La cripto-moneda Bitcoin sigue siendo meramente una pequeña mancha en el terreno monetario global. Es joven, experimental, y por lo que sabemos, podría fallar en abrirse paso dentro de la corriente principal monetaria. De todas formas, en un nivel conceptual estoy dispuesto a llamarlo un trabajo de genialidad y podría decirse el más emocionante desarrollo en el campo del dinero en más de 130 años. Digamos que desde el comienzo del patrón oro clásico en 1879. ¿Esto suena exagerado? Bueno, déjenme explicarlo.
El declive y la caída del dinero capitalista
El siglo 20 fue, en general, un periodo de casi constante decaimiento monetario. Alrededor del 1900 la mayoría de los economistas, políticos y banqueros habrían declarado correctamente que el capitalismo global – una economía de mercado global facilitando el libre intercambio de bienes y servicios a través de fronteras políticas y así permitiendo la cooperación humana extensiva a través del comercio – requería una moneda internacional, apolítica y fuerte. Tal dinero era el oro. Era la base de la economía capitalista e imponía estricta disciplina sobre todos los participantes del mercado. Crucialmente, eso incluía a los gobiernos y los bancos. Los gobiernos tenían que operar casi como negocios privados. Ellos tenían que mantener el balance en sus libros, es decir, vivir dentro de los medios provistos por los impuestos, y si tomaban prestado dinero en el mercado, sus acreedores estaban bajo riesgo completo del default, ya que ningún gobierno podía imprimir dinero (oro) para pagar las deudas o incluso cumplir con los pagos de intereses sobre los préstamos. Los bancos, por supuesto, emitían billetes que no estaban respaldados por oro pero aun asi usados por el público como si fueran dinero real – estos eran y siguen siendo “derivados del dinero” – pero igual los hicieron a riesgo completo del default ya que nadie podía imprimir las reservas de los bancos (oro) para salvar a los bancos en caso de que el público se cansara de los “derivados” y quisiera su oro de vuelta.
Durante el curso del siglo 20 – o para ser preciso, desde 1914 hasta 1971 – el sistema monetario fue cambiado completamente como consecuencia de un número de maniobras enteramente políticas, todas ellas minando la calidad del dinero. Hoy, la moneda fuerte internacional y apolítica ha sido reemplazada en todos lados con una moneda elástica, nacional y politizada, con dinero que los bancos centrales emiten dentro de un monopolio territorial a ningún costo y sin ninguna restricción significativa sobre la emisión, y que los bancos centrales usan para “manejar” la economía “nacional” (en sí mismo un concepto crecientemente pasado de moda), y para financiar al estado y hacer crecer los bancos domésticos (los cuales, bajo la protección del prestador de último y primer recurso, ahora emiten derivados del dinero en cantidades sin precedentes).
Hoy el mapa monetario global se asemeja a una labor de papeles moneda locales y nacionalistas, siendo cada una, una herramienta política, frecuentemente manipulada abiertamente en un intento de beneficiar a las industrias exportadoras locales a expensas de los competidores extranjeros o para “estimular” el etéreo concepto de “demanda agregada”. No es sorprendente que la economía global se esté ahogando en deuda (la deuda creciente del sector público), sufra por un sector financiero hinchado y tensiones en el comercio internacional, y tropiece de una crisis en otra, cada una peor que la predecesora.
Es bizarro – pero no sorprendente – que los políticos, banqueros y economistas modernos e “iluminados” ahora nos digan que este desquiciado sistema financiero existe para nuestro beneficio: en serio, confíen en nosotros.
La verdad sea dicha, el sistema monetario presente es un obstáculo al libre comercio, al funcionamiento correcto del mercado, y a la cooperación humana a través de las fronteras, y podría estar ya parado sobre una pata. Aun así un consenso poderoso pero enteramente equivocado parece haber sido aceptado por la opinión pública, este es que la moneda elástica podría ser beneficiosa si la oferta de dinero fuese manejada astutamente por algunos planificadores centrales inteligentes.
Yo escribí Paper Money Collapse – The Folly of Elastic Money and the Coming Monetary Breakdown para desafiar aquél consenso, para mostrar que la “elasticidad” de la oferta es siempre negativo para el dinero. La moneda elástica no es necesaria. Es enteramente superflua. Es más, la moneda elástica siempre es disruptiva. Un sistema monetario basado sobre una oferta de dinero inherentemente elástica y en constante expansión es inestable y sobre todo insostenible. La razón de por la que el oro fue tan bueno como moneda durante miles de años es precisamente que su oferta es esencialmente inelástica.
La palabra “Bitcoin” ni siquiera aparece en mi libro. La razón es simplemente que no había escuchado de la Bitcoin durante el tiempo en el que yo entregué mi manuscrito final a principios del 2011. Pero cuando aprendí sobre la Bitcoin poco después estuve inmediatamente fascinado. Como muchos otros, yo podría concebir el “dinero de internet” o dinero virtual. Como he explicado en el libro, el dinero no debe existir en forma física y el hecho de que la mayoría del dinero hoy en día sea electrónico no genera problemas para el teórico monetario. El problema con este tipo de moneda no es que sea inmaterial sino que su oferta es completamente elástica, y simplemente no puedo ver como una moneda que no esté basada sobre un bien dado por la naturaleza y estrictamente limitado pueda tener una oferta enteramente inelástica. Fue la inelasticidad de la Bitcoin por diseño la cual vi inmediatamente como una de sus grandes fortalezas y su verdadera genialidad.
Mi trabajo rehabilita el patrón oro. Muestra que fue un error abandonar el oro como la base de nuestro sistema financiero y reemplazarlo con dinero estatal enteramente elástico. Cuando el presente sistema de dinero fiduciario finalmente termine podríamos y deberíamos retornar al oro. La única alternativa que yo veo, al menos en un nivel puramente conceptual, es la Bitcoin, o algo como la Bitcoin: moneda fuerte, apolítica, inmaterial y virtual.
La Bitcoin es oro criptográfico
Ya la mayoría de los lectores probablemente hayan escuchado de la Bitcoin y tienen cierta noción de lo que es. Pero de cualquier forma, déjenme darles un rápido pantallazo. El economista Nikolay Gertchev, en un blog del website del Mises Institute, lo explica bastante bien, sin embargo Gertchev, como muchos otros miembros del movimiento “Austro-Libertario”, mantiene de alguna manera sus reservas cuando se trata de abrazar la Bitcoin. Me sorprende el grado de escepticismo en dicha comunidad y creo que en general está infundada. Pero, primero la descripción:
“Una bitcoin es una unidad de moneda virtual no material, también llamada cripto-moneda. (Bitcoin es un medio de intercambio que solo existe en el mundo virtual). Estos son almacenados en “billeteras electrónicas” anónimas, descritas por una serie de 33 letras y números. La Bitcoin puede viajar de una billetera a otra, por medio de una red de transaccion online peer-to-peer. Cualquier transferencia entre billeteras es registrada en el código de la bitcoin, así el registro de su historia entera de transacciones claramente identifica a su dueño en cualquier momento, previniendo así conflictos potenciales de propiedad. Las Bitcoins pueden ser divididas en partes tan pequeñas como 100 millonésima de bitcoin. El sobresaliente volumen actual de bitcoins está por encima de 10 millones y se proyecta que alcanzará los 21 millones en el año 2140”.
“Esto nos lleva al verdaderamente fascinante proceso de production de las bitcoins. Ellas son “extraídas” en base a un algoritmo matemáticamente definido, y vienen en un puñado, actualmente 25 unidades, como una recompensa por llevar a cabo un largo número de operaciones computarizadas que apuntan a descubrir la solución a lo que podría ser descrito como un rompecabezas matemático aleatorio. El rol del algoritmo es asegurar un declinante progreso del stock acumulado de bitcoins, dividiendo a la mitad la recompensa cada cuatro años. Por lo tanto, en algún momento a principios del 2017, la recompensa consistirá en 12,5 unidades solamente. Además, cuantas más bitcoins son producidas, más difíciles de resolver se vuelven los rompecabezas matemáticos producidos aleatoriamente ”.
La Bitcoin es dinero inmaterial, aun así su oferta está estrictamente limitada. Una vez que las 21 millones de unidades existan, probablemente en el 2140, eso será todo. No más bitcoins podrán ser emitidas. De hecho, la oferta de Bitcoin es más inelástica que la oferta de oro. Además, la oferta disponible de Bitcoin en cualquier momento del tiempo es sustancialmente más transparente que la del oro.
Si la Bitcoin alguna vez se vuelve dinero por sus propios medios (como podria hacerlo, lo mencionaré más abajo), entonces sería dinero internacional, fuerte y enteramente inelástico.
Como el oro, no se deteriora, es homogéneo y (casi) perfectamente divisible. La Bitcoin cumple con todos los requerimientos de una buena moneda. A la larga, el oro no tiene que temerle al dinero fiduciario, el cual es siempre subóptimo ya que siempre esta nacionalizado, politizado, manipulado y es inestable e inflacionario. Por mil años, el papel moneda de los estados ha ido y venido. El oro (y la plata) se quedaron. El oro sólo tiene que sentarse y esperar para que el ultimo, mas audaz y arrogante, experimento con papel moneda global y de libre flotación falle, y él volverá. Pero ahora hace frente, potencialmente, a su primer contrincante significativo: La cripto-moneda inelástica, la Bitcoin.
Moneda de ninguna autoridad
No hay una autoridad central que emita Bitcoin y que pueda manipular su oferta para su propia ganancia o para algún “bien común” de la sociedad. Positivamente vergonzosos, aunque a veces inintencionalmente graciosos, son los embarazosos intentos, mediante portavoces del establishment, para desacreditar a la Bitcoin en base a que, a diferencia de todas las monedas fiduciarias astutamente manejadas por el estado, la Bitcoin no estaría perdiendo constantemente su poder adquisitivo. De hecho, como en el caso del oro, podría esperarse razonablemente que el poder adquisitivo de la Bitcoin se apreciará constantemente en el tiempo.
Pero, aun así escuchamos a varios economistas “iluminados” de la idea Keynesiana exclamar con horror que eso significa que todos sufriremos la terrible deflación, de la cual solo una elite de altamente calificados burocratas del banco central designados por el gobierno y una bien aceitada máquina de imprimir billetes pueden salvarnos. Aparte del hecho de que estos auto-proclamados amos del dinero no tienen ni la correcta teoría económica ni la experiencia de mil años de historia financiera, ellos obviamente ni siquiera comprenden qué tanto su sistema de dinero manipulado ya se ha desacreditado a sí mismo.
La moneda inelástica puede satisfacer CUALQUIER demanda
Como he explicado en Paper Money Collapse, ninguna sociedad (ni siquiera una creciendo sanamente) necesita una constante expansión de la oferta de dinero. El dinero es un bien económico único. Debido a que es el medio de intercambio, el dinero es el único bien que es demandado exclusivamente por su valor de intercambio, no por ningun valor de uso que contenga en su sustancia (si tiene alguna en absoluto).
Nadie que haya demandado dinero ha demandado una cierta cantidad de notas en papel, o cierto peso de oro, o cierto numero de digitos de un disco duro de una computadora. Los usuarios de dinero demandan el valor de intercambio que estos artículos contienen a cambio de otros bienes y servicios, es decir, que sean aceptados por otros como dinero. La demanda de dinero es siempre una demanda por un ya existente poder adquisitivo.
Una vez que un bien es ampliamente aceptado como medio de intercambio (sea este bien oro, papel, o sequencias digitales de unos y ceros), el público puede, en cualquier momento del tiempo, retener precisamente la cantidad de dinero – el ya existente poder adquisitivo – que quiera retener. Si la demanda por dinero sube, el público venderá bienes por dinero o reducirá los gastos de dinero por bienes. Como resultado, los precios monetarios de los bienes caerán y el poder adquisitivo de cada unidad monetaria (ya sea oro, papel o un código digital) subirá. Este proceso satisface – automática, instantánea y naturalmente – la más alta demanda por dinero. El público ahora retiene más poder adquisitivo ya existente en forma de dinero, no porque un productor de dinero inteligente y cuasi-profético haya creado nuevas unidades de dinero, sino simplemente y sin rodeos, porque el valor de intercambio del stock de dinero existente ha incrementado.
Una vez que un bien es ampliamente aceptado como dinero, ninguna producción adicional de ese bien es requerido. De hecho, como yo también demostré en Paper Money Collapse, cualquier intento de inyectar dinero flexiblemente en la economía para “estabilizar” el poder adquisitivo del dinero (o, como la política declarada de hoy, devaluarlo constantemente a un ritmo oficialmente establecido), no sólo debe fallar en su objetivo primario (estabilidad del nivel de precios) sino que debe causar graves distorsiones en todo el ancho de la economía. Más aún, la deflación firme y secular que debe de esperarse bajo una moneda inelástica, como el oro o la Bitcoin, no solo no es económicamente disruptiva, es incluso benéfica. Solo consideren un aspecto: ya que el dinero tendría una moderada rentabilidad positiva, la gente que no tenga conocimiento de los mercados financieros y de inversión, y que no tienen los recursos para contratar consejeros profesionales, pueden ahorrar simplemente reteniendo dinero. Esto es imposible en nuestra economía de moneda fiduciaria de constante inflación y creciente inestabilidad monetaria.
Verdaderamente internacional
Ya que la Bitcoin no tiene una autoridad de emisión, no tiene país de residencia u origen. Es dinero verdaderamente global. Puede ser usado para pagos en cualquier lugar del mundo sin tener que ir a través de sistemas bancarios o mercados extranjeros de intercambio. Es innegable que la multitud de papel moneda locales posee una considerable restricción al libre comercio y por lo tanto al aumento de los estándares de vida en amplias partes del mundo ya que este sistema necesariamente introduce un elemento de trueque parcial dentro de las relaciones de comercio internacional. Los mercados extranjeros de intercambio masivos de hoy no son otra cosa que una improvisación, una muleta para lidiar con los arreglos subóptimos y motivadamente politizados de varias monedas locales. Este mercado ata al capital (ambos humano y financiero) sin agregar ninguna riqueza real a la sociedad.
Si la Bitcoin se acepta ampliamente – y ese es un gran “si” – podría convertirse en una gran plataforma para conectar potencialmente a dos contrapartes cualesquiera en el mundo en transacciones financieras directas. Es el más importante desintermediador: no se necesitarían bancos.
A estas alturas podría ser objetado que solo conecta a la gente que tiene acceso a internet o a smartphones pero esta es una barrera que se encoge rápidamente. En mis viajes en África el año pasado, descubrí que el acceso a internet estaba usualmente más presente que las filiales de los bancos. Y a propósito, Kenya y Tanzania ya tienen M-Pesa, el sistema de pago móvil más desarrollado del mundo que usa una red de teléfonos celulares para facilitar transferencias de dinero. Estos países podrían fácilmente hacer la transición a sistemas de pago basados en smartphones sin tener que sufrir los rodeos y vueltas a través de redes bancarias torpes.
Sobre el asunto de atar capital, la Bitcoin gana sin hacer esfuerzo contra cualquier otro sistema financiero, incluyendo el patrón oro. La Bitcoin no necesita ningún almacenaje físico, el cual naturalmente es siempre caro. La Bitcoin es materia prima monetaria y sistema de pago todo en uno. (Aunque, fascinante, el libre mercado ya ha creado Bitcoins físicas.)
El dinero requiere confianza. Nosotros en el presente no vivimos bajo un patrón oro pero, como Jim Grant, un doctorado en filosofía, ha observado tan astutamente, un sistema de dinero flexible y patrocinado por el estado, manipulada por gente como Ben Bernanke y su equipo en la Fed, quienes disfrutan del privilegio de implementar políticas basadas sobre sus teorías monetarias equivocadas y hacen interpretaciones espeluznantes sobre historia económica, mientras una clase de especuladores adicta al dinero barato los mueve a ellos en su trampa y ríe de camino al banco. La justificación para el oro ha sido siempre que no requiere que el público ponga la confianza en una élite monetaria sino que sólo tiene que confiar en el creador del oro: la madre naturaleza. Con las Bitcoins solo tienes que confiar en el algoritmo, y como este es un software abierto, no puede haber una agenda escondida. La Bitcoin, como un correcto patrón oro, es dinero fuerte, capitalista, sin política, sin reuniones del Federal Open Market Committee, sin política monetaria, sin burocracia bancaria central. Es moneda de libre mercado.
Las objeciones comunes a la Bitcoin
Dadas sus dotes de libre mercado y de moneda fuerte, el escepticismo hacia la Bitcoin de parte de la comunidad Austro-Libertaria es de alguna manera sorprendente. Pienso que algunas de las objeciones son fácilmente refutables. Existe, primero que todo, la idea de que la Bitcoin podría tener muchos imitadores, los cuales minarían su unicidad y reduciría su atractivo. Si la Bitcoin misma no puede ser inflada, ¿qué pasa con el concepto de las cripto-monedas? ¿podrían ser infladas por demasiadas monedas diferentes ofertadas?
Este argumento me parece débil. Debido a que el diseño y robustez criptográfica de la Bitcoin es un logro excepcional. No es posible que un hacker de talento medio pudiera inventar algo similar mañana. Pero incluso si pudiera, el argumento subestima completamente la ventaja de ser el primero en el área de los bienes y servicios con los efectos sustanciales de la red. ¿Cuántas personas han lanzado un segundo Facebook o Twitter desde que estas invenciones causaron sensación en los medios sociales? – Nadie. Aunque no tecnológicamente, estos inventos son mucho más simples que la cripto-moneda. Los efectos de la red en estos bienes son inmensos, una vez que la gente acepta que es difícil, sino imposible, para nuevos competidores hacerse lugar. Estos bienes y servicios tienen valor para sus usuarios predominantemente porque otros los usan también, y cuanto mas gente los use, mas valuados se vuelven. No hay ningún bien para el que esto sea más cierto que el dinero – el medio general de intercambio. El dinero personalizado es un oxímoron. Consecuentemente, una vez que una forma de dinero es aceptada, es muy difícil apartar a los negocios de ella.
Este aspecto del dinero e obviamente un problema para la Bitcoin en su lucha contra el papel moneda establecido por el estado pero es al mismo tiempo una gran ventaja cuando se trata de mantener a raya a potenciales nuevos competidores. La Bitcoin ahora domina el mercado para las cripto-monedas (prácticamente ES el mercado de cripto-monedas, en mi opinión) y creo que sólo el descubrimiento de fallas significativas en la Bitcoin o si alguna cripto-moneda bastamente superior apareciera, aunque me gustaria saber en qué aspecto podría ser mejorada la Bitcoin. Pero, solo lanzando otra cripto-moneda – un clon de la Bitcoin – ciertamente no se va a rivalizar con la Bitcoin.
Menger y Mises hubieran adorado la Bitcoin
Muchos Austriacos reniegan de la Bitcoin debido a la teoría de Menger sobre el origen del dinero y el así llamado “teorema de la regresión” de Mises, y de alguna manera concluyen que la Bitcoin nunca podrá lograr el status de dinero porque no se originó de un bien que no era dinero originalmente. Mises estaba en lo correcto cuando declaró que algo se podía convertir en dinero si tenía algún valor en el comercio antes de que fuera usado por alguien como un medio de intercambio por primera vez. Porque si esto no hubiera sido así, ¿cómo pudo la primera persona en emplear el bien como dinero tener algún punto de referencia por el cual reconocer su valor y determinar su valor de intercambio para la primer transacción monetaria? Sin embargo, este teorema, que continúa irrefutado en mi opinión, no se aplica a la Bitcoin. La Bitcoin simplemente puede copiar a establecidas formas de dinero que ya tienen valor de intercambio y derivar su valor original de ellas antes de que, a la larga, desarrolle su propio valor.
Lo mismo ha pasado, de hecho, en el caso del papel moneda. Las notas de papel que son usadas como dinero hoy no comenzaron a ser aceptadas ampliamente como instrumentos monetarios empezando como bienes o commodities – es decir, como mero papel – sino que comenzaron como papeles que acreditaban oro físico. El oro era dinero y el papel simplemente una tecnología para transferir la propiedad del oro. Cuando el primer billete bancario fue usado no obtenía su valor de intercambio del contenido en papel sino del hecho de que podía ser intercambiado por una cantidad establecida de oro. Ese fue el punto de referencia necesario – de acuerdo con el teorema de la regresión de Mises. El papel moneda comenzó como una tecnología de pago y como el público se acostumbró a pagar con papel en lugar de con monedas de oro y barras de oro, el contenido de respaldo en oro pudo ser reducido con el tiempo y al final el vínculo con el oro fue erradicado. ¿Qué le da valor a este papel moneda de hoy? – El hecho de que el público aún acepta estos tickets de papel a cambio de bienes y servicios. Eso es todo. Y de hecho, es todo lo que se necesita. Cualquier forma de dinero – incluso el oro, el cual aún conserva cierta funcionalidad como commodity industrial o como bien de consumo (joyería), aunque esa funcionalidad es ahora irrelevante para su rol como instrumento monetario – cualquier forma de dinero obtiene su valor en dinero, del comercio del público y de la voluntad del público para intercambiar el instrumento monetario por bienes y servicios.
Y aquí yace de hecho el más grande reto para la Bitcoin. Sin embargo, este reto no es de naturaleza conceptual. El concepto de Bitcoin como dinero es, como he tratado de demostrar más arriba, extremadamente irresistible. Pero la Bitcoin tiene que ofrecer algo al usuario promedio de dinero que el papel moneda del estado no puede ofrecer. Igual que el billete bancario otorgaba un beneficio instantáneo y discernible para cada usuario de dinero relativo a monedas de oro, que le permitía convertirse en un medio de intercambio ampliamente usado por propio derecho e incluso llegando a operar sin ningún vínculo con el oro, así la Bitcoin tiene que ponerse aparte del dinero fiduciario y superar la poderosa red de ventaja del dinero fiduciario. El hecho de que el dinero fiduciario sea subóptimo en términos de sus características inflacionarias y sus efectos disruptivos en el ancho de la economía no es algo que moleste al usuario promedio de dinero. Por el momento él desea involucrarse en transacciones monetarias, y lo hace de forma tan conveniente, segura y fácil como le es posible. El sistema de papel moneda del estado de hoy ofrece “dinero computarizado” fácilmente utilizable y el público en general todavía está feliz de usarlo. ¿Por qué cambiar a la Bitcoin?
¿Será aceptada la Bitcoin por la mayoría del público?
Es mi impresión de que la comunidad de usuarios de la Bitcoin, que aunque aparentemente crece, sigue estando compuesta en general por aquellos quienes están fascinados por la tecnología como tal y quienes quieren ser parte de algo nuevo, y aquellos a quienes les gusta por razones “ideológicas”, es decir, aquellos quienes detestan el papel moneda del estado o no les gusta el sistema bancario. Por lo tanto, aparentemente sigue habiendo un gran contingente de “nerds” de computadoras, hackers, cripto-anarquistas, libertarios anti-gobierno y de la gente que ocupa Wall Street, entre los usuarios (lo cual no significa que no haya muchos que no califiquen en cualquiera de estas categorías). ¿Cómo podría la Bitcoin atraer una base más amplia de consumidores de dinero más allá de estos grupos?
Un aspecto poderosos es el costo. Las transacciones de Bitcoin son gratis, así que la Bitcoin podría convertirse – o podría yá serlo – el Skype de los sistemas de pago. Otra atracción podría ser simplemente el usualmente razonable, y con algún esfuerzo potencialmente considerable, la anonimidad e irrastreabilidad que la Bitcoin ofrece. Este parece ser un asunto de debate acalorado. En una mano, la Bitcoin es increíblemente transparente. Todas las transacciones están literalmente en dominio público. Sin embargo, cada “usuario” es sólo identificado por su “dirección” y el número de “direcciones” es prácticamente ilimitado. Uno podría usar una nueva dirección para cada transacción. Esto podría no significar irrastreabilidad instantánea de “las autoridades” pero aun así, ciertas técnicas y add-ons, algunas de las cuales aún están siendo desarrolladas, tienen el potencial para incrementar el anonimato y la irrastreabilidad incluso más. Adicionalmente, es posible adquirir la Bitcoin por dinero – en lugar de vía los establecidos intercambios ya regulados – y por lo tanto anónimamente.
Esto significa que la Bitcoin podría ser usada, como es ya criticada frecuentemente, para transacciones ilegales involucrando drogas y armas. Pero la gente no tiene porque ser traficantes de drogas o armas, o incluso evasores fiscales, para apreciar un cierto grado de privacidad financiera. Mientras las leyes de privacidad bancaria estén desapareciendo en todos lados y casi todos los gobiernos estén librando una “guerra contra el efectivo”, cualquier transacción que involucre más que sólo un centavo debe ser movido a sistemas electrónicos dentro de la red de dinero fiduciario del estado, para que las autoridades logren la completa “transparencia” de qué es lo que la ciudadanía está haciendo en cualquier momento. Por ello, podría haber una amplia demanda de sistemas de pago electrónicos “externos” ofreciendo privacidad. Por ejemplo, existe un rango de “actividades” involucradas en lo que puede no ser, o aún no es, ilegal pero es considerado una potencial vergüenza para las partes involucradas si se hiciera publico (el juego, la pornografia, la prostitución), y mucha gente no querría que su pago por ellas quedara en registros permanentes. Este potencial desarrollo no carece de ironía: Nuestra sociedad de información moderna, la cual tiende hacia el ciudadano transparente y el ilimitado almacenaje de datos, mantiene muchas amenazas a la sociedad libre, a la privacidad y libertad individual. No sería raro si los contramovimientos hacia esta tendencia emanaran desde la misma tecnología.
Un adicional impulso a la Bitcoin puede venir directamente desde la infraestructura misma del papel moneda del estado. Los casos de Islandia y en particular Chipre han llevado a casa la idea de que “el dinero en el banco” está lejos de estar seguro, e incluso si tus depósitos han sobrevivido al colapso del banco y la refinanciación, no podrás sacarlos fuera del país en el futuro cercano ya que los controles de capitales serán probablemente impuestos. Mientras la sobrecargada economía del papel moneda se tambalea hacia su inevitable fin, mas de estas instancias ocurrirán proveyendo una apertura adicional para la Bitcoin. Hasta donde llega mi conocimiento las Bitcoins no pueden ser confiscadas y las cuentas de Bitcoin no pueden ser congeladas. Adicionalmente, tú mismo almacenas Bitcoin en lugar de ponerlos en un banco de reserva fraccionaria que convenientemente las usaría como “reservas” para su propia producción de dinero.
¿Cuánto valen las Bitcoins?
Estoy de acuerdo con Jon Matonis en que nadie puede dar una respuesta razonable excepto que el resultado es probablemente binario: o bien la Bitcoin falla y las Bitcoins individuales terminan siendo inservibles; o bien la Bitcoin despega y las Bitcoins valen cientos de miles de dólares, yenes euros y libras en papel. Quizás mas. Aquellos que compran Bitcoin como una inversión especulativa deberían considerarlo una opción en el futuro éxito de la cripto-moneda. Al momento de escribir, las Bitcoins se comercian a US$127 o £83 en Bitcoin-exchange Mt. Gox.
En una nota personal, mi más grande instrumento personal continúa siendo el oro físico. Como expliqué en numerosas ocasiones, considero que el oro es el instrumento de defensa propia esencial en esta crisis del papel moneda. El oro no esta siendo usado en el presente por el público en general como un medio de intercambio tampoco, pero sus dos mil años de historia como dinero global significa que conserva un status de activo monetario y que su función histórica como un almacenaje de valor líquido y durable – una función que el dinero fiduciario no puede cumplir – permanece sin rival. En comparación, la nueva cripto-moneda Bitcoin tiene que ganarse primero su categoría como activo monetario probando que puede ser un medio de intercambio “común”. Este es el porqué de que yo vea a la Bitcoin muy diferente del oro, a pesar de que el atractivo de ambas tiene su origen en la muerte del dinero fiduciario estatal que es enteramente elástico y está politizado. Voy a seguir la revolución de la Bitcoin con interés y simpatía.
Mientras tanto, la vergüenza del papel moneda continua.
Texto Original: Detlevschlichter.com
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