Popper argumentaba que no podemos predecir científicamente el estado futuro de nuestro conocimiento, precisamente porque los humanos son capaces de aprender. Aun así, nuestro conocimiento da forma al discurrir de la historia. Por tanto, no puede haber ninguna teoría científica del curso de la historia, ni ninguna predicción científica del curso futuro de la historia. En particular, Popper se oponía a las opiniones de Marx y Spengler.
Sin embargo, la capacidad de aprender también implica que en general, la acción humana no puede predecirse científicamente, ya que el conocimiento influye en la acción. Son siempre posibles “cambios estructurales” que engañen completamente a un modelo econométrico que funcionara bien hasta entonces.
Los modelos tradicionales keynesiano y monetarista no habían predicho el cambio estructural de la estanflación en las décadas de 1970 y 1980. Pero tampoco los modelos EGED predijeron la Gran Recesión de 2008. Hay estudios que demuestran que los modelos modernos no habrían llevado a cabo predicciones mejores si se hubiesen usado en la década de 1970.[7] A la vista de este resultado, los avances actuales en el modelado macroeconómico no parecen tan grandes como nos quieren hacer creer sus mayores defensores. En particular, la crítica de Lucas no se ha superado. Por supuesto, Lucas no era en modo alguno un misesiano. Pero, entendiéndolo correctamente, podemos encontrar un núcleo misesiano en su celebrada contribución: “No hay constantes en la acción humana”. El principio de constancia no se satisface con respecto a los fenómenos de las ciencias sociales, que son el resultado de la acción humana. Como presumiblemente todos pertenecemos a esa categoría, el argumento tiene cierto peso.
Pero Mises también escribe:
El hombre mortal no sabe cómo puede mostrarse el universo y todo lo que contiene a una inteligencia sobrehumana. Tal vez una mente tan elevada esté en disposición de desarrollar una interpretación monística coherente y comprensiva de todos los fenómenos.[8]
Por tanto, el dualismo entre ciencias naturales y sociales que defiende Mises no debe confundirse con una afirmación de una verdad absoluta, sino como una necesidad metodológica.
Publicado originalmente el 31 de agosto de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
[1] “Econometric Policy Evaluation: A Critique”, en Theory, Policy, Institutions: Papers from the Carnegie-Rochester Conference Series on Public Policy, eds. Karl Brunner y Alan Meltzer (North-Holland: Elsevier Science Publishers B.V.), pp. 257-284.
[2] Jordi Galí, y Mark Gertler, “Macroeconomic Modeling for Monetary Policy Evaluation”, Journal of Economic Perspectives 21, nº 4 (2007): 25-45.
[5] Hans-Hermann Hoppe, Kritik Der Kausalwissenschafilichen Sozialforschung — Untersuchungen Zur Grundlegung von Soziologie und Ökonomie (Opladen: Westdeutscher Verlag, 1983), p. 11.
[6] Karl R. Popper, The Poverty of Historicism (Londres y Nueva York: Routledge Classics, 2002). [La miseria del historicismo]
[7] Samuel Hurtado, “DSGE Models and the Lucas Critique”, Economic Modelling 44 (2014): S12–19.
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