Las economías mundiales empeoran pese a la abundancia de dinero
China se está desacelerando. La zona euro es una línea plana. Japón se hundió en el segundo trimestre. Reino Unido sufre una deflación salarial. Y la economía estadounidense avanza a tropezones, como mucho.
En un mundo preocupado por las crisis geopolíticas, desde Ucrania, Irak y Gaza al brote de ébola en África occidental, la economía global ha pasado de algún modo a segundo plano. Pero existen cada vez más señales de que está en problemas, pese a la abundancia de dinero debido a tipos de interés históricamente bajos.
A muchos funcionarios del ámbito económico en todo el mundo les gustaría alejarse de estas políticas monetarias ultraexpansivas que aplicaron para sacar a sus países de la crisis financiera. Pero las economías no están cooperando.
Esencialmente, las depresiones económicas han demorado el momento en que los bancos centrales puedan comenzar el proceso de normalizar la política monetaria. De hecho, en muchos lugares es más probable que los bancos centrales alivien aún más la política monetaria en vez de endurecerla.
Esencialmente, las depresiones económicas han demorado el momento en que los bancos centrales puedan comenzar el proceso de normalizar la política monetaria. De hecho, en muchos lugares es más probable que los bancos centrales alivien aún más la política monetaria en vez de endurecerla.
Un ejemplo de esto es China, donde los datos económicos de julio mostraron que el volumen de dinero que entró a la economía cayó casi a un mínimo en seis años. El sector inmobiliario, que responde por casi el 15% de la segunda mayor economía del mundo, también está vacilando. Y aunque las proyecciones de crecimiento general para el año continúan más o menos encaminadas, los últimos datos insinúan la posibilidad de una política monetaria china más expansiva.
"La reducción de la cantidad de dinero que fluye a la economía afectará al crecimiento", dijo a Reuters el subdirector de la gubernamental Academia de Investigación Macroeconómica, Chen Dongqi. "De manera que se abre la ventana para recortar los tipos de interés y el ratio requerido de reservas", añadió.
De forma similar, el tema en la moribunda zona euro no es contener la expansión monetaria, sino ver si el Banco Central Europeo debería o no extenderla mediante la compra de bonos gubernamentales en un programa de alivio cuantitativo.
El BCE ya ha inyectado más de un billón de euros (1,34 billones de dólares) en la economía y se prepara para agregar otro billón de euros si fuera necesario. Sin embargo, no hubo crecimiento en el bloque de 18 países en el segundo trimestre y la inflación se ha ubicado en un 0,4%, lo que conlleva un riesgo de caer en deflación.
"Los riesgos que rodean al panorama económico en el área euro siguen siendo a la baja", declaró el presidente del BCE, Mario Draghi, previamente este mes.
Los pilares están tocados
Jacob Funk Kirkegaard, miembro del Petersen Institute of International Economics, cree que el principal problema que enfrentan los bancos centrales es que los pilares del crecimiento económico mundial no están nivelados y que las economías no están trabajando conjuntamente.
"No hay un país (ahora) que supere el debilitamiento", sostuvo Kirkegaard. "Olvídense de la perspectiva de que el consumidor estadounidense venga a rescatar a la demanda global", agregó.
Eso quedó resaltado por el más reciente dato de empleo de Estados Unidos, que mostró una creación sostenida de puestos de trabajo pero salarios planos en el sector privado y pocas mejorías en el desempleo a largo plazo.
Junto a una economía que se expande a una tasa sólo modesta, todo esto ha sido suficiente para persuadir a la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, a bajar las expectativas para un alza de lso tipos de interés hasta que los datos de contrataciones y salarios muestren que los efectos de la crisis financiera "se han ido por completo".
Reino Unido, la economía de más rápido crecimiento del G-7 este año (aunque desde una base de comparación baja), está en un momento similar. Las actas de la última reunión del Banco de Inglaterra mostraron la primera votación dividida sobre tipos de interés desde el 2011.
Pero la reunión tuvo lugar antes de la publicación de datos que mostraron que el salario promedio en el país cayó por primera vez en cinco años, que la inflación se desaceleró y que el empleo creció más lentamente. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, respondió al dato de salarios diciendo que la entidad quiere estar segura de que el crecimiento de los salarios es sostenible antes de subir los tipos, aunque no es necesario que crezcan más rápido que la inflación.
En tanto, Draghi y Yellen figurarán entre los jefes de bancos centrales que se reunirán esta semana en un simposio anual en Jackson Hole, Wyoming. Y podrían tener dificultades a la hora de explicar si lo que está sucediendo en la economía global es un problema sostenido compartido por muchos, o si sólo se trata de anomalías específicas.
Muchos presidentes de bancos centrales, incluyendo a Carney y Draghi, han admitido que mucho de lo que está sucediendo está fuera de su control.
Muchos presidentes de bancos centrales, incluyendo a Carney y Draghi, han admitido que mucho de lo que está sucediendo está fuera de su control.
"Los fuertes riesgos geopolíticos, así como los acontecimientos en las economías emergentes y en los mercados financieros globales, podrían tener el potencial de afectar negativamente a las condiciones económicas, incluyendo los efectos en los precios de la energía y la demanda global por productos de la zona euro", dijo Draghi este mes.
Desde entonces, no ha habido mucho en el horizonte que cambie eso.
Jeremy Gaunt (Reuters)
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