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viernes, 8 de enero de 2016

Claves para entender lo que pasa en los mercados

A. Monzón
Corredores de bolsa trabajan en el parqué de Nueva York.
Corredores de bolsa trabajan en el parqué de Nueva York.EFE




Los mercados financieros están viviendo uno de los inicios de año más convulsos que se recuerdan.
En sólo cuatro sesiones, las bolsas mundiales han visto esfumarse cerca de 4 billones de dólares, generando momentos de auténtico pánico entre los inversores.

¿Cuál ha sido el detonante de las tensiones?

La mayor parte de los expertos sitúa en China el origen de las turbulencias. Una serie de débiles datos macroeconómicos ha azuzado los miedos sobre el enfriamiento del gigante asiático. El desplome de su Bolsa -que ha interrumpido la negociación dos veces en la semana, al caer más del 7%- y la devaluación del yuan a mínimos de cinco años son, a la vez, causa y reflejo de los temores.

¿Por qué inquieta tanto la situación de China?

Los países emergentes, con China a la cabeza, han sido, a lo largo de la crisis, la palanca que ha logrado mantener activo el crecimiento económico mundial. Ahora, con EEUU y Europa mostrando unas tasas de crecimiento aún renqueantes, los inversores temen que el deterioro de la segunda mayor economía del mundo dé al traste con la recuperación global.

¿Cuáles son las vías de contagio de la crisis china?

Las dudas sobre China tienen un impacto directo sobre dos grandes mercados: las materias primas y el conjunto de los emergentes. El gigante asiático es el mayor consumidor de recursos básicos del mundo, por lo que su ralentización supone una merma considerable en la demanda de estos productos. Países emergentes, como Rusia, Brasil o Sudáfrica, grandes exportadores de materias primas, han sufrido ya un deterioro económico notable, a causa del desplome de los productos básicos. Esto repercute, a su vez, sobre las empresas de países desarrollados que tienen importantes vínculos con estos países.

¿Qué papel juegan en este escenario los bancos centrales?

Los problemas recientes del mercado no se pueden desligar del reciente inicio de las subidas de tipos en EEUU. El encarecimiento del dinero en EEUU supone una amenaza para las materias primas -una apreciación del dólar, limita su atractivo- y para los emergentes, que temen que acelere las salidas de capitales. Además, un buen número de compañías en países emergentes, endeudadas en dólares, podrían sufrir problemas de liquidez.

¿Es lógico entonces el temor de los mercados?

La mayor parte de los expertos considera que la reacción observada en los mercados en los últimos días ha sido excesiva. Aunque existen muchos riesgos en el camino, lo cierto es que China aún está creciendo a tasas saludables -el FMI estima que crecerá un 6,3% este año- y EEUU y Europa se mantienen en la senda del crecimiento. En este escenario, las valoraciones de la Bolsa mundial, en mínimos desde 2011, son consideradas injustificadas.

¿Qué podría revertir la situación?

La mayoría de los pronósticos apuntan a que el nerviosismo y la volatilidad seguirán dominando el escenario inversor. La falta de catalizadores a la vista dificulta una recuperación a corto plazo que debería llegar de dos factores ligados: una estabilización del yuan y la recuperación del precio de las materias primas.

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