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jueves, 7 de enero de 2016

Por qué los capitalistas se ven repetidamente “engañados” por los ciclos económicos

 



Según la teoría austriaca del ciclo económico (TACE), la rebaja artificial de los tipos de interés por el banco central lleva a una mala asignación de recursos, porque las empresas inician diversos proyectos de capital que (ante de la rebaja de los tipos de interés) no se consideraban viables. Esta mala asignación de recursos de describe habitualmente como un auge económico.
En general, los empresarios descubren su error una vez que el banco central (que fue esencial en la rebaja artificial de los tipos de interés) invierte su postura, lo que a su vez produce un alto en la expansión de capital y su correspondiente declive.
A partir de  la TACE se puede inferir que la rebaja artificial de los tipos de interés crea una trampa para los empresarios al atraerles hacia actividades insostenibles que no afloran una vez el banco central refuerza su postura sobre tipos de interés.
Los críticos de la TACE sostienen que no hay razón por la que los empresarios deban caer en el error una y otra vez ante una rebaja artificial de los tipos de interés.
Lo normal es que los empresarios aprendan de la experiencia, argumentan los críticos y no caigan en la trampa creada por una rebaja artificial de los tipos de interés.
Las expectativas correctas no desharán o neutralizarán todo el proceso del ciclo de auge-declive que se pone en marcha con la rebaja artificial de los tipos de interés.
Por tanto, se sostiene, la TACE no es un contendiente serio en la explicación de los fenómenos del ciclo económico moderno. Según un importante crítico de la TACE, Gordon Tullock:
Uno pensaría que la gente de la empresa puede equivocarse en el primer par de vueltas del ciclo rothbardiano y no prever que posteriormente se amentarán los bajos tipos de interés. Que continúen sin ser capaces de ver esto, parece sin embargo improbable. Normalmente, Rothbard y otros austriacos argumentan que los empresarios están bien informados y hacen juicios correctos. Como mínimo uno supondría que un empresario bien informado en asuntos importantes y preocupado por el negocio leería a Mises y Rothbard y, por tanto, prevería la acción del gobierno.
Incluso el propio Mises había reconocido que es posible que en algún momento del futuro el empresarios dejen de responder a una política monetaria laxa impidiendo así la puesta en marcha del ciclo de auge-declive. En su réplica a Lachmann (Economica, agosto de 1943), Mises escribía:
Puede ser que los empresarios en el futuro reaccionen a la expansión del crédito de otra manera de la que lo hicieron en el pasado. Puede ser que eviten usar el dinero fácil disponible para una expansión de sus operaciones, porque tengan en mente el inevitable fin del auge. Algunas señales presagian ese cambio. Pero es demasiado pronto para hacer una declaración positiva.

¿Importan las expectativas?

Así que, según los críticos, si los empresarios anticiparan que la rebaja artificial de los tipos de interés es probable que se vea seguida  en algún momento del futuro por una postura más rígida en los tipos de interés, su conducta en respuesta a esta previsión neutralizaría la ocurrencia del fenómeno del auge-declive. ¿Pero es verdad que los empresario es probable que actúen sobre expectativas correctas, como están sugiriendo los críticos?
Además, la clave de los ciclos económicos no es la conducta de los empresarios, sino también la conducta de los consumidores en respuesta a la rebaja artificial de los tipos de interés (después de todo, los empresarios ajustan sus actividades de acuerdo con las demanda esperada del consumidor). Así que sobre esta base se podría generalizar y sugerir que la expectativas correctas de la gente en una economía deberían impedir el fenómeno del auge-declive. ¿Pero es así?
Por ejemplo, si John, como consecuencia de una política laxa del banco central, pudiera rebajar su pago de tipos de interés sobre su hipoteca, ¿por qué rechazaría hacerlo aunque sepa que un tipo inferior de interés lleve a ciclos de auge-declive?
Como persona, la única preocupación que tiene John es su propio interés. Pagando menos interés sobre su deuda existente, los medios de John acaban de expandirse. Ahora puede permitirse varios fines que previamente no podía permitirse.
Como consecuencia de la postura laxa del banco central, la demanda de bienes y servicios de John y otros hipotecados ha aumentado. (Repito que debemos darnos cuenta de que esto no podría haber pasado sin el apoyo del banco central, que ajusta la postura de tipos más bajos de interés).
Ahora bien, el trabajo de un empresario es atender los requisitos futuros de los consumidores. Así que siempre que observe una rebaja de tipos de interés sabrá que muy probablemente suponga un impulso para la demanda de diversos bienes y servicios en los próximos meses.
Por tanto, si quiere obtener un beneficio, tendría que realizar las disposiciones necesarias para atender la demanda futura.
Por ejemplo, si un constructor rechazara actúan ante el probable aumento en la demanda de viviendas porque creyera que se debe a la política monetaria laxa del banco central y no es sostenible, se vería muy rápidamente fuera del negocio.
Estar en el negocio de la construcción significa que debe estar a tono con la demanda de viviendas. Igualmente, cualquier otro empresario de un campo concreto tendría que responder a los probables cambios en la demanda en su terreno si quiere seguir en el negocio.
Un empresario solo tiene dos opciones: o estar en un negocio concreto o no estar en él en absoluto. Una vez haya decidido estar en un negocio concreto, esto significa que el empresario tiene que atender los cambios en la demanda de bienes y servicios en este negocio concreto, independientemente de las causas subyacentes detrás de los cambios de demanda.
No hacerlo le pondría fuera del negocio muy rápidamente. Ahora, independientemente de las expectativas una vez que el banco central refuerce su postura, los empresarios se verán “atrapados”. Una postura más rígida socavará la demanda de bienes y servicios y esto pondrá presión sobre diversas actividades de negocios que aparecieron cuando la postura en los tipos de interés fue laxa. Aparece un declive económico.
Podemos concluir que las expectativas correctas no pueden impedir ciclos de auge-declive una vez el banco central ha suavizado su postura sobre tipos de interés. La única forma de detener la amenaza de ciclos económicos es que el banco central deje de entrometerse en los mercados financieros. Sin embargo, por norma, los bancos centrales responden al declive suavizando de nuevo su postura y empezando así una nueva fase de un ciclo de auge-declive.

Publicado originalmente el 10 de diciembre de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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