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Si los populismos tienen alguna oportunidad es por lo descaradamente que mienten prometiendo el gratis total. Pero las instituciones le están dando un curso acelerado a esos políticos griegos, tan bisoños y faltos de experiencia negociadora, sobre lo duro que es arrancarle una sonrisa a Schäuble si empiezas por contarle que le vas a hacer un simpa.
Varoufakys, con sus camisas por fuera y entrando como camello de suburbio en cacharrería, ha conseguido despertar las simpatías de las revistas del corazón y poco más. Qué ingenuidad y qué adolescencia política la que comienza por romper las reglas de protocolo para terminar por romperse la cabeza contra la tozuda realidad de que el euro puede vivir sin Grecia mucho más cómodo que Grecia sin el euro.
Sólo han cambiado el nombre a la troika
Las instituciones se lo han dicho claro: la condicionalidad del rescate es prácticamente intocable, pero si te buscas la vida e ingresas más, te dejamos que lo administres más o menos como te parezca. Pero, eso sí, vamos a comprobarlo al milímetro y tú vas a firmar que si no es así se acabó la fiesta.La verdad es que el miedo se ha apoderado del Gobierno heleno ante la asfixia financiera que su sola presencia en el poder ha agravado: falta de recaudación fiscal, huida de depósitos al colchón, salida de capital del país e incremento de la prima de riesgo. De momento, lo único que han conseguido es cambiar el nombre de la troika por las instituciones y ponerse al borde del colapso financiero, cuando no inmersos en el colapso mismo, provocando que el BCE les corte el grifo de financiación a sus bancos, salvo para mantenerlos en la UVI.
Su posición negociadora la han debilitado ellos mismos, pues su radicalidad inicial ha empeorado la posición del Gobierno para obtener un acuerdo más ventajoso, ya que han dilapidado el poco fuelle financiero que podrían haber tenido. No se puede ser más torpe. Le han visto la cara a la quiebra y estas semanas han puesto rumbo hacia ella tan agarrados a la rueda del timón como el capitán del Titanic.
Memorándum vergonzoso
Ahora, la prórroga les va a suponer la firma de un memorándum tan vergonzoso, a su juicio, como los que se han firmado anteriormente y de todo este tira y afloja lo único que van a obtener es mantener la precariedad de un acuerdo prendido con alfileres que ni les va a contentar a ellos ni al resto de Europa, para reeditar el desencuentro dentro de pocos meses, mientras la coalición de partidos que es Syriza se descompone al no poder asumir que en verdad Samarás negociaba mejor, aunque se metiera la camisa por dentro y llevara corbata.
A cambio de mantener el grueso de la condicionalidad se aceptará un programa de consolidación fiscal que ofrezca algún margen para incrementar el gasto social, y en base a eso y con cuentagotas se va a dar un poco de árnica hasta ver en pocos meses si es oro todo lo que dicen va a relucir.
Pero es evidente que los programas de esa naturaleza nunca ofrecen los resultados esperados: ni los ricos van a salir a pagar de sus madrigueras ni el fraude se va a terminar en un país que engaña al fisco desde que Pericles desviaba fondos del presupuesto del Partenón.
La patada de Schäuble
Y es ahí donde Schäuble, jaleado por sus muchos amigos en esta ocasión, les espera con su bota de montar bien calzada para darles la patada definitiva: ya sea hacia dentro del euro, con el trágala completo de un nuevo rescate, o ya sea hacia fuera del euro, para echarles en brazos del Fondo Monetario Internacional y el Club de París, que les acogerán en su seno con una condicionalidad adaptada y una quita adecuada a los euros que la destrozada economía griega pueda ir generando para pagar sus deudas, mientras se arrastra una década, o más, por el fango de la miseria.Ahora todos van a ganar tiempo, pero Syriza sale tocada ante los suyos de esta ronda. De hecho, se han encontrado a unos socios europeos que no se amedrentaban por el Grexit y eso les ha dejado descolocados y sin estrategia alternativa.
Así, cuando Podemos ha dicho que iba a auditar la deuda pública o que quería cambiar las reglas del BCE ya puede escarmentar en cabeza de Syriza. Porque las coletas marca de la casa o las camisas por fuera no garantizan el éxito cuando tienes delante a las instituciones, por más que muevan el voto de millones de adolescentes de todas las edades. Europa es un club para gente seria, que respeta los compromisos adquiridos, sin lugar para los extremismos a los que no sólo se les priva de cualquier oxígeno, sino que se utilizan como un bonito muñeco del pim pam pum y aviso a navegantes.
Juan Fernando Robles, profesor de Finanzas y Banca
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