El dólar se hace fuerte con el euro, el yen y el rublo en mínimos
Claves de la montaña rusa del mercado de divisas
MIRIAM CALAVIA
Varias personas hacen cola ayer en una oficina de cambio de divisas en Moscú, Rusia.
(EFE)
2014 ha sido un año agitado para las divisas. Desde la crisis de las divisas emergentes a principios del ejercicio -desencadenada por el desplome del peso argentino-, hasta el rally alcista del dólar, la depreciación del euro y, en los últimos días, el hundimiento del rublo a causa del desplome del petróleo. El mercado de divisas, uno de los más volátiles del mundo, lleva tiempo bailando al son de las políticas de los bancos centrales y, en 2015, serán las divergencias entre las políticas monetarias de la Fed, el BCE y el Banco de Japón las que marcarán el ritmo de los tipos de cambio.
“Mientras que la Fed se prepara para la subida de tipos, hecho muy probable que ocurra durante el segundo trimestre de 2015, el BCE y el Banco de Japón han sorprendido a los mercados anunciando mayores medidas expansivas en un momento en el que los tipos de interés están casi a cero. El Banco de Inglaterra, por su parte, parece encontrarse en una situación más cercana a la que presenta la Reserva Federal que a la del BCE”, señala Ebury en un informe especial sobre divisas.
“El mercado de divisas está cerrando 2014 con estruendo y 2015 podría sin lugar a dudas traernos noticias históricas”, asegura John J. Hardy, responsable de estrategias de divisas de Saxo Bank.
Divergencias entre los bancos centrales: Desde 2009 los bancos centrales “se han pasado el relevo de la relajación cuantitativa”, recuerda Hardy. Primero, tanto la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos como el Banco de Japón –este último de forma más agresiva y menos discreta- depreciaron sus respectivas divisas, el dólar y el yen, con los estímulos a la economía. Se hablaba entonces de una posible ‘guerra de divisas’ criticada desde algunos países de Europa que se veían perjudicados por un euro fuerte. Pero en 2014 ha sido el BCE el que ha tomado el testigo y ha lanzado varias medidas expansivas que han logrado depreciar notablemente el euro, mientras la Fed ha puesto fin a seis años de inyecciones de dinero, propiciando así la apreciación del dólar.
“A medida que nos acercamos a 2015, vemos una falta absoluta de sincronía entre los principales bancos centrales y economías del planeta, a lo que hay que sumar el desplome del precio del petróleo”, comenta Hardy.
El dólar recupera su histórica fortaleza: Desde mediados de año, “el dólar ha protagonizado su mayor rally en años, de la mano de la Fed, que ha completado su tapering de compras de activos, y gracias a que el mercado ha previsto la primera subida de tipos de la Fed desde 2006 para mediados de 2015 ante la solidez de la recuperación económica”, destaca el experto de Saxo Bank.
El dólar se ha apreciado frente a las grandes monedas del mundo, alcanzado estos días su máximo en cinco años en la canasta de divisas de referencia, y recuperando su posición de divisa refugio. Los expertos vaticinan que el billete verde y seguirá subiendo el próximo año de la mano de la fortaleza de la economía de EE UU.
“El billete verde ha alcanzado y, en algunos casos superado, las metas previstas para final de 2014 respecto al resto de monedas del G-10”, sostienen en Ebury, dondo añaden que “no vemos ningún indicador, a corto plazo, que pueda interferir en la tendencia de apreciación del Dólar en detrimento de una devaluación del euro y el yen.
Progresiva depreciación del euro: De los casi 1,40 dólares de mayo a los 1,22 dólares en la recta final de 2014. La depreciación del euro, del 13% en este periodo, responde en gran medida a la debilidad de la economía de la zona euro y a la disposición del BCE a tomar medidas expansivas, algunas de las cuales ya ha aplicado: bajadas de tipos, LTRO, compras de activos privados. Queda por ver si se lanzará a comprar deuda soberana a principios de 2015, tal y como espera el mercado.
“En cuanto al BCE, supongo que el banco central finalmente vencerá las objeciones alemanas y los obstáculos políticos y pondrá de nuevo en marcha las máquinas de impresión de billetes en la reunión de enero o de marzo con un programa de relajación cuantitativa que no deje lugar a dudas”, sostiene Hardy. Así, desde Ebury han revisado su pronóstico de euro a la baja frente al dólar y prevén que el euro baje a 1,10 dólares a finales de 2015.
Pero, ¿qué pasaría si Draghi no logra implantar todas sus medidas a principios de 2015 y como consecuencia dimite?, se pregunta Hardy. “El resultado: en primera instancia, el euro subiría y después hablaríamos de una nueva crisis existencial en la UE”, se responde.
Un yen en caída libre: A finales de octubre, el Banco de Japón (BOJ) sorprendió a los mercados al duplicar su oferta monetaria, lo que intensificaba su ya de por sí agresivo programa de estímulos y aseguraba nuevas caídas del yen, que marcó mínimos de siete años frente al dólar, agravando la volatilidad en el mercado de divisas.
Para Hardy, existe el riesgo evidente de que el nuevo programa de relajación cuantitativa del Banco de Japón resulte excesivo y de que seamos testigos de un desplome interno de la confianza en el yen en 2015 con flujos de salida en avalancha”.
En condiciones normales, Ebury augura que “en un contexto de inestabilidad política en el país y con el Banco Central concentrado en conducir la inflación a su objetivo del 2%, prevemos una continua depreciación del yen a lo largo de 2015”.
Desplome del rublo: El último seísmo en el mercado de divisas ha sido provocado por el rublo. La moneda rusa ha vivido estos días fuertes caídas. El martes se llegó a desplomar el 24% y el 28% ante el dólar y el euro, respectivamente, a pesar de que el Banco Central decidió una espectacular subida de sus tipos de interés, del 10,5 al 17%.
Al día siguiente, el rublo contuvo las caídas después de que el Ministerio de Finanzas anunciara que comenzará a vender sus remanentes de divisas. Tras la tormenta, el rublo muestra ya síntomas de estabilización, gracias a la ligera recuperación de los precios del petróleo en torno a los 60 dólares el barril. Además, el presidente, Vladímir Putin, ha admitido que Rusia está sumida en una crisis económica.
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