Rahul Chadha
Entre los países emergentes de Asia India será siempre un caso de estudio interesante. El gigante ha estado viendo un gran cambio en su dinámica de consumo en los últimos años y hoy en día este fenómeno es una de las historias de crecimiento más fascinantes en Asia. Marcada por una baja penetración de los bienes de consumo de marca y aumento de los ingresos, crea una emocionante oportunidad de negocio e inversión.
El incremento de los consumidores en India no sólo estará impulsado por el crecimiento de consumo per cápita, sino también aquellos que pasan de las marcas blancas a aquellas de mayor reconocimiento. Un factor importante a tener en cuenta es la población de India, compuesta por 440 millones de millennials y 390 millones pertenecientes a la generación Z (nacido en la década de 1990 y principios de 2000). Estas franjas pueden tener carteras pequeñas, pero gozan de grandes aspiraciones y ganas de probar nuevos productos y marcas bajo la bandera de la innovación.
Las perspectivas son positivas: en India existen numerosas compañías de calidad orientadas al consumidor con altos retornos de capital y dominio de mercado. Desde un punto de vista corporativo, las multinacionales y las firmas privadas han sustentado el crecimiento del sector consumo sin mayor apoyo directo del gobierno.
La población rural de India se está poniendo a la par de los habitantes urbanos en términos de capacidad de gasto.
El alto coste del capital indio ha guiado a las compañías a ser más disciplinadas a la hora de hacer inversiones si se compara, por ejemplo, con China. Además, otro factor clave para el elevado retorno es que se obtiene de capital circulante, no de márgenes.
Por último, pero no menos importante, la población rural de India se está poniendo a la par de los habitantes urbanos en términos de capacidad de gasto. De otro lado, la economía en las grandes ciudades aún está limitada por un débil crecimiento salarial como consecuencia del exceso de capital de fabricación. Además, la demanda de bienes de consumo producidos por compañías que cotizan en bolsa se está viendo afectada por el crecimiento del comercio virtual de firmas que no figuran en el parquet.
En conclusión, identificamos grandes oportunidades, pero también grandes retos en India: la creación de casi 10 millones de puestos de trabajo al año para mantener el empleo juvenil. Además, el gobierno también está bajo presión para atraer inversión extranjera directa y así reactivar el ciclo económico. El aumento de los ingresos y la modesta penetración de las marcas le seguirá dando a los consumidores indios más posibilidades de elección en su capacidad de compra. Cada rupia que gasten será en beneficio tanto de las empresas como del inversor.
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