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martes, 19 de enero de 2016

¿Cómo le va a Obamacare?

Michael D. Tanner es Director del Proyecto del Cato Institute para la Privatización de la Seguridad Social. 
    

Usted sabe que Obamacare está teniendo un año muy malo cuando Paul Krugman empieza a conceder que “ha tenido algunos problemas serios últimamente”. Ciertamente, Krugman todavía cree que Obamacare está funcionando, pero incluso él debe admitir que es “un sistema imperfecto” y que “el flujo de noticias buenas e inesperadas por parte de Obamacare ha llegado a su fin”.


Eso es una forma de interpretarlo.


Por ejemplo, una de las pocas afirmaciones positivas que Obamacare podía hacer era que había expandido la cobertura. También es cierto que el número de estadounidenses sin seguro ha caído en alrededor de 12,6 millones desde 2010. Sin embargo, un estudio nuevo citado por Health Affairs sugiere que el número de personas sin seguro en 2010 fue artificialmente inflado por el colapso financiero.


Muchas personas que perdieron sus trabajos (el desempleo, usted recordará, llegó al 9,6 por ciento) también perdieron su seguro de salud. Mientras que es imposible juzgar a una hipótesis de contraste como certera, es probable que muchos de aquellos trabajadores temporalmente no asegurados hubiesen recuperado su cobertura tan pronto cayera la tasa de desempleo —incluso sin Obamacare. El artículo de Health Affairs muestra que la cobertura de seguros hoy es solo 2,6 puntos porcentuales más alta que la línea base anterior a la crisis. Eso significa que es razonable presumir que hemos gastado cientos de miles de millones de dólares y puesto en jaque a todos el sistema de atención médica para expandir la cobertura a una sorprendentemente pequeña cantidad de personas.


Esencialmente, quienes se inscriben en un plan de Obamacare son aquellos que lo obtienen de manera gratuita. Un reciente reporte de la Robert Wood Johnson Foundation y del Urban Institute que observaba la inscripción hasta ahora descubrió que casi todos los estadounidenses con ingresos de entre 100 y 150 por ciento de la línea de pobreza (quienes reciben el subsidio más grande) se inscriben por planes de intercambio, pero menos de un tercio de aquellos con ingresos entre 200 y 300 por ciento de la línea de la pobreza lo hacen, y solo 13 por ciento de aquellos con ingresos por encima de un 300 por ciento de la línea de pobreza (quienes reciben poco o nulo subsidio).


Sospecho que incluso un seguro de salud terrible está bien si es gratis. Si tienes que pagar por este, sin embargo, podrías pensar dos veces. Hay malas noticias por el lado del costo también. Obamacare se ha beneficiado de una desaceleración en el crecimiento de los costos de salud que se inició en 2003. Los costos generalmente más bajos de la salud han ayudado a mantener tanto los costos del subsidio y las primas más bajas de lo que serían de otra forma. Los estadounidenses se han quejado acerca de primas en alza, pero esto podría haber sido peor.


Y todavía podría serlo. El año pasado, el gasto nacional en atención médica subió en un 5,8 por ciento (4,5 por ciento per cápita), la tasa de aumento más rápida desde 2008. Eso ciertamente no es una buena noticia para algo llamado Ley de Atención Médica Asequible (también es una muy mala noticia para el déficit en el presupuesto federal, dado que esto implica costos más altos para Medicare y Medicaid).


Las primas de seguros ya están dirigiéndose hacia niveles más altos. Las primas basadas en intercambios se espera que suban un 13 por ciento sobre una base promedio ponderada, aunque algunos estados es probable que experimenten incrementos más altos —de hasta un 41 por ciento en Minnesota, por ejemplo, 39 por ciento en Alaska, 28 por ciento en Tennessee, y 28 por ciento en Carolina del Norte. En más de una docena de estados, el alza de las tasas excederá 20 por ciento. Según reportes de McKinsey & Company, que observa la evolución de las primas, 38 por ciento de los consumidores experimentará un incremento superior al 10 por ciento en la prima neta del plan más barato. Krugman denomina esto “decepcionante”. La gran mayoría de estadounidenses lo llamaría predecible.


Otra razón para el alza en los costos de la atención médica y las primas de los seguros es la creciente falta de competencia en el mercado de cuidados médicos. Cualquiera con una comprensión básica de economía sabe que una mayor competencia es buena para los consumidores. Los proveedores deben ofrecer mejor calidad o mejores precios para aumentar la base de clientes. Por eso es que los monopolios generalmente son algo malo.


Pero Obamacare ha fomentado una serie de fusiones y consolidaciones entre los proveedores de atención médica. El número de fusiones y adquisiciones, por ejemplo, se ha casi duplicado desde que Obamacare entró en vigencia, dándose casi 100 de ellas solo en 2014. Esto constituye más malas noticias para los consumidores. Dos análisis comprensivos de la literatura acerca de esta materia han concluido que la consolidación de hospitales generalmente deriva en precios más altos, con aumentos que muchas veces exceden 20 por ciento en los mercados más concentrados.


La competencia en el mercado de seguros está desapareciendo también. Por ejemplo, con el anuncio de Maine’s Community Health Options del mes pasado de que estaba perdiendo dinero, cada cooperativa de Obamacare ahora está andando en rojo. Más de la mitad de ellas han sido forzadas a cerrar sus puertas, dejando a cientos de miles de personas en busca de un nuevo seguro.


Todavía más ominoso es que el grupo United Health ha anunciado que podría dejar de ofrecer seguro para cubrir los intercambios de Obamacare. En 2013, United Health tenía un 46 por ciento del mercado en Nevada y 30 por ciento del mercado en Nueva York; era uno de los tres vendedores más grandes de planes a base de intercambio en 29 estados. Se ha sugerido que la amenaza de United Health es simplemente un intento de extorsionar para obtener rescates continuos del gobierno federal, pero, si realmente se retira, reducirá dramáticamente las opciones de intercambio.


Desde ya, 13 estados tienen tres o menos aseguradoras ofreciendo planes para intercambios. Cinco estados tienen solo dos aseguradoras ofreciendo planes, y Wyoming tiene solo una. Eso es una receta para precios altos y mala calidad.


También conduciendo las primas hacia arriba está el hecho de que aquellos que se inscriben en las políticas de Obamacare generalmente han sido mayores y más enfermos que la población en general. Como resultado, según el Urban Institute de tendencia de izquierda, la proporción de pérdida mínima (el ratio de desembolsos en relación a las primas) en once estados excede el 100 por ciento. Esto es, las aseguradoras están pagando más en beneficios que los que cobran por las pólizas. Perder dinero en cada transacción no es un buen modelo de negocios, pero las aseguradoras estaban esperando un rescate federal que compense esas pérdidas. Los contribuyentes tuvieran que aportar cerca de $2.500 millones para cubrir tan solo las pérdidas del año pasado (las pérdidas totales han excedido $2,9 billones –“trillions” en inglés, pero las aseguradoras exitosas fueron golpeadas con una tasación de $400 millones para cubrir una porción de las pérdidas). Desafortunadamente para las aseguradoras, una enmienda promovida por el Senador Marco Rubio exitosamente bloqueó este asalto a los contribuyentes, siendo esta una de las pocas victorias sustanciales en contra de Obamacare hasta ahora.


Así que habiendo terminado 2015, los costos de salud están subiendo, las primas se están disparando, las opciones y la competencia están disminuyendo, la selección adversa está dándose, y la cobertura no es tan buena como se esperaba. Si solo alguien hubiese podido predecir todo esto...
Este artículo fue publicado originalmente en National Review Online (EE.UU.) el 23 de diciembre de 2015.

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