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miércoles, 20 de julio de 2016

CONTRA LA DESIGUALDAD, LIBERALICEMOS EL EMPLEO Y LA EDUCACIÓN

http://juanramonrallo.com/


La desigualdad es uno de los principales motivos de preocupación en España. Para muchas personas, la desigualdad sería detestable aun cuando no hubiera miseria: lo que en todo caso les molesta no es que existan pobres, sino es que haya distintos niveles de riqueza.
Hace unos meses, el Instituto Juan de Mariana publicó un informe en el que desmentía muchos de estos temores infundados: la desigualdad patrimonial o la desigualdad del gasto de consumo se ubican en nuestro país entre las más bajas de todo el mundo. Distinto es el caso de la desigualdad de renta, la cual se mantiene relativamente alta en España aun después de corregir ciertos sesgos en sus mediciones.
Parte de la responsabilidad de esta elevada desigualdad de ingresos cabe imputársela a nuestra pésima legislación laboral, una devastadora maquinaria que multiplica el número de parados y de empleos temporales. Y es que el 80% del crecimiento de la desigualdad de la renta en España desde el inicio de la crisis se debe a la destrucción de puestos de trabajo.
Pero, incluso olvidándonos del aumento de la desigualdad experimentado durante la crisis, lo cierto es que las diferencias de ingresos ya eran bastante elevadas antes de la crisis. ¿Por qué? De acuerdo con los economistas Rafael Domenech y Javier Andrés, la mayor parte de la desigualdad de la renta en España se explica por las diferencias de formación entre los ciudadanos y, a su vez, esas diferencias educacionales se deben al elevado fracaso escolar de nuestro país (el mayor de la Unión Europea). A su vez, Doménech y Andrés también ponen de manifiesto que el actual grado de redistribución de la renta en España es similar al de los países nórdicos como Dinamarca, Suecia o Noruega: nuestro sistema impositivo y de transferencias no estrecha las desigualdades menos que en esos países.
Por consiguiente, la forma de seguir minorando las desigualdades de ingresos en nuestro país no pasa por incrementar los impuestos y el gasto público: el problema no es ése por mucho que a algunos les interese extraer y controlar un mayor volumen de recursos de la sociedad para repartir prebendas entre sus clientes electorales. La auténtica estrategia para contraer las desigualdades de renta en España pasa por mejorar nuestro marco laboral y educativo: una mejora que debería pasar por una profunda liberalización de ambos.

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