El año del dólar fuerte cede ante la turbulencia del precio del petróleo
La combinación de dólar fuerte y derrumbe del valor del crudo está causando un caos, provocando la caída libre del rublo ruso y propagándolo en mercados emergentes
por DELPHINE STRAUSS
Por todo lo que se hablaba de las renovadas guerras cambiarias, a las depreciaciones derivadas de las políticas que dominan los mercados de tipo de cambio desde el verano boreal se las podría haber descripto como una conspiración global benigna apuntada a recuperar la primacía del dólar.
Las nuevas inyecciones de estímulo desde el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón colocaron al euro y al yen en niveles mínimos contra el dólar que no se veían hacía años. Las autoridades que fijan políticas en Australia y Nueva Zelanda le dieron la bienvenida al alza del dólar estadounidense después de durante años batallar con monedas sobrevaluadas. Muchos mercados emergentes estaban contentos de vivir con monedas más débiles porque ayudaban a reequilibrar sus economías.
Los políticos norteamericanos tampoco objetaban. Parecían aprobar tácitamente la afirmación de Mario Draghi, el presidente del BCE, de que "el tipo de cambio es el producto de políticas monetarias que van por un sendero divergente... debido a las distintas situaciones económicas".
Pero la combinación de dólar fuerte y derrumbe del precio del petróleo está causando un caos, provocando la caída libre del rublo ruso y propagándolo en mercados emergentes relativamente sólidos, mientras los inversores huyen hacia la seguridad del yen y del franco suizo. Incluso el dólar sufrió la semana pasada, cediendo terreno a las monedas de refugio, pero los inversores creen que se sostendrá durante un largo tiempo. El tema de la divergencia monetaria probablemente siga dominando los mercados cambiarios en 2015.
La reelección de Shinzo Abe, como primer ministro de Japón, le otorga el mandato para aplicar políticas centradas en un yen débil. La baja demanda de los préstamos baratos del BCE para bancos, combinado con la nueva preocupación por la estabilidad griega, crea esperanzas de que las autoridades de la eurozona adopten un programa de flexibilización cuantitativa. Mientras tanto, la Reserva Federal sigue camino para empezar a subir las tasas de interés a partir de mediados de 2015.
En este entorno la solidez del dólar no tardaría mucho tiempo en pasar a ser una maldición, después de que fue una bendición. Aún antes de la liquidación en los mercados emergentes la semana pasada, Claudio Borio del Banco Internacional de Pagos advirtió que el alza del dólar podía "exponer descalces cambiarios y de financiación" en muchos mercados emergentes donde las compañías han contraído grandes deudas en moneda extranjera.
Alan Ruskin del Deutsche Bank sostiene que la situación "se parece mucho a la de fines de los noventa, cuando la pronunciada caída del petróleo en 1997 fue generada por una combinación de demanda débil fuera de EE.UU. y solidez del dólar". La actual turbulencia probablemente continúe en 2015", dijo.
Steve Barrow del Standard Bank afirmó que el alza del dólar se debe más al BCE y al Banco de Japón que a la Fed, pero que eso podría cambiar pronto. "La Fed hará ajustes y . . . podría permitir que la solidez del dólar de ser positiva pase a ser negativa", aseguró para luego predecir caídas en las acciones y mayor volatilidad.
La pregunta es si la combinación de dólar en alza y precio del petróleo en baja llevará a otros bancos centrales a apuntar o defender sus tipos de cambio en forma más explícita. Algunos mercados emergentes ya están tratando de resistirse. El alza de la tasa de interés aplicada por el banco central ruso rememora la estrategia empleada en la crisis de deuda de 1997, pero también están batallando los mercados emergentes más estables, incluso aquellos que deberían beneficiarse del petróleo más barato.
México, que cubrió sus exportaciones de crudo para el año próximo, reanudó las subastas de dólares para estabilizar el peso, y Turquía se vio obligada a acelerar las subastas de divisas.
En cambio, el Banco Nacional Suizo dejó en claro que comprará los euros que sean necesarios para defender su tope para el franco.
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