intermon Oxfam presentó el pasado lunes un informe en el que denunciaba que "España es la nación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en la que más ha crecido la desigualdad desde el inicio de la crisis". La respuesta a este documento ha llegado una semana después con otro informe del Instituto Juan de Mariana. Y la conclusión es bien diferente: "España no es un país con una desigualdad económica tan alta como suele afirmarse".
El trabajo, titulado 'La desigualdad en España. ¿Realmente es España uno de los países más desiguales de Europa?', enfoca el asunto desde tres perspectivas principales, como son riqueza, renta y consumo, a las que suma una cuarta: movilidad social. Y atendiendo a los datos, afirma que "España puede ser calificada, si tenemos en cuenta la distribución de la riqueza, la renta, el consumo y la movilidad social, como un país de desigualdad media-baja en el contexto europeo".
Con respecto a la riqueza, el informe destaca que España tiene un índice Gini, uno de los indicadores de referencia para medir la desigualidad y que oscila entre la igualdad total (0) y la desigualdad absoluta (1), de 0,67, un dato similar al de países como Bélgica (0,63) o Italia (0,67) e inferior a las cifras de naciones como Dinamarca (0,89), Suecia (0,81) o Alemania (0,78). Añade que, con datos de la OCDE, el 10% de los hogares más ricos acapara el 43% de la riqueza neta total del país, cuando Austria, Holanda o Alemania ese porcentaje se mueve en torno al 60% -ver gráfico-.
Al mismo tiempo, el 20% más rico posee seis veces más patrimonio que el 80% menos rico, por encima de las 3,8 veces de Eslovaquia o las 5,2 veces de Grecia, pero por debajo de las 6,9 veces de Reino Unido, las 8,3 veces de Francia o las 12,8 veces de Alemania. En este sentido, el informe destaca que "el hecho de que el grueso del patrimonio en España sea propiedad inmobiliaria, sumado a que buena parte de las familias españolas son propietarias de sus viviendas, explica que los patrimonios sean más igualitarios que en otras partes de Europa y de la OCDE". La inclusión de otros activos, como las pensiones o la sanidad públicas, "la desigualdad de la riqueza sería aún menor", añade.
¿Problema de renta? No, problema de paro
En cuanto a la renta, la medición del índice Gini da para España un resultado de 0,337, en tanto que el 20% más rico ingresó en 2013 6,3 veces más que el 20% más pobre. El informe subraya que estos datos sitúan a España entre los países más desiguales. Sin embargo, precisa que estas lecturas "adolecen de un problema clave: algunas rentas en especie no se incluyen en la definición de la renta".
Alude, en especial, al valor de los alquileres imputados, es decir, el valor que se obtiene por tener una casa en propiedad y vivir en ella. "De incluir rentas en especie como los alquileres imputados, la desigualdad española cae hasta situarse en una zona intermedia en Europa, equiparable a las de Francia, Italia y Alemania", sostiene el informe del Instituto Juan de Mariana. Y añade: "Además, de incluir otras rentas en especie como los servicios sanitarios, educativos, vivienda social y de cuidados, la desigualdad de renta en España sería en torno a un 20% menor de lo que habitualmente se dice".
"Una reducción de la desigualdad es indeseable si se pretende alcanzar a base de empobrecer a quien justa y legítimamente obtiene una riqueza o renta alta"
Siguiendo con las rentas, enfatiza que el principal motivo de la desigualdad de rentas reside en el alto desempleo. "Una de las medidas más efectivas que permitiría reducir la desigualdad de renta en España sería una que redujera drásticamente la actual tasa de desempleo, una de las más altas del mundo", asegura el documento. Como receta para conseguirlo, propone "una liberalización profunda del mercado laboral".
Acerca del consumo, menciona que el 20% más rico consumió 3,3 veces más que el 20% más pobre, con lo que "España queda así entre los países con menor desigualdad en el consumo". Ese dato es similar al de la media europea (3,5 veces) e inferior a las más de 4 veces de países como Luxemburgo, Portugal o Alemania.
No es lo mismo desigualdad que pobreza
El informe reconoce que el impacto de la crisis "ha generado una gran caída en la calidad de vida de la población durante los últimos años". Sin embargo, demanda la necesidad de establecer matices. "Es del todo razonable que el incremento de la pobreza sea un gran motivo de preocupación, que se debatan las causas y se propongan soluciones para permitir que los que peor lo pasan puedan disfrutar de la oportunidad de mejorar su calidad de vida", reconoce antes de denunciar lo que, a su juicio, representa una importante confusión: "Sin embargo, el debate habitualmente no se centra en entender y combatir el fenómeno de la pobreza, sino el de la desigualdad económica".
Para el estudio, "lo realmente preocupante no es la desigualdad económica en sí misma", sino que "lo fundamental es que el nivel de vida de la población en su conjunto, incluyendo por supuesto a quienes menos tienen, sea lo más alto posible en términos absolutos; que los niveles de prosperidad y bienestar de la sociedad se incrementen de manera persistente y generalizada con el transcurrir del tiempo". "Dicho de otro modo", continúa, "el objetivo último no debería consistir en reducir la diferencia entre los ricos y los pobres, sino en permitir que todos, ricos y pobres, disfruten del mayor nivel de bienestar posible". Y concluye: "Una reducción de la desigualdad es deseable en tanto se consiga mejorando la posición de la población, incluyendo a los más pobres, pero es indeseable si se pretende alcanzar a base de empobrecer a quien justa y legítimamente obtiene una riqueza o renta alta".
No hay comentarios:
Publicar un comentario