Tras un 2016 tranquilo para España 2017 presenta sobre todo incertidumbre políticas a nivel internacional
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Hace ahora un año escribía que 2016 iba a ser un buen año para España. Realmente ha sido así. A pesar de que algunos indicadores han ralentizado su crecimiento en el final del año (índices de producción industrial, servicios y comercio), 2016 ha sido por lo general un año satisfactorio para la economía española. Tuvimos que soportar numerosas admoniciones sobre que el retraso en la formación de gobierno iba a lastrar a la economía española pero finalmente hemos visto cómo eran más bien mensajes políticamente interesados que análisis racionales de la situación. Los factores favorables en esta dinámica positiva de nuestra economía han persitido. Estos han sido tres:
- Política del BCE. Es con diferencia el factor más importante. El BCE ha actuado con compras masivas de deuda española a través del BdE. Esto refleja en la evolución del TARGET2, que vemos en el gráfico. Esto ha conseguido revertir las grandes salidas de capital privado que estamos sufriendo.
- Política del BCE. Es con diferencia el factor más importante. El BCE ha actuado con compras masivas de deuda española a través del BdE. Esto refleja en la evolución del TARGET2, que vemos en el gráfico. Esto ha conseguido revertir las grandes salidas de capital privado que estamos sufriendo.
- Baja cotización del euro. Esto ha beneficiado, y mucho, a nuestras empresas exportadoras, que venden en promedio productos de valor añadido medio y por tanto muy sensibles a precios. Nuestras importaciones poseen una elasticidad precio mucho menor y por tanto en conjunto la debilidad del euro ha sido muy beneficiosa para nuestra economía.
-Bajos precios del petróleo. Aunque últimamente han subido los precios del petróleo hasta el entorno de los 55 dólares este sigue siendo un nivel francamente beneficioso para nuestra economía.
Nos encontramos, pues, en un entorno internacional casi inmejorable, que no sabemos cuánto va a durar pero que sabemos que no puede mejorar más. El petróleo ya está subiendo mientras oferta y demanda se equilibran poco a poco, el BCE está ya retrayendo su política expansiva y el dólar, tras una remontada después de la victoria de Trump, parece estabilizarse. Recordemos que el dólar está extemadamente fuerte por las inmensas entradas financieras en la economía de EEUU (ver el gráfico) y que esas entradas es dudoso que se sigan acelerando en el futuro por mucho que las políticas que ha prometido Trump vayan en el sentido de favorecer estos flujos positivos.
Por desgracia el Gobierno español no está aprovechando esta bonanza para hacer los deberes. Nuestra política industrial sigue ausente y nuestras empresas han seguido un año más abandonadas a su suerte y sin apoyo institucional alguno. Hemos visto cómo Theresa May va a lanzar un plan industrial estratégico sumamente ambicioso en el Reino Unido en que se analizan las debilidades y fortalezas de la industria británica y se actúa en consecuencia. Aquí Rajoy parece no comprender nada de toda esta problemática y sigue pensando que la mejor política industrial es la que no existe.
Ahora mismo el principal problema que estamos afrontando y que acabará salvo milagro provocando gravísimos problemas en la economía española es la inestabilidad de la UE, que ha sufrido un golpe brutal con la salida del Reino Unido y cuya desintegración a mi modo de ver es solo cuestión de tiempo. Las poblaciones europeas están cada vez más descontentas y eso se ha manifestado en la derrota de Renzi en el referéndum italiano. Aunque no creo que haya un problema político en europa que en 2017 provoque el fin de la Eurozona, los procesos que conducirán a ese desenlace están a mi modo de ver ya en marcha. En Italia los partidos antieuro ganarán casi con seguridad las elecciones de 2017 y eso es bastante probable que cause una dinámica que termine en la salida de Italia de la Eurozona en 2018. En Alemania el AfD está cada vez más fuerte y es posible que acabe desbancando a la CDU; en Francia, aunque menos probable, persiste el problema de que Le Pen pueda ganar las elecciones presidenciales y en Holanda es muy factible también que gane las elecciones la extrema derecha. El problema de Europa no es macroeconómico ya que en su conjunto su solvencia es enorme gracias a la potencia exportadora de Alemania sino microeconómico en el sentido de que nuestras sociedades no están siendo capaces de colmar las expectativas de las poblaciones europeas, que se encuentran cada vez más descontentas.
Salvo que haya un problema político importante en la Eurozona, cosa que veo poco probable en 2017, podemos esperar a mi modo de ver un año 2017 bastante similar en España a la segunda mitad de 2016, con una creación de empleo algo menor de la vista durante este año. Aunque persisten dudas de que Trump sea capaz de mantener los flujos financieros positivos hacia EEUU al mismo ritmo de 2016, es dudoso que eso redunde en problemas importantes en los mercados financieros.
Mi consejo es, por tanto, que sigamos aprovechando el año 2017 para reducir deuda quien la tenga y pueda y que no se emprendan endeudamientos a largo plazo a no ser que sean muy inferiores a la deuda que se pueda afrontar. La bonanza no durará para siempre y sigo manteniendo el pronóstico de que cuando se agote el ciclo bajista de las materias primas (máximo en 2018) viviremos momentos sumamente difíciles tanto en la economía mundial como en la española, que en nuestro caso particular se verán muy agravados por la previsible crisis política en Europa. Por ello hay que preparse bien para aguantar en esos años difíciles que nos esperan.
Les deseo un muy Feliz 2017.
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