A finales de 2013, cuando Maduro tomó la decisión de intervenir el mercado de los televisores de plasma para que los venezolanos los pudieran adquirir a precios asequibles ya os explicamos en una serie de post que para nosotros estábamos ante una señal inequívoca de que la economía venezolana había entrado en estado de descomposición acelerada irreversible.
Hay que reconocer que la caída del precio del petróleo ha acelerado el inevitable desenlace final, aunque los padres de la revolución bolivariana aún siguen dando imaginativas excusas a un desastre de gestión casi sin precedentes.
Ayer, por primera vez en más de un año, el Banco Central de Venezuela volvía a publicar el dato oficial de inflación. Según el BCV (que tiene la credibilidad que puede tener un Banco Central que 22 meses. repito, 22 meses sin publicar el dato de inflación) la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (INPC) fue del 141,5% al cierre del tercer trimestre de ese año. La extraoficial ya ni os cuento.
En el “pobre” documento presentado por el BCV para dar la cifra del desastre (el documento parece cómo si lo hubiera hecho una ama de casa en sus ratos libres) nos explican la causa de porque la inflación está absolutamente fuera de control en Venezuela. Prestad atención a la principal hipótesis del BCV cómo causa de la inflación en Venezuela:
“Venezuela sufre una Guerra Económica de nueva generación, promovida por páginas web que fijan la relación bolívar-dólar sin ningún criterio ni sustento económico que se corresponda con la dinámica económica del país. A través de sus redes sociales, estas páginas muestran una evidente voluntad política por desestabilizar la economía, con injerencia externa en la actividad política nacional. Así, se pretende imponer una dinámica que destruye los precios y establece reglas salvajes propias de un capitalismo especulativo. Esta situación ha arrastrado como consecuencia un desequilibrio en la comercialización de bienes y servicios, y ha dado lugar a fenómenos como el “bachaqueo” y el contrabando de extracción de los principales productos demandados por el pueblo, lo que genera distorsiones en la oferta nacional.”
Sabíamos que era fácil desastabilizar una economía, pero que un puñado de páginas web que marcan tipos de cambio supuestamente inexistentes basten para hundir en una espiral inflacionista a todo un país con las mayores reservas de petróleo del mundo, país controlado férreamente por los guardianes de la revolución bolivariana supuestos seres de luz y sabiduría infinita, es la hipótesis más ridícula que jamás he escuchado.
Quizás el BCV podría preguntarse si el no haber publicado durante 22 meses el dato oficial de inflación no produce cierta incertidumbre entre la población. Más que un puñado de páginas web publicando tipos de cambio.
Claro que para chulo mi pirulo. Veamos aquí las declaraciones que en 2014 hizo Diosdado Cabello número dos del régimen, cuando aseguró que el precio del barril de crudo podía llegar a $0 y eso no afectaría a Venezuela y que según el, su gobierno contaba con “mercal, hospitales, Misión Robinson y un Gobierno responsable”. Se olvido que incluso los servicios básicos que da un gobierno deben ser pagados por alguien.
Por cierto, con el precio del crudo venezolano ya a $24,38, PDVSA está viendo como el precio del barril llega a su coste de producción con lo que pronto empezará el petróleo no sólo no dará para financiar al gobierno sino que cada barril que extraiga PDVSA le va a costar dinero.
Por cierto, interesante también la recomendación final que deja PDVSA:
“Venezuela debe encontrar, en este momento histo?rico, el camino para afianzar un modelo econo?mico productivo que genere la riqueza interna y permita incrementar el desempen?o de los indicadores sociales logrados en an?os anteriores. Para ello, se hace necesario hallar nuevas vi?as que diversifiquen la economi?a y rompan con los casi cien an?os del modelo rentista petrolero. El objetivo es dejar de ser un pai?s con volu?menes de importaciones importantes para convertirnos en una nacio?n con niveles de produccio?n que sustenten la demanda nacional de los venezolanos y con capacidad para la exportacio?n de bienes y servicios.”
Y la pregunta es ¿Quién después de 15 años de chavismo es el guapo que se va a poner a producir después de que el tejido industrial venezolano haya quedado reducido a la nada? y quizás la pregunta más importante ¿De donde saldrán ahora los dólares para la inversión que se requiere para recuperar la industria productiva del país?
Maduro decreta la emergencia económica
Con este panorama sobre la mesa la presidente Maduro no se le ha ocurrido otra solución que decretar la emergencia económica del país. El pirómano metido a bombero. Entre las medidas que busca el decreto esta una especie de expropiación generalizada de todo lo que el gobierno considere necesario:
– El Gobierno podrá requerir de dueños de medios de transporte, canales de distribución, mataderos y demás establecimientos, los bienes y mercancías “necesarios para garantizar el abastecimiento” de productos de primera necesidad, cuya escasez – El decreto no precisa si el Ejecutivo pagará por dicho uso.
Más un corralito de facto que se une a las cartillas de racionamiento:
– El Gobierno, en coordinación con el Banco Central, podrá fijar “límites máximos de ingreso y egreso” de bolívares en efectivo, así como restricciones a operaciones y transacciones comerciales y financieras, y restringirlas al uso de medios electrónicos.
Es decir cómo las langostas. Tomo lo que quiero y tras mi paso no dejo absolutamente nada. Si los venezolanos no les gustaba el café, ahora tendrán dos tazas.
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