Irlanda ha pasado de ser uno de los 'PIGS' a convertirse en el modelo a seguir para el resto de Europa. Según la última publicación de la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda, el PIB interanual del 'tigre celta' creció un 7,7%, ritmo similar al del campeón a este efecto, el gigante chino.
Tal y como publicaba Financial Times, mientras países como Francia e Italia se estancan y debaten sobre reformas que no se materializan, Irlanda hizo sus deberes y ahora está recogiendo los frutos del trabajo bien hecho. Todo se ha puesto de cara para el Estado insular y su acertadísima política fiscal y presupuestaria, llevada a cabao sin ambages por Michael Noonan, su Ministro de Finanzas.
Las dos socios comerciales más importantes de Irlanda, Estados Unidos y Reino Unido, crecen con paso firme, al igual que sus importaciones, lo que favorece a las exportaciones irlandesas, que han crecido un 7,8% en el último trimestre de 2015. Por si esto resultare insuficiente, las últimas decisiones en política monetaria, también han beneficiado a Irlanda, que ve como la rentabilidad de su deuda sigue cayendo con fuerza.
Aunque el entorno esté favoreciendo al país, hay mucha parte de culpa de su mejora en las reformas emprendidas por su gobierno: reducciones drásticas de los salarios en el sector público, descenso de los salarios en el sector privado para ganar en competitividad, inversiones para renovar la industria y potenciar el tejido productivo y sobre todo, el saneamiento y reestructuración del sector financiero, que fuera el motor de la economía de la isla entre 2000 y 2007.
La creación de un 'banco malo' a la española absorbió gran parte de los activos tóxicos que se encontraban en los balances de la banca privada, en su día. Este 'banco malo' fue la causa de que el déficit de Irlanda llegase a alcanzar el 30% sobre el PIB, ahora permite al sector financiero volver a conceder crédito y que la economía se estimule, sin hipertofiar con asteroides la demanda interna ni soluciones mágicas keynesianas.
Aunque el crédito vuelva a fluir en Irlanda, su economía ha cambiado su patrón de comportamiento. Dentro de los factores que están llevando al espectacular crecimiento del PIB irlandés, el consumo interno está perdiendo peso, mientras que las exportaciones siguen creciendo, una forma de crecimiento más sostenible en el tiempo, con un abultado superátvit en la balanza por cuenta corriente.
Las reformas y el crecimiento del principal indicador macro ya está beneficiando de forma clara a la economía real y tangible. El desempleo ha caído en la isla hasta el 11,5% desde el 15% alcanzado a principios de 2012.
Sin embargo y pesar de todos estos datos positivos, Irlanda aún soporta una espada de Damocles en forma de deuda pública sobre PIB, concretamente del 120%, uno de los registros más elevados de Europa.
Aún así, desde el afamado rotativo británico aseguran que Irlanda es un ejemplo esperanzador, que demuestra cómo un país puede recuperarse tras un rescate, a pesar de las nada favorables previsiones internacionales. Deberíamos tomar nota de los Pirineos hacia abajo.
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