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jueves, 28 de agosto de 2014


La guerra de divisas escala a nueva guerra fría con final abierto


La guerra comercial que se ha levantado entre Rusia y Estados Unidos junto a sus aliados europeos comienza a tener efectos visibles. Las sanciones que Europa ha levantado contra Rusia y el bloqueo del Banco Mundial a los préstamos de la banca rusa han encontrado como represalia el bloqueo del mercado de capitales para la banca occidental y la prohibición para los aviones occidentales de cruzar cielo ruso. Rusia ha decretado la prohibición de importar diversos productos desde los países que se han sumado a las sanciones. Las tensiones van en aumento a la hora de pensar en un eje Moscú-Pekin dado que China es visto como una amenaza para Washington al ser el mayor acreedor de Estados Unidos. En todo esto pesa la enorme deuda que acumula Estados Unidos y que supera los60 billones de dólares. Si el eje asiático Moscú-Pekin fortalece sus relaciones con el mundo occidentalse aceleraría la sustitución del dólar como moneda de reserva.

De ahí que la estrategia seguida por Europa en las sanciones contra Rusia sea particularmente errónea e irresponsable. La guerra comercial contra Rusia puede convertirse en un boomerang para Europa y devolverla a la recesión dado que tanto Europa como Estados Unidos parecen negar la importancia creciente de China y el ascenso cada vez mayor del yuan en el comercio internacional. China y Rusia se han comprometido a negociar los precios energéticos en yuanes y esto implica un duro golpe a los petrodólares. Desde 1973 el petróleo se ha transado en dólares y esto es lo que moviliza la mayor demanda de dólares. Si una parte de este mercado abandona el dólar, Estados Unidos sufrirá un shock del cual no volverá a recuperarse.

La supremacía del dólar

La supremacía del dólar fue establecida en la conferencia de Bretton Woods de 1944 donde también se creó el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Aunque Gran Bretaña rechazó esta idea que impuso Estados Unidos, el decreto de dejar al dólar como moneda de liquidez global se basaba en su vinculación al oro. Con este mecanismo, todas las monedas quedaban vinculadas al dólar, y también al oro, dado que se estableció una paridad dólar-oro de 35 dólares la onza. Bajo este sistema, los países no necesitaban mantener reservas en oro dado que bastaba con almacenar reservas en dólares. Los dólares podían ser cambiados en cualquier momento por el oro de la Reserva Federal almacenado en Fort Knox. Este sistema fracasó porque Estados Unidos imprimió mucho más dinero que el oro que realmente tenía y a comienzos de 1971, tras un cuarto de siglo del acuerdo, Estados Unidos no tenía oro que entregar, por lo que el 15 de agosto de ese año Richard Nixon decretó la inconvertibilidad del dólar en oro. Desde entonces, el dólar y las otras monedas del mundo se convirtieron en monedas fiduciarias dado que no están respaldadas en nada y circulan por una convención interna de los países.

Los petro-dólares

Cuando en 1973, Nixon y la Organización de Países Petroleros (OPEP) acordó negociar el petróleo exclusivamente en dólares, nacieron los petrodólares que establecerían una alta demanda por el billete verde. Esto permitió dar un gran impulso al dólar y devolvió la hegemonía financiera a Estados Unidos. Sin embargo, tras 40 años de un uso abusivo de los petrodólares, el sistema acusa una gran fatiga. Por eso China y el Yuan han pasado a ser jugadores importantes en la política energética mundial. El ascenso del petro-yuan está poniendo en apuros al petro-dólar y no se descarta que China pueda terminar, en los próximos años, con la hegemonía del dólar. Desde hace varios años, China ha pagado parte importante de sus importaciones de petróleo a Irán en yuanes. El año 2012, los bancos centrales de China y Emiratos Arabes acordaron un swap de divisas equivalentes a 6 mil millones de dólares (pero en yuanes) para pagar las importaciones de petróleo de China. Este año, China y Rusia firmaron un acuerdo en el que se estipula que China pagará las importaciones de gas ruso en yuanes. Rusia está haciendo extensiva esta invitación a otros países como India en lo que el dólar no estará presente. China ha comenzado a emitir instrumentos financieros en yuanes en las plazas de Luxemburgo, Londres, Paris y Frankfurt y en el breve plazo estos centros financieros negociarán en yuanes.

Nueva moneda de reserva

El Banco Popular de China ha firmado acuerdos con 40 bancos centrales del mundo para realizar intercambio en sus monedas, sin pasar por el dólar. En abril, 23 de estos bancos centrales habían adoptado al yuan como moneda de reserva, desplazando al dólar de su hegemonía absoluta. Beijing quiere asegurarse de que los grandes productores de energía acepten el yuan como medio de pago, incluidos los productores de petróleo y gas natural. Como China ha pasado a ser el mercado más importante para los productores energéticos, hay buenas razones para guardar yuanes.
Estados Unidos, en cambio, es un país en decadencia que recurre a la fuerza en caso de cualquier conflicto. Este uso de la fuerza no es más que una muestra de abuso de poder, pero es también una muestra de la debilidad financiera que atraviesa. Como ni la fuerza ni los imperios han sido eternos en la historia humana, esta delicada situación tarde o temprano puede desatar la tormenta. Estados Unidos se ha encargado de destruir la confianza en el dólar y en el sistema financiero basado en dólares. Cuando dos tercios de los estadounidenses no saben donde queda Ucrania o Irán; o cuando Estados Unidos castiga en forma inmisericorde a los bancos de Francia, Alemania y el Reino Unido con multas récord, comienza a hacerse indeseable. Pero mientras Alemania guarda silencio y acepta con complacencia las multas, Francia ha puesto el grito en el cielo y ha comenzado a clamar por el fin de la hegemonía del dólar. Por eso que la guerra de divisas se ha convertido en una guerra comercial y en nueva guerra fría, con un final que está completamente abierto.

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