El Banco de España estima que las medidas monetarias extraordinarias activadas por el Banco Central Europeo elevarán el PIB español en 1,2 puntos entre 2015 y 2016
AUTOR
Mario Draghi lleva meses pidiendo ayuda. Siempre que tiene la ocasión, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) reclama reformas estructurales y más progresos en la integración europea para que, de ese modo, sus extraordinarias medidas monetarias encuentren un mejor caldo de cultivo para desplegar su potencial. Es su forma de reconocer que la política monetaria no basta para impulsar y sostener una recuperación vigorosa y sólida en la Eurozona. Eso sí, su medicina ayuda a mejorar la situación. Al menos, así lo recoge el Banco de España(BdE) en su Informe Anual.
El BdE realiza un ejercicio que "ofrece evidencia que muestra cómo las medidas del BCE han sido eficaces a la hora de proporcionar el estímulo monetario que ha requerido el exigente entorno macroeconómico, relajando las condiciones financieras a las que han de hacer frente los agentes económicos tanto en el ámbito del conjunto de la Unión Económica y Monetaria (UEM) como en el de la economía española". En concreto, la entidad gobernada por Luis María Lindeestima que las medidas extraordinarias que el BCE viene aplicando desde mediados de 2014, reforzadas luego de forma clave en enero de 2015 con el lanzamiento del programa de expansión cuantitativa (QE) y con la más reciente batería de medidas lanzada en marzo de 2016, aportarán 1,2 puntos porcentuales al Producto Interior Bruto (PIB) de España entre 2015 y 2016 -seis décimas por año-. En la inflación, cuantifica el impacto favorable en 0,9 puntos porcentuales.
Detalle de los efectos de las medidas del BCE. Fuente: BdE
Es decir, el BdE calcula que los estímulos del BCE han sido claves en la recuperación del crecimiento español, que en 2015 fue del 3,2%, el mayor desde 2007. Y muestra que sin los incentivos de la entidad presidida por Draghi la sombra de la deflación hubiera sido más alargada sobre la economía española.
Eso sí, las recetas del banquero italiano tienen más impacto en el conjunto de la eurozona que en España, siempre según los modelos del BdE. El despliegue monetario del BCE contribuirá a elevar el PIB y la inflación de la eurozona en 1,4 y 1,2 puntos porcentuales, respectivamente.
De las empresas a las exportaciones
Más en particular, el Banco de España enfatiza que los principales impactos derivados de las medidas del BCE se aprecian en los costes de financiación y en las exportaciones. "Los mayores efectos expansivos se observan en la inversión productiva privada por parte de las empresas, que se benefician de una mayor reducción estimada en su coste de financiación y responden a las mejores perspectivas para las economías española y europea a raíz del estímulo monetario,y en las exportaciones, por la expansión de la actividad en nuestros socios comerciales del área del euro y por la depreciación frente a los de fuera de ella".
Efecto estimado de las medidas del BCE en la economía española, por canales. Fuente: BdE
De manera desglosada, el BdE calcula que el principal efecto favorable sobre el PIB se produce a través del canal comercial, es decir, "del crecimiento inducido en el área euro y de su efecto sobre las exportaciones". Esta vía proporcionaría el 44% del aumento acumulado a finales de 2016. El segundo canal se derivaría de ladepreciación del euro, con un efecto positivo del 23%. Desde mayo de 2014, cuando rozó los 1,40 dólares, la divisa europea se ha depreciado un 20%, hasta los 1,15 dólares. A continuación, el efecto riqueza derivado de la subida de la bolsa y el descenso de los costes de financiación reflejarían, cada una de ellos, el 16%.
Cuidado con el futuro
El BdE, sin embargo, no lanza las campanas al vuelo. De hecho, sitúa la contribución del BCE entre los "factores transitorios" que están ayudando a la economía, junto con la depreciación del euro y la caída del crudo. O lo que es lo mismo, factores que ayudan durante un tiempo, pero con los que no se puede contar de forma estructural.
En este sentido, el Banco de España se muestra cauto ante los efectos secundarios o desestabilizadores que son inherentes a medidas tan extraordinarias como las que está aplicando el BCE. "No se puede excluir que en algunas partes del sistema económico y financiero se puedan llegar a producir situaciones que den lugar a una asignación ineficiente de los recursos y, eventualmente, a problemas de estabilidad financiera", avisa. Y añade: "A pesar de que en la situación actual no se detectan elementos de riesgo de esta naturaleza para el conjunto de la UEM, garantizar la acción sinérgica de la política monetaria y la macroprudencial se configura como uno de los principales retos para los próximos años". Y tampoco se olvida del impacto que la actual política del BCE tiene en la banca: "Debe vigilarse también la presión que el contexto de bajo crecimiento nominal y tipos de interés muy reducidos ejerce sobre la rentabilidad de la intermediación financiera y, en particular, del negocio bancario".
De manera desglosada, el BdE calcula que el principal efecto favorable sobre el PIB se produce a través del canal comercial, es decir, "del crecimiento inducido en el área euro y de su efecto sobre las exportaciones". Esta vía proporcionaría el 44% del aumento acumulado a finales de 2016. El segundo canal se derivaría de ladepreciación del euro, con un efecto positivo del 23%. Desde mayo de 2014, cuando rozó los 1,40 dólares, la divisa europea se ha depreciado un 20%, hasta los 1,15 dólares. A continuación, el efecto riqueza derivado de la subida de la bolsa y el descenso de los costes de financiación reflejarían, cada una de ellos, el 16%.
Cuidado con el futuro
El BdE, sin embargo, no lanza las campanas al vuelo. De hecho, sitúa la contribución del BCE entre los "factores transitorios" que están ayudando a la economía, junto con la depreciación del euro y la caída del crudo. O lo que es lo mismo, factores que ayudan durante un tiempo, pero con los que no se puede contar de forma estructural.
En este sentido, el Banco de España se muestra cauto ante los efectos secundarios o desestabilizadores que son inherentes a medidas tan extraordinarias como las que está aplicando el BCE. "No se puede excluir que en algunas partes del sistema económico y financiero se puedan llegar a producir situaciones que den lugar a una asignación ineficiente de los recursos y, eventualmente, a problemas de estabilidad financiera", avisa. Y añade: "A pesar de que en la situación actual no se detectan elementos de riesgo de esta naturaleza para el conjunto de la UEM, garantizar la acción sinérgica de la política monetaria y la macroprudencial se configura como uno de los principales retos para los próximos años". Y tampoco se olvida del impacto que la actual política del BCE tiene en la banca: "Debe vigilarse también la presión que el contexto de bajo crecimiento nominal y tipos de interés muy reducidos ejerce sobre la rentabilidad de la intermediación financiera y, en particular, del negocio bancario".
No hay comentarios:
Publicar un comentario