Como hemos comentado en anteriores ocasiones, las crisis seculares, tal como las entendemos aquí, son el resultado de un proceso en el que, a medida que gobiernan distintas generaciones, un orden cívico va degenerando hasta hacerse disfuncional y el país entra en una crisis que pone en peligro su propia existencia, algo que ocurre de forma cíclica cada casi cien años. Veamos pues las últimas crisis seculares europea y así nos situamos.
En 1517 un monje agustino clavó en la puerta de su iglesia de Wittenberg 95 tesis, armó una revolución que llamaron Reforma y cambió el orden europeo
Seis puntos de inflexión
En 1517 un monje agustino clavó en la puerta de su iglesia de Wittenberg 95 tesis, armó una revolución que llamaron Reforma y cambió el orden europeo. En 1618, unos calvinistas de Bohemia arrojaron por la ventana a dos representantes del emperador, junto con el escriba que les acompañaba, empezando una revuelta que cambia el orden europeo tras laGuerra de los Treinta Años. En 1701, tras morir Carlos II de España, guinda de un orden podrido, se inician una serie de guerras hasta el Tratado de Viena de 1725, cambiando el orden europeo otra vez. En 1803 el Reino Unido declara la guerra a Francia y se precipita otro cambio de orden europeo cuyos fundamentos se ponen en el Segundo Tratado de París (1815). En1914, un nacionalista serbio, miembro de La Mano Negra, asesina al archiduque Fernando de Austria y su esposa; aquello inició la Primera Guerra Mundial, que se cerró mal por no querer establecer un orden viable, provocando la Segunda Guerra Mundial. En 2015, un Primer Ministro británico, acosado electoralmente por un outsider, promete en las elecciones de ese año un referéndum sobre la pertenencia a la UE para 2016, lo pierde y empieza el actual cambio del orden europeo.
Situación actual
Hoy, en julio de 2016, usted y yo, una vez más, le hacemos el trabajo gratis a la casta local y europea, tal vez en un intento de evitar que nos lleven a otro desastre histórico. No seré yo quien justifique a los calvinistas antes mencionados, incluso si sabían que sus víctimas se salvarían por caer en un estercolero, sitio ideal para las castas, pero cuando uno, por ejemplo, se encuentra ciertos burócratas en esas conferencias pijas que montan ellos y sus compinches, y al terminar te cuentan su vidorra caviar, o piensas en la pensión de Barroso, todo pagado por los expoliados contribuyentes europeos, la tentación de arrojarles por una ventana es bastante alta. Pensemos además, que la actual crisis, que solo está en sus comienzos, coincidirá con el conflicto con el Islam, cosa que vimos en "La nueva geopolítica" y ya da alertas de enfrentamiento interno en Francia, un conflicto futuro que se ha confirmado con el autogolpe de facto de Erdogán, país donde ya advertimos en 2013 que su era kemalista había muerto, iniciando su saeculum yzeigeist islamista en una especie saltatrás, de neo-otomanismo, como aquí cuando nos quieren imponer el neo-comunismo de Podemos.
Hay que decir que si alguno tiene esperanzas de mejora general tras la designación de Theresa May, será mejor que se las replantee. En su primer discurso, en que solo acertó en su empatía de boquilla con los sufridos contribuyentes pobres de Gran Bretaña, Theresa May, esa promotora de la aplicación de la Sharía en el Reino Unido, demostró una vez más su inconsciencia de la gravedad de los problemas a los que se enfrenta (que vimos) y su ideología socialdemócrata, esepensamiento de una época que muere por disfuncional, por no hablar del payaso Boris. Para colmo, de este lado del canal, la casta podrida de Bruselas, madre de la crisis ucraniana y de la mala gestión de la de refugiados, hace oídos sordos a voces calificadas (un ejemplo) y quiere más federalismo sin fronteras.
De nuevo, como en las crisis seculares anteriores, se comprueba que con cada resultado de errores pasados se avanza más hacia una situación en que, cuando los ciudadanos exijan "orden" los políticos no podrán dárselo. No es que la Historia se repita, sino que estos ciclos tienen sus patrones y, como decimos aquí, elpatrón es el prólogo y lo bueno o lo malo que venga después dependerá de cómo se gestione dicha crisis.
Esta crisis europea coge a nuestro país en su crisis política particular, uno de los fotogramas finales del ocaso de su ciclo generacional
La peculiaridad española
Esta crisis europea pilla a nuestro país en su crisis política particular, uno de los fotogramas finales del ocaso de su ciclo generacional. Nuestra peculiaridad es que ese ciclo ha tenido dos partes: la primera, en que tras un enfrentamiento sangriento entre dos mesianismos políticos se establece un orden férreo; y la segunda, a la muerte del dictador, en que unos abrazan la socialdemocracia con la fe del converso, y otros auto legitiman dos pesadillas de la Política siempre comprensivas con ciertos terrorismos: el nacionalismo, en este caso periférico, y el comunismo, hoy travestido de izquierda "democrática", dando por resultado una estructura de poder similar a la del inició el ciclo generacional (siguiente tabla)
Durante este ciclo español encuentro al menos seis constantes, que son las siguientes: la intervención y legitimación exterior, la sacralización del líder y del Estado como dispensador del maná, la manipulación de la Historia, el uso de medios de comunicación de masas, especialmente la televisión pública para el adoctrinamiento, la mentira y que el Estado (central, CC.AA., etc.) digan al ciudadano qué ha de hacer, y, finalmente, una corrupción sistémica generalizada y creciente.
La degeneración política
Para entenderla hay que tener en cuenta que en nuestro país existe una alianza más o menos explícita entre la "izquierda" y lo nacionalistas periféricos (el otrora "bloque constitucional", ¿?), con los primeros subordinados a los segundos (véase Valencia, Navarra e incluso Galicia) para que no exista alternativa de gobierno fuera de los esquemas políticos de ambos, que son los de la década de los treinta del siglo pasado. Entre sus "éxitos" está imponer esa idiotez de que "lo español" es franquista (o "lo franquista"), una sombra que proyectan con bastante habilidad sobre el PP, donde puede que alguno, en sus complejos e ignorancia, incluso se lo crea. Resultado: el modo de hacer política es una trampa sin salida que ya se demostró ruinosa para el ciudadano pero muy provechosa para los delincuentes de la política.
Los españoles no tenemos mayores problemas para desempeñarnos bien en la industria, el comercio, la cultura o el deporte, pero con esta forma de gobierno es imposible el Bien Común
Adicionalmente, a un ambiente de propagandismo y adoctrinamiento permanente y caro en extremo, se une un sistema electoral (el mismo de la UE) proporcional de listas que impide la representatividad del sujeto constituyente, que favorece el descontrol de los políticos y la elección de gestores al servicio de los partidos y donde el que hace la lista ya se encarga de que ninguno le haga sombra, produciendo cámaras legislativas propicias para sectarios, corruptos e incompetentes de las que a su vez salen los liderazgos sucesorios, que harán otras listas, produciéndose así un proceso degenerativo permanente. Para colmo de males, esas cámaras legislativas deciden quienes gestionan los ejecutivos y, en el caso del Parlamento español, también el Poder Judicial.
Explotar al sujeto constituyente
La conclusión no puede ser más clara: con este sistema electoral, pensado para explotar al sujeto constituyente, impidiendo que sea él quien diga al Estado lo que ha de hacer y no al revés, como ahora, la decencia política y la regeneración son imposibles, y ya pueden tirar el dado las veces que quieran que no saldrá un ocho; mientras, siguen los inventos y se pierden años valiosísimos.
Como creo que en este blog hemos demostrado sobradamente (en Hispania vincit, etc.) que nuestro país no tendría porque sufrir las penurias económicas y demográficas que padece. Los españoles no tenemos mayores problemas para desempeñarnos bien en la industria, el comercio, la cultura o el deporte, pero con esta forma de gobierno es imposible el Bien Común y si se sostiene es por la UE, lo cual nos lleva al principio, a la crisis secular de la UE. Podríamos salir mejor situados en este trance de como entramos, que sería en lo que deberíamos estar enfocados, pero nadie quiere un gobierno representativo y así es imposible. Por cierto, querido lector, ¿es Usted partidario de un gobierno representativo?
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