Paciencia
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Hace un año, la Reserva Federal de EE UU (Fed) anunciaba el inicio de la reducción de sus compras mensuales de activos de renta fija. Una vez finalizado en octubre el Quantitative Easing (QE), ha dado un paso más hacia la normalización monetaria. Eliminar de su comunicado “por un periodo prolongado de tiempo” e introducir “puede ser paciente” a la hora de hablar de subidas de tipos es un gesto sutil, pero suficiente. Una economía que crece al 3%, con una tasa de paro que podría caer hasta el 5% y una tasa de inflación en la zona del 1,5% hacen recomendable abandonar la política de tipos de interés cero.
Se puede no estar de acuerdo con este diagnóstico. Sucede en el propio seno de la Reserva Federal, ya que tres miembros votaron en contra. Este banco central va siempre un paso por delante. Lo hizo en la identificación de la crisis y en las medidas a tomar, tanto en la vertiente convencional como en la no convencional. Y lo hace en la política de comunicación. Se sabe qué miembros votan en contra y se publican sus argumentos. El BCE va por detrás, aunque siga los pasos de la Fed. Es muy positivo que a partir de ahora se publiquen las actas de las reuniones del Consejo de Gobierno. Lástima que, de momento, no se vayan a identificar las opiniones de cada miembro, aunque sabemos algunas de las posturas más distantes. El representante del Bundesbank rechaza la compra a vencimiento de activos de renta fija emitidos por los Estados. Un voto en contra que no debe impedir que el BCE active nuevas etapas en su particular QE a lo largo del primer trimestre de 2015.
La profundización en la tasa negativa de crecimiento del IPCA va a lastrar aún más las expectativas de inflación a largo plazo, alargando el incumplimiento del BCE de su objetivo. Por ello debe incrementar su balance y recuperar la cota de los tres billones de euros que tenía en verano de 2012. Pero ahora de una forma más eficaz para relanzar el crecimiento. Entonces se hizo a través de la inyección de liquidez a las entidades financieras a tres años (VLTRO). De aquel billón restan por vencer unos 200.000 millones de euros, que se devolverán entre enero y febrero. Con las nuevas subastas a cuatro años (TLRO), con las que el BCE ha inyectado 210.000 millones de euros, poco más podrá hacer (tal vez aumentar su balance en 200.000 millones). Depende entonces de los programas de compra a vencimiento: de covered bonds (CBPP3) y de Asset Backed Securities (ABSPP). Pero dado el tamaño de sendos mercados no se podrán adquirir más de 300.000 millones de euros. Si tenemos en cuenta las alternativas para aumentar el balance y los vencimientos que lo reducirán, en neto no se puede contar con más de 500.000 millones. Si la intención es alcanzar el billón, será necesario comprar deuda pública. Paciencia, llegará.
David Cano y Juan Navarro son profesores de Afi, Escuela de Finanzas Aplicadas.
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