Manuel Hinds es ex Ministro de Finanzas de El Salvador y co-autor de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009).
El año 2016 comenzó con una caída drástica en los mercados de las acciones en el mundo entero. La tendencia comenzó en China, en donde cayeron casi 7 por ciento en sólo el día antes de ayer. Fue tan rápida la caída que se disparó un mecanismo que suspende automáticamente las actividades de la bolsa china por diez minutos para calmar los ánimos. Sin embargo, estos estaban tan deprimidos que al reiniciarse las actividades las acciones siguieron cayendo hasta llegar a la cifra apuntada arriba. En Japón, cayeron 3 por ciento, en Inglaterra 2,3 por ciento, y en Europa entera 2,6 por ciento. En EE.UU., que va muchas horas después de Asia y Europa, el índice Standard and Poors 500 abrió 2 por ciento abajo el mismo lunes.
Como lo he comentado muchas veces en esta columna, estas caídas ya eran de esperarse y es probable que sigan dándose. Al subir las tasas de interés, los precios de las acciones tienden a reducirse. Por esto algunos pueden pensar que el banco central de EE.UU., la Reserva Federal, cometió un error al subir las tasas en diciembre.
Pero la caída tiene una razón más profunda, que usted puede apreciar en la gráfica 1. La gráfica muestra el indicador CAPE, que es el cociente de dividir el precio de las acciones entre el promedio de las ganancias que producen en los últimos 10 años. Las acciones son títulos que dan derecho a un flujo de utilidades para siempre. Mientras más alto es el indicador CAPE, más alto es el precio que la gente está dispuesta a pagar por el mismo flujo. Por ejemplo, si el indicador es 15, eso quiere decir que la gente está pagando 15 dólares por cada dólar de ganancias anuales que recibirá en el futuro.
Note usted que en la historia de EE.UU. sólo en dos ocasiones (1929 y 1999) el indicador subió sustancialmente por encima de 25. En todos los demás casos los precios de las acciones cayeron al llegar el CAPE a 25 (en 1929 y 1999 se dieron las caídas más grandes de la historia). En este momento están en 25, de forma que es bien probable que los precios caigan.
Fuente: http://www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
¿Y por qué es que los precios han tendido a caer cuando el CAPE se acerca a 25? La respuesta la puede ver en la gráfica 2, que muestra el cociente de dividir las ganancias anuales promedio de los últimos 10 años entre el precio de las acciones. Note que el promedio de este cociente, el rendimiento de las acciones, desde 1871 hasta ahora ha sido de 7 por ciento. En este momento, el rendimiento es de apenas 4,0 por ciento, que corresponde a un CAPE de 25. A través de la historia, los accionistas han sentido que ganar solo 4 por ciento anual es demasiado poco y se han negado a comprar acciones al precio que produce sólo esas ganancias. Eso hace que el precio caiga hasta niveles que hacen más atractivo el rendimiento. Así, si usted compra en 400 una acción que tiene un promedio de ganancias de 20, usted estará ganando 5 por ciento, pero si la compra en 200, ganará 10 por ciento. Dadas las ganancias, el rendimiento sube cuando el precio baja y al revés.
Fuente: http://www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
Ahora puede ver usted la relación con el aumento en las tasas de interés que hizo la Fed. Mientras más suba la tasa de interés, más atractivo será para los inversionistas sacar su dinero de las acciones para invertirlas en papeles que paguen esos intereses más altos. Esto acelera un proceso que de todos modos hubiera sucedido, dada la experiencia histórica.
¿Y por qué la gente compró tan caras las acciones? Porque creyeron que iban a subir por siempre, aunque las ganancias no justificaran esa subida. Por irracionales, en otras palabras. Es al revés cuando entran en pánico. Mire lo que pasó en la Gran Depresión de los años treintas, cuando llegaron a pedir 18 por ciento para invertir en acciones, o en la recesión de 1920, cuando pidieron 21 por ciento porque sentían que los riesgos de las acciones eran demasiado altos. Lo que es impresionante es como estas percepciones de riesgo cambian de un día para otro tan drásticamente. Eso puede estar pasando en este momento. Si es así, prepárese para una caída bien drástica.
Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de Hoy (El Salvador) el 4 de enero de 2016.
Como lo he comentado muchas veces en esta columna, estas caídas ya eran de esperarse y es probable que sigan dándose. Al subir las tasas de interés, los precios de las acciones tienden a reducirse. Por esto algunos pueden pensar que el banco central de EE.UU., la Reserva Federal, cometió un error al subir las tasas en diciembre.
Pero la caída tiene una razón más profunda, que usted puede apreciar en la gráfica 1. La gráfica muestra el indicador CAPE, que es el cociente de dividir el precio de las acciones entre el promedio de las ganancias que producen en los últimos 10 años. Las acciones son títulos que dan derecho a un flujo de utilidades para siempre. Mientras más alto es el indicador CAPE, más alto es el precio que la gente está dispuesta a pagar por el mismo flujo. Por ejemplo, si el indicador es 15, eso quiere decir que la gente está pagando 15 dólares por cada dólar de ganancias anuales que recibirá en el futuro.
Note usted que en la historia de EE.UU. sólo en dos ocasiones (1929 y 1999) el indicador subió sustancialmente por encima de 25. En todos los demás casos los precios de las acciones cayeron al llegar el CAPE a 25 (en 1929 y 1999 se dieron las caídas más grandes de la historia). En este momento están en 25, de forma que es bien probable que los precios caigan.
Fuente: http://www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
¿Y por qué es que los precios han tendido a caer cuando el CAPE se acerca a 25? La respuesta la puede ver en la gráfica 2, que muestra el cociente de dividir las ganancias anuales promedio de los últimos 10 años entre el precio de las acciones. Note que el promedio de este cociente, el rendimiento de las acciones, desde 1871 hasta ahora ha sido de 7 por ciento. En este momento, el rendimiento es de apenas 4,0 por ciento, que corresponde a un CAPE de 25. A través de la historia, los accionistas han sentido que ganar solo 4 por ciento anual es demasiado poco y se han negado a comprar acciones al precio que produce sólo esas ganancias. Eso hace que el precio caiga hasta niveles que hacen más atractivo el rendimiento. Así, si usted compra en 400 una acción que tiene un promedio de ganancias de 20, usted estará ganando 5 por ciento, pero si la compra en 200, ganará 10 por ciento. Dadas las ganancias, el rendimiento sube cuando el precio baja y al revés.
Fuente: http://www.econ.yale.edu/~shiller/data.htm
Ahora puede ver usted la relación con el aumento en las tasas de interés que hizo la Fed. Mientras más suba la tasa de interés, más atractivo será para los inversionistas sacar su dinero de las acciones para invertirlas en papeles que paguen esos intereses más altos. Esto acelera un proceso que de todos modos hubiera sucedido, dada la experiencia histórica.
¿Y por qué la gente compró tan caras las acciones? Porque creyeron que iban a subir por siempre, aunque las ganancias no justificaran esa subida. Por irracionales, en otras palabras. Es al revés cuando entran en pánico. Mire lo que pasó en la Gran Depresión de los años treintas, cuando llegaron a pedir 18 por ciento para invertir en acciones, o en la recesión de 1920, cuando pidieron 21 por ciento porque sentían que los riesgos de las acciones eran demasiado altos. Lo que es impresionante es como estas percepciones de riesgo cambian de un día para otro tan drásticamente. Eso puede estar pasando en este momento. Si es así, prepárese para una caída bien drástica.
Este artículo fue publicado originalmente en El Diario de Hoy (El Salvador) el 4 de enero de 2016.
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