Durante las últimas semanas, y a raíz de la publicación de los datos de Balanza de Pagos del año 2015 por parte del Banco de España, diversos medios de comunicación, y el propio Gobierno, lanzaron soflamas sobre la enorme fuga de capitales que España había experimentado durante 2015, en concreto más de 70.000 millones de euros. Esta interpretación de las cifras de Balanza de Pagos simplemente se explica por la escasa formación de algunos de los que escriben sobre este tipo de temas en los principales medios de comunicación. En lugar de consultar y formarse, prefieren lanzar un titular como este, para crear una sensación de alarma y además, utilizarlo para atacar a ciertas formaciones políticas, estableciendo una correlación absurda, y así contentar a ciertas elites económicas y políticas.
Siempre existen medios digitales, y blogs muy reputados, donde un ciudadano no sectario se puede informar
El titular sobre fuga de capitales en España en 2015 esconde una gran dosis de falta de formación
Que lo hagan medios de comunicación, cuyas fuentes de financiación son conocidas, está mal, pero que lo practiquen miembros del ejecutivo para demonizar a Podemos, resulta grotesco, y además inútil. Siempre existen medios digitales, y blogs muy reputados, donde un ciudadano no sectario, y con ganas de informarse, y no contaminarse por opiniones infundadas, se puede informar y formar de forma veraz y rigurosa.
Tergiversar las cifras económicas para cargar contra un gobierno de izquierdas resulta mezquino
Vayamos, por tanto, al núcleo de la cuestión. ¿Qué es lo que realmente pasó en 2015 con la Balanza de Pagos en España? Sencillamente que España tuvo un excedente de ahorro y lo exportó, ya que a nivel interno, dicho nivel de ahorro excedió la inversión interna. Algo parecido a lo que han estado haciendo hasta ahora países como Japón o China, por ejemplo, con EEUU. El origen de este desfase está en la atonía inversora en España, en comparación con las operaciones de capital y también el abaratamiento de los costes de financiación que para muchas empresas ha supuesto la súbita caída de los tipos de interés a largo plazo, tras las mágicas palabras de Dragui en 2012, favoreciendo los intereses de los mercados financieros.
Un ejemplo sencillo puede ser el siguiente. Una empresa en situación de necesidad de liquidez en 2012 contrajo un préstamo con un fondo o entidad de crédito extranjera, por ejemplo, por 1 millón de euros al 7%. Ahora se encuentra en la tesitura que bancos españoles ofrecen financiación al 3%, ya que el BCE ha dispuesto barras de liquidez casi al 0%. Por tanto, el Director Financiero de dicha empresa toma la decisión de amortizar anticipadamente el préstamo con la entidad extranjera, y tomar prestado al 3% la misma cantidad. El resultado financiero es un ahorro del 2% para la empresa, pero una salida de capitales de 1 millón de euros. La pregunta para el periodista y el político de turno es clara: ¿ha habido una fuga de capitales por miedo a que Podemos pueda gobernar en España? Hasta el más avieso enemigo de Pablo Iglesias, pero medianamente sensato, diría que no.
En 2015, las empresas y bancos renegociaron parte de la deuda para mejorar el coste de financiación
Pero los números de la Balanza de Pagos, leyéndolos con calma, dicen todo lo contrario. En 2015, hubo una entrada de inversión directa (compra de empresas o participaciones) por valor de 20.300 millones, frente a 24,400 millones en 2014. La entrada de fondos para invertir en cartera también fue notable, 55.200 millones €, algo que debería preocupar más, que la financiación que entra sea mayoritariamente a corto plazo y para especular. La posición deudora del Banco de España con el Eurosistema arrojó una entrada de 50.900 millones €.
Globalmente, las entradas de capital mantuvieron las cifras de 2014
La famosa fuga de capitales provocada por Podemos se circunscribe al apartado de préstamos, repos y depósitos, el capítulo denominado “otras inversiones”. Es decir, que bancos y empresas españolas han refinanciado su deuda amortizando capital por valor de más de 48.000 millones €, a cambio de pedir fondos al BCE, a tipos mucho más bajos, por valor de algo más de 50.000 millones. Algo que nada tiene ver con los titulares que hemos leído en estas últimas semanas, y que se ha intentado mezclar, de forma absurda, con la situación de interinidad política que tenemos en España.
Es cierto que el dinero sale de España, pero sale para financiar al resto del mundo, no por el irracional miedo que algunos nos quieren insuflar
La realidad objetiva es que España ha tenido un superávit por cuenta corriente de más de 22.000 millones de euros, que se explica, como ya he mencionado con anterioridad, por el exceso de ahorro sobre inversión, identidad contable que no entiende de política y que es aséptica a interpretaciones partidistas. Esta contingencia ayuda a reducir la posición deudora externa de la economía española y también tiene su origen en un excelente año turístico, lo que ha permitido aliviar de forma significativa nuestra posición comercial, tradicionalmente, deficitaria. También es cierto que este ahorro interno no fue utilizado para aumentar la inversión, tan necesaria para la creación de empleo.
En 2015 no hubo fuga de capitales, sino que España tuvo superávit por cuenta corriente, es decir exportó ahorro al resto del mundo
En suma, es cierto que el dinero sale de España, pero sale para financiar al resto del mundo, no por el irracional miedo que algunos nos quieren insuflar, tergiversando las cifras económicas, tratando de encubrir su propia ignorancia y la de los medios y partidos políticos que les pagan.
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