La actual crisis sistémica ha puesto de manifiesto el vacío intelectual y el escaso soporte empírico de la mayoría de las teorías macroeconómicas y microeconómicas que se enseñan en las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales de todo el mundo. Hoy es más necesario que nunca enmendar la plana a los distintos programas académicos impartidos y buscar, en definitiva, ese paradigma perdido que permita acercar la ciencia económica a los hechos reales, más allá de prejuicios ideológicos. Sí, existe un antídoto contra el “pensamiento único”. Sí, existe una alternativa coherente a las interpretaciones tradicionales. Nos referimos a laTeoría Monetaria Moderna (TMM).
Tras la aparición del dinero fíat era necesario un esfuerzo intelectual en el campo de la economía
Tras la aparición del dinero fíat era necesario un esfuerzo intelectual en el campo de la economía. Ni las principales corrientes de pensamiento económico, ni las principales corrientes depensamiento político entendieron las consecuencias que conllevó el abandono del patrón oro y la adopción de un modelo basado en el dinero fiat. Por lo tanto, a fecha de hoy, no entienden que hay detrás del dinero moderno. Sólo un pequeño grupo de economistas postkeynesianos (Randall Wray, William Mitchell, Wynne Godley, Jan Kragel, Warren Mosler,Steve Keen, y, sobretodo el gran Hyman Minsky) hicieron el esfuerzo intelectual para reflejar las consecuencias de ese cambio en la economía. La Teoría Monetaria Moderna (TMM) es la plasmación de dicho esfuerzo intelectual. Como señala Randall Wray, uno de los padres de la TMM, “hemos descubierto la manera en que el dinero funciona en la economía moderna”.
El dinero es deuda de la entidad que lo emite, no es una mercancía, es decir, eldinero es algo intangible. Esta verdad, como iremos viendo, es aterradora para la oligarquía. Desde el momento en que los emisores de dinero, los Estados, empiezan a ser gobernados democráticamente, las élites político-financieras decidieron sin titubear crear y difundir mitos que se han ido extendiendo, y que en el momento actual están muy arraigados en la intuición colectica. El objetivo no era otro que mantener sus privilegios convirtiendo la economía en una especie de religión. Es un ejemplo más de cómo el sentido común en algunos casos es el menos común de los sentidos. Pero si el objetivo es mantener el poder de las élites, qué más da si se asume en el psique colectivo ideas absolutamente erróneas. Por eso es necesario siempre comprobar lo que Leijonhufvud llamaba lospresupuestos o conceptos esenciales de una escuela de pensamiento que no pueden ser formalizados y que son previos a la constitución de hipótesis y teorías. En este sentido, los presupuestos de la ortodoxia dominante actual, Consenso de Washington, como ya saben ustedes, no se ajustan a la realidad de los datos. Los de la Teoría Monetaria Moderna, sí.
Pretendemos en varios blogs introducir y detallar los elementos básicos de la TMM
Pretendemos en varios blogs introducir y detallar los elementos básicos de la TMM. Si bien existe multitud de artículos académicos sobre la TMM, refrescaremos las ideas principales de la misma a partir de dos manuales de divulgación, traducidos al español por la editorial Lola Books, en un enorme esfuerzo por acercar a la ciudadanía el pensamiento económico alternativo que tanto asusta a las élites económicas, financieras, políticas, y, peor aún, a las académicas. Nos referimos, por un lado, al libro de Randall Wray Teoría Monetaria Moderna, traducción al español de la obra en inglés cuyo título original es “Modern Money Theory: A Primer on Macroeconomics for Sovereign Monetary Systems”; y por otro, a un libro que ya conocen, el del economista y profesor australiano William Mitchell “Eurozone Dystopia Groupthink and Denial on a Grand Scale”, traducido al español bajo el título La Distopía del Euro: Pensamiento Gregario y Negación de la Realidad.
Ideas básicas: desmontando mitos.
Para ello iremos viendo la teoría macroeconómica que nos permitirá analizar lasbases de la economía tal como ésta existe en la actualidad según la TMM. En el libro de Randall Wray, en el prefacio se resumen las conclusiones más importantes. Desde la contabilidad macroeconómica y a nivel agregado, los gastos son iguales a los ingresos. Cuando se analiza los balances por sectores, se demuestra que los déficits de un sector tienen que ser compensados con los superávits de otro; y, además, es necesario asegurar la coherencia entre stocks y flujos, ya que los déficits se acumulan en forma de deuda financiera y los superávits en forma de activos financieros.
Posteriormente, al analizar el modo en que gastan los gobiernos que emiten su propia moneda, se defenderá que un régimen de tipo de cambio variable proporciona a las políticas económicas nacionales el mayor margen de maniobra posible. En este sentido, un país que decida fijar su tipo de cambio es probable que no pueda llevar a cabo las políticas internas destinadas a lograr el pleno empleo y un fuerte crecimiento económico. Si bien la TMM es neutra respecto al tamaño del sector público, de los preceptos de la misma se deriva la estrategia de la “finanza funcional” de Abba Lerner que nos permitirá discutir las políticas monetarias y fiscales que se deberían hacer.
El dinero no puede ser una mercancía sino que obligatoriamente tiene que ser un pagaré
Finalmente se explorará el papel del dinero. El dinero no puede ser una mercancía sino que obligatoriamente tiene que ser un pagaré. Se demostrará por qué las economías monetarias suelen operar por debajo de sus capacidades al no hacer uso de todos sus recursos, incluyendo parte de la fuerza de trabajo. Asimismo se examinará la razón por la cual algunos pasivos monetarios tienen una mayor aceptación que otros. En base a ello se podrá entender qué falló en la crisis sistémica de 2007 y cuáles son los problemas de la zona Euro.
En el caso de gobiernos que emiten su propia moneda, es decir, que tienen soberanía monetaria, y teniendo en cuenta la teoría económica de la TMM, tantoRandall Wray como William Mitchell desmontan en sus libros toda una serie demitos que se venden como verdades indiscutibles. Es falso que los gobiernos estén sujetos a restricciones presupuestarias como los hogares y empresas. Es falso que los déficits presupuestarios sean malos y una carga para la economía. Es falso que los déficits públicos aumenten los tipos de interés, desmantelen el sector privado y provoquen inflación. Es falso que los déficits públicos confisquen ahorros que podrían ser destinados a la inversión. Es falso que los déficits públicos supongan una deuda para las generaciones futuras. Es falso que los déficits públicos de hoy impliquen impuestos más altos mañana. Por mucho que ciertas afirmaciones estén asumidas en la psique colectiva, en realidad no tienen validez alguna en al caso de países emisores de su propia moneda.
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