Olav Dirkmaat
Aunque estuviéramos al borde de una nueva crisis bancaria, la cifra del titular nunca nos lo diría.
¿Qué préstamos están cada vez más atrasados?
Si las tasas de morosidad sobre los créditos del consumo (deuda en hipotecas y tarjetas de crédito) no nos ayuda a estimar lo probable que es una nueva crisis bancaria, entonces ¿qué tasas de morosidad sí importan? ¿y por qué las calificó como “alarmantes”?
Desglosemos primero una cartera bancaria. Podemos dividir los préstamos bancarios en tres grupos:
- Consumidores
- Empresas
- Inmobiliario (tanto comercial como residencial)
(Solo por comparar, los bancos de EEUU tienen actualmente 1,3 billones de dólares en deuda de consumo, 1,81 billones de dólares en deuda comercial e industrial y más de 3 billones de dólares en deuda inmobiliaria).
Los bancos prestan dinero a los consumidores para comprar casas (hipotecas) o bienes de consumo (deuda de tarjeta de crédito). Deducimos que las tasas de morosidad sobre estos préstamos tienden a demorar el ciclo económico.
¿Qué nos queda?
Los préstamos a empresas, en cualquier forma o tamaño que tengan. La mayoría de estos préstamos están ligados a un indicador de los tipos de interés, por ejemplo, el LIBOR. Después del primer aumento de tipos de la Fed en diciembre, el LIBOR a doce meses del dólar de EEUU aumentó de aproximadamente del 0,8% al 1,3%. Los prestatarios marginales están siendo llevados lentamente hacia la quiebra.
El aumento de tipos de diciembre está claro que generó un cambio de marea: las tasas de morosidad han tocado fondo y están aumentando. Y no olvidéis lo siguiente: el hecho de que las tasas de morosidad ya no disminuyan, sino que empiecen a aumentar, ha sido siempre una clara señal de advertencia de una recesión, al menos durante los pasados veinte años. Y, a lo largo del mismo periodo, este indicador nunca dio un “falso positivo”, al contrario que muchos otros indicadores (de recesión).
Una clara señal de peligro: las tasas de morosidad en préstamos comerciales e industriales están aumentando. Fuente: St Louis Fed.
En dólares, el cambio es todavía más pronunciado. Por supuesto, este es el resultado de nuestros asombrosos niveles de deuda, que no son evidentes en las cifras relativas. Fuente: St Louis Fed.
En línea con la creciente morosidad en los préstamos, los tipos de las deudas impagadas en préstamos comerciales e industriales están también aumentando (los tipos de deudas impagadas tienden a retrasarse algo). Fuente: St Louis Fed.
Las tasas de morosidad en Europa
La tasa de morosidad Europa también está aumentando. Aun así, tenemos que destacar los países que distorsionan esta media en la Eurozona. Los bancos italianos en particular están sufriendo una tasa de morosidad increíblemente alta. La tasa de morosidad en Italia está en unos niveles tan extremos que el país podría llevar la crisis del euro de nuevo a los titulares de las noticias (por una vez, Grecia queda al margen).
La tasa de morosidad sobre préstamos bancarios en Europa también está aumentando; también aquí, al menos en los países de la periferia, parece que el ciclo del crédito ha cambiado. Fuente: Banco Central Europeo (CBD2, ‘instrumentos de deuda morosos brutos’).
Seguir de cerca la morosidad
¿Qué es lo siguiente? Tendremos que esperar y ver para descubrir qué han hecho las tasas de morosidad en el segundo trimestre. Sin embargo, está claro que la marea ha cambiado. Es irrelevante si la reserva federal aumenta los tipos en julio o en septiembre. El consenso dice actualmente que deberíamos esperar dos subidas más de tipos este año. Si es verdad, podemos esperar que las tasas de morosidad aumenten más que en los próximos trimestres.
En 2006 pasaron exactamente doce meses después de que de las tasas de morosidad tocaron fondo para que empezara la recesión. Si aplicamos el mismo periodo, estamos listos para una recesión. En el primer trimestre de la Gran Recesión en 2008, las tasas de morosidad eran solo del 1,45%. Ya estamos por encima de ese nivel. Por otro lado, no deberíamos ignorar que llevó tres años de tasas de morosidad en aumento antes de que la economía entrara en recesión en 2001. Los ciclos del crédito no son una ciencia exacta. Aun así, la tendencia está clara y la presidenta de la Fed, Janet Yellen, debería estar aterrorizada por esta evolución perturbadora.
El hecho de que una morosidad creciente en los préstamos coincida con montañas de deuda venciendo en 2016 y 2017 es un asunto a tratar la próxima vez.
Publicado originalmente el 11 de julio de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
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