China lo tuvo muy claro. En los años 90, y sobre todo a raíz de la crisis sufrida en el Sudeste Asiático en 1997, entendió que contar con unas nutridas reservas de divisas extranjeras representaba un potente escudo contra la inestabilidad financiera y económica. Por eso se dedidó a nutrir su 'despensa' de divisas año tras año. Sin falta. Hasta 2015, primer ejercicio en el que las reservas chinas han sufrido un descenso anual desde comienzos de los 90.
Según los datos conocidos este jueves, en el conjunto del año pasado las reservas de divisas extranjeras del gigante asiático menguaron en 512.660 millones de dólares, hasta los 3,33 billones. Bajaron hasta este nivel después de caer más de lo previsto en diciembre. Se esperaba una caída de los 3,438 a los 3,415 billones de dólares, pero finalmente han retrocedido hasta esos 3,33 billones.
Aunque la 'despensa' de China sigue siendo la más abultada del mundo, está sufriendo un constante goteo a la baja desde los 3,99 billones a los que escalaron en junio de 2014. Desde entonces, han mermado en casi un 17% y han reculado hasta su volumen más bajo desde diciembre de 2012.
Tras este primer descenso de las reservas figura la intensa fuga de capitales que está sufriendo el país, que en paralelo está ejerciendo una creciente presión bajista sobre la moneda del gigante asiático, el yuan. Para defender su divisa, el Banco del Pueblo de China (PBoC) está consumiendo parte de sus reservas. De este modo, evita caídas mayores, aunque tampoco las impide por completo porque está midiendo sus movimientos para no gastar reservas a mayor velocidad.
Tras haberse depreciado ya un 2,4% en 2014, el yuan cayó otro 4,4% contra el dólar en 2015, su mayor descenso anual desde 1994. Y en el arranque de 2016 está dando continuidad a esa tendencia, puesto que en la primera semana se deja otro 1,5%, hasta los 6,59 yuanes por dólar, su cambio más bajo contra el 'billete verde' desde comienzos de 2011.
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