El mayor deudor subprime del mundo: El gobierno de EE. UU.
Lehman Brothers solicitó la protección de quiebra del Capítulo 11 hace seis años en este mes. El acontecimiento se ha convertido en famoso como la chispa que encendió la crisis financiera global. Desde esa fecha, Millones han perdido sus trabajos y medios de subsistencia y muchos más han visto su futuro evaporarse ante sus ojos, a veces de forma permanente.
En el centro de la crisis de 2008 fue una causa común reconocida por casi todos los comentaristas. Los prestatarios ahora conocidos de forma infamante como “subprime” (o, más educadamente, “no prime”) fueron la razón principal para la disolución. Como las instituciones financieras dieron créditos a gente con medios menos que estables para devolver sus deudas, los fundamentos del mundo financiero se vieron desestabilizados.
Seis años después y estos deudores subprime son en buena parte una reliquia del pasado. A pesar de esto, hay una nueva amenaza latente en la arena financiera global. Este prestatario es mucho mayor que todos los personajes subprime previos combinados y plantea un riesgo mucho más peligroso para la estabilidad financiera de caso todos (si no todos) los ciudadanos del mundo. Estoy hablando, por supuesto, del gobierno de Estados Unidos.
Los prestatarios subprime se definen por puntuaciones FICA que son en buena parte inaplicables a naciones soberanas. Podemos en su lugar ver los tipos de préstamos que toman estos prestatarios para entender lo precarias que son las finanzas del gobierno federal de Estado Unidos.
Para simplificar mucho las cosas, consideremos tres tipos de préstamos que hicieron atractiva la deuda para prestatarios subprime. El primero fue el tipo hipotecario ajustable. Después de un periodo corto a un tipo bajo introductorio de señuelo, aumentaría el tipo de interés. Segundo estuvo el préstamo de solo interés. Los prestatarios podían tomar una suma de dinero y durante un periodo no preocuparse de pagar el principal. Una forma extrema del préstamo de solo interés era el tipo final: el préstamo de amortización negativa. En este caso, el pago no solo no reducía el principal del préstamo, ¡ni siquiera cubría los intereses generados! El efecto es que cada mes que pasa, el prestatario cae más en deuda, ya que el diferencial de interés se añade al principal a devolver.
En el inicio de la crisis, muchos comentaristas se centraron en dos medidas de la estabilidad financiera del gobierno. La primera era el nivel de deuda respecto del PIB, que se sumaba anualizada a su déficit (también expresado en un porcentaje del PIB). En su nádir en 2010, el gobierno federal tuvo un déficit presupuestario de casi un 10% del PIB (el más alto desde la Segunda Guerra Mundial). Hoy, el nivel de deuda federal (ignorando deudas fuera de presupuesto como la de la Seguridad Social o el Medicare) equivale al 102% del PIB.
Aunque estas cifras son realmente altas, en realidad infravaloran el problema. Después de todo, el denominador en ambos casos es la renta total de todo Estados Unidos, no solo la del gobierno.
Para entender mejor estas cifras, consideremos cuánto toma prestado el gobierno federal como porcentaje de su renta (la suma de sus ingresos por impuestos).
Gráfico 1: Préstamos netos al gobierno federal como porcentaje de ingreso fiscal federal. Fuente: Datos económicos de la Reserva Federal de St. Louis.
En el gráfico 1 podemos ver que no solo el gobierno federal se financia a menudo con deuda, sino que lo hace toman prestado mucho en relación con su renta. ¡En 2009 tomó prestado el 85% de lo que pudo conseguir mediante impuestos! Aunque los comentaristas alaban al gobierno por tener bajo control estos déficits presupuestarios y por debajo de un más “razonable” nivel del 4% del PIB, podemos ver que sigue teniendo que tomar prestado más del 20% de su renta para mantener a flote sus operaciones.
Por supuesto, esto es solo el déficit anualizado. Prestando atención a los efectos acumulativos de esto en términos de deuda federal bruta pendiente, podemos ver que la situación es incluso más precaria.
Gráfico 2: Deuda federal bruta como porcentaje de ingreso fiscal federal. Fuente: Datos económicos de la Reserva Federal de St. Louis.
Respecto del año pasado, la cantidad bruta de deuda del gobierno federal era de aproximadamente 5,5 veces sus ingresos fiscales. Esto equivaldría a ganar 30.000$ al año debiendo 165.000$. Por alguna razón la gente se subleva porque los estudiantes se gradúan con una deuda media de 30.000$ y empieza en un trabajo de unos míseros 30.000$ al año, pero pocos quieren darse cuenta de que el gobierno federal está cinco veces peor.
El gobierno federal está en peor estado financiero de lo que se reconoce comúnmente, pero pocos lo calificarían como una deudor subprime, ¿no? Veamos el tipo de préstamo que toma el gobierno y podréis haceros a la idea.
Muchos prestatarios subprime se vieron atrapados cuando tomaron prestado para periodos cortos para acabar viendo cómo aumentaban los cargos cuando aumentaban sus tipos hipotecarios ajustables.
Gráfico 3: Media ponderada de vencimiento de deuda federal pendiente (meses). Fuente:Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
En el gráfico 3 podemos ver que el vencimiento medio de la deuda estaba en torno a los 5,5 años el pasado año. Casi la mitad de la deuda pendiente vencerá en tres años y dos tercios de ella tienen que liquidarse en cinco. Esto puede que no sea tan a corto plazo como en algunos otros deudores, pero tampoco es exactamente un tipo hipotecario fijo. Por otro lado, es problemático porque la Reserva Federal se ha dedicado explícitamente a una política de alimentar una inflación superior. A esta alta inflación le acompañarían unos tipos de interés más altos y un nuevo problema a resolver para el gobierno, ya que se vería obligada a tomar prestado a tipos de interés más altos.
¿Qué pasa con los préstamos de solo interés o de amortización negativa? Como podemos ver en el gráfico 4, para la última década (al menos), el Tesoro ha infrapagado sus intereses anuales en torno a los 200.000 millones de dólares al año. El pasado año, eso equivalió a aproximadamente el 5% de todos sus ingresos fiscales. Esta cantidad se añade al principal pendiente cada año para aumentar el nivel bruto de endeudamiento del gobierno federal.
Gráfico 4: Gasto federal en intereses y pagos (miles de millones de dólares). Fuente: Datos económicos de la Reserva Federal de St. Louis y Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Por supuesto, este no es un ejemplo estricto de un préstamo de amortización negativa. Sin embargo, tiene al final el mismo efecto, con la sola diferencia de que el Tesoro toma prestado dinero cada año e incurre en más interés para pagar el interés sobre su deuda existente.
El gobierno de Estados Unidos no solo toma prestado de la misma manera que lo hicieron esos prestamistas subprime desestabilizantes hace seis años, lo hace en una escala mucho mayor. En 2008 había casi 15 billones de dólares de hipotecas en vigor (aproximadamente el 100% del PIB de EEUU en 2008). Muchas, si no la mayoría, no eran subprime. En comparación, hay aproximadamente 2 billones de dólares más que esta cantidad en deuda federal ahora mismo, la mayoría de la cual se liquida bajo condiciones similares a las de estos prestatarios subprime problemáticos. Para empeorar las cosas, como no toda la renta de la nación es del gobierno, esto equivale a más de 5,5 veces la base fiscal relevante que se puede liquidar. (Por supuesto, al contrario que los prestatarios subprime que perdieron sus trabajos y renta durante la recesión, el gobierno federal puede aumentar unilateralmente su renta aumentando o creando nuevos impuestos. No creo que muchos quieran ver que se sigue esta opción).
Acabaré respondiendo a una pregunta problemática: ¿quién presta este dinero al gobierno federal? Después de todo, si la debacle de la toma de prestado “subprime” del gobierno federal se produce como lo hizo la privada hace seis años escasos, sería bueno saber a quién apuntar. Los bancos y otras instituciones financieras recibieron la parte del león de la culpa por su participación en los llamados créditos predatorios de dinero a quienes no podían devolverlos, pero ¿quién está prestando al gobierno?
Montones de “pequeña gente” poseen unos pocos títulos del Tesoro, pero palidecen en comparación con la Reserva Federal.
Antes de la crisis, la Fed mantenía sus compras del Tesoro bastante constantes y bajas en relación con la emisión total (en torno al 6-7% hasta 2007). A pesar de alguna rebaja temprana de títulos del Tesoro al principio de la crisis en lugar de títulos de garantía hipotecaria de calidad inferior y la deuda de la agencia federal (algo a lo que Philipp Bagus y yo llamamos “flexibilidad cualitativa” en su momento, ver aquí y aquí y aquí), en 2010 más de la mitad de toda la deuda del Tesoro era comprada por la Fed. Incluso hoy, mientras abundan las conversaciones sobre la intervención de la QE, la Fed sigue siendo responsable de más del 40% de la deuda del gobierno federal.
Las finanzas del gobierno federal no son siempre tan chapuceras. Aunque es cómodo culpar al Congreso por la situación actual, hacen falta dos para un tango. La voluntad de gastar era visible en el gobierno, pero la Fed proporcionó los medios.
Hace seis años, se demonizó a instituciones financieras al no poder devolver sus préstamos los prestatarios subprime. Si el gobierno federal resulta ser otro deudor subprime, deberíamos esperar que la culpa se atribuyera a la Reserva Federal por alimentar esa situación y permitir que perdurara tanto tiempo.
Publicado originalmente el 24 de septiembre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
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