ENTREVISTA
Politóloga liberal y luchadora contra el populismoGloria Álvarez: 'La vacuna contra el populismo es la educación crítica'
'Los intelectuales venezolanos no se oponen al socialismo porque por educación sólo conciben el paternalismo estatal'
'En los países hispanos hay un discurso para dividir pueblo y antipueblo'. Sus discursos son virales
por BERTA GONZÁLEZ DE VEGA
por BERTA GONZÁLEZ DE VEGA
Esta guatemalteca se hizo viral en Zaragoza. Fue allí, en un congreso de jóvenes latinoamericanos, hace dos veranos, cuando Venezuela acentuaba su deriva autoritaria, y la joven veinteañera, vestida de carmín, empezó a hablar sin saber que su discurso contra el populismo encendería las redes. Alguien subió un vídeo a Youtube y aquella diatriba pasó a los móviles y a los correos electrónicos. Ahora su vida es un perpetuo viaje por América Latina, dando conferencias sobre lo peligroso de agitar las emociones de los electores. No conoce el programa de Podemos pero alerta contra cualquier discurso que use el "arriba y abajo, casta y pueblo" y se fije como objetivos abstracciones como la "igualdad", la "dignidad" o la "justicia". Explica, con una claridad insólita en el discurso liberal, en qué consiste ser libertario.
- No parece que ningún político pueda aspirar a ganar las elecciones diciéndole a la gente que buena parte de su destino depende de ellos mismos, ¿no?
- El problema de ganar las elecciones así es que requiere estar dispuesto a tomar decisiones duras, que generalmente los asesores políticos desaconsejan. Decir a la gente que es la dueña de su destino implica enfrentarse a quienes se benefician del Estado paternalista, que pueden ser sindicatos o funcionarios. Pero una de las cosas que indignan a las poblaciones latinoamericanas es la corrupción: coinciden, no importa la ideología, en que los gobernantes no deberían estar robando el dinero. Ahí puede haber una salida. El candidato que sea duro contra la corrupción puede ir tomando decisiones que vuelvan a la gente más autónoma y al gobierno, más limitado a sus funciones. El combate a la corrupción es una manera efectiva de venderle a la gente que el destino depende de ella.
- ¿Qué vacuna hay frente al populismo? Sabemos lo que pasó en Alemania, años 30: o sea, que la educación no parece que sea. Ahora lo vemos en Cataluña, donde buena parte de la población cree que los problemas son culpa de España.
- La vacuna es la educación, pero no de adoctrinamiento, sino enseñar a la gente a cuestionar, a criticar y a tener acceso a los diferentes puntos de vista. En Latinoamérica las academias públicas se limitan a enseñar economía keynesiana y hacen ver que el paternalismo estatal es la única vía que existe. Por eso Venezuela ahora mismo tiene a intelectuales que no se oponen al socialismo, aunque estén en partidos de oposición, porque no conciben que haya otra manera de hacer las cosas. Lo que nos falta en América Latina es una educación de análisis que cubra todas las ideologías para que se enseñen los distintos puntos de vista. Si una persona no tiene acceso a gente que debate ideas, tampoco ellos van a poder desarrollar su propio criterio.
- ¿Qué le ha parecido la victoria de la oposición en Venezuela?
- Tengo que aplaudir a los venezolanos por haber salido a votar a pesar de todo y la victoria de la oposición. Pero, para después, sé que hay gente que piensa que todo me parece mal, aunque me preocupa que se pase de un círculo vicioso a otro en Latinoamérica. No se trata sólo de cambiar a las personas, también de cambiar las reglas del juego. Me gustaría que se dieran cuenta de que Maduro sí es Chávez, no es peor, como algunos dicen, ni lo que pasa es que tiene menos carisma. Si Chávez no se hubiera muerto, le habría tocado esa misma crisis. Quiero que sepan que la Asamblea Nacional es más importante que el Ejecutivo. Los venezolanos han metido a 100 nuevos diputados de la oposición en el Congreso. ¿Qué van a ir a hacer? La mayoría de la oposición no tiene políticas económicas claras. Yo me reuní con líderes de la MUD y muchos mantienen una mentalidad socialista. Quisiera saber cuáles son los pasos de ese viraje económico. Porque se tiene que hacer justicia con las más de 10.500 expropiaciones. ¿Qué van a hacer con los controles de precios? ¿Hay alguien comprometido con el libre mercado? Lo mismo pasa en Argentina. Eligieron a Macri pero la mayoría de los argentinos sigue con mentalidad proteccionista. Y la pregunta del millón es si continuarán apoyando al socialismo del siglo XXI. Es un reto para todos los universitarios de América Latina que salen a la calle con las pancartas del Che Guevara.
- Si uno mira la evolución de los índices de pobreza y de esperanza de vida, parece que el capitalismo tiene mejor currículum que otros sistemas. Pese a eso, ¿por qué el liberalismo no ha sido capaz de venderse mejor y articular un discurso contundente a favor de la libertad?
- Los liberales han pecado de centrarse sólo en la economía. Pensaban que mostrar una foto satelital de la península de Corea enseñando cómo en Corea del Sur hay muchas lucecitas y en Corea del Norte apenas hay, iba a ser suficiente para que la gente rechazara el comunismo. Los liberales pensaron que con la caída del Muro ya bastaba y no. Para que las teorías económicas de la libertad tengan sentido, las personas tienen que adoptar la libertad como una forma de vida. La libertad no es más que la responsabilidad que uno va a tomar sobre las consecuencias de sus propias acciones. Quien sea consciente de la historia de la Humanidad, desde que éramos cavernícolas hasta la fecha, reconoce que, en el momento en que los mercados empezaron a liberarse, cuando llega el siglo de la Ilustración, empieza a haber un incremento de la productividad del ser humano que hace que los niveles de pobreza bajen y aumente la esperanza de vida. Somos 7.000 millones en el mundo y hay 800 millones que viven con menos de un dólar al día, pero el resto ya no vive en extrema pobreza. Durante la mayor parte de nuestra Historia en este mundo, la pobreza era la condición normal y natural. Ahora, por cada persona que vive en la pobreza, hay seis que no. Y eso es gracias al libre mercado.
- ¿Cómo fue su evolución hacia el liberalismo? ¿Por lecturas, por su familia...?
- Varias cosas. Por supuesto, los autores en pro de la libertad fueron básicos en mi vida, desde Bastiat, Mises, Hayek, Vargas Llosa, Ortega y Gasset y el "hombre masa", pensadores como Confucio, que aunque busca la tradición familiar habla bastante de la necesidad de cultivar al individuo. Creo que los autores a favor de la libertad existen en todos los continentes y en todas las épocas. Además, mi historia familiar influye mucho. Soy nieta de exiliados cubanos de la primera generación de los Castro y mis abuelos hicieron una labor conmigo. Nos hacían ver que, en este mundo, ser libre era un privilegio. También ellos tenían bastante fresca la historia de la Unión Soviética. Del otro lado de mi familia mi abuelo húngaro también sufrió la persecución soviética. Era consciente de que los gobiernos totalitarios no son la solución pero tampoco confiaba en un libre mercado absoluto. Eso me vino estudiando en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, que es bastante liberal, donde uno lee desde el Manifiesto Comunista hasta La acción humana de Von Mises. Pero lo que más me fue convenciendo fue trabajar en el Instituto Cato en Washington DC y darme cuenta de que la alternativa libertaria no se conformaba en cómo la izquierda y la derecha dividen las libertades. Ellos se oponen a la estrechez de mente de no abrir los mercados, pero también a la estrechez de mente de la derecha de no tener ciertas tolerancias con las libertades civiles, como por ejemplo los derechos de los homosexuales.[...].
El burócrata 'arrogante'
- También estudió en Europa...
- En Europa, en la otra cara de la moneda, la Universidad de Lovaina, cuna de la Teología de la Liberación, y fue una experiencia interesante. Así llegué a un juicio racional sobre quién te está proveyendo de datos y evidencias y quién te está proponiendo técnicas de manipulación y victimismo, y eso fue lo que encontré en los autores de la izquierda. También haber trabajado con inmigrantes de Senegal en Italia y ver cómo esta gente lucha por llegar a Europa, ahorrar dinero y mandarlo a su familia. Ésa fue la última piedra que me confirmó que yo era una persona liberal, que creo más en la capacidad de cualquier individuo para salir adelante que en la arrogancia de cualquier burócrata que cree que, por decreto, puede controlar la economía.
- ¿Una liberal en Centroamérica cómo afronta el problema de las drogas? ¿Las legalizaría?
- Hay liberales en contra y a favor. En lo personal, estoy absolutamente a favor de legalizar. Me parece que la guerra contra las drogas es estúpidamente cara, cuesta miles de millones de dólares y no logra ningún efecto a largo plazo. Alguien que se droga bajo su propia voluntad toma una decisión personal. Nos podrá parecer equivocada, porque atenta contra su vida, pero, al fin y al cabo, es una decisión suya. La guerra contra las drogas nos trae una política sucia, porque todos los partidos políticos latinoamericanos alguna vez habrán hecho uso del dinero del narcotráfico para financiarse. Escándalos de narcotráfico en la política hay desde México a la Patagonia. Para mí es una cuestión de costes y beneficios. Hay víctimas que, sin tener nada que ver, mueren por la narcoviolencia y tenemos corrupción en nuestros sistemas políticos. Legalizar las drogas sería convertirlas en un negocio que pague impuestos y con ellos podrían implementarse programas para que desde niños sepamos cuáles son sus efectos. Tratar de meter el problema debajo de la alfombra sólo lo está volviendo todavía mayor y nos está dejando poblaciones que no pueden llegar a tomar decisiones racionales sobre este tema.
- No es religiosa pero viaja por países donde la religión tiene importancia.
- Soy atea de todos los dioses inventados por la Humanidad. No creo que las fuerzas que llevaron a cabo el Universo o la vida sean dioses antropomórficos, con su psicología, pendientes de lo que hacemos. Si hay una explicación a la vida, definitivamente no tiene nada que ver con la manera en que hemos creado estos dioses a nuestra imagen y semejanza. En América Latina ha tenido consecuencias negativas y positivas. Desde la conquista española el sometimiento a otras almas se justificó con el cristianismo. También hubo la Inquisición, lo que pudo acabar con la poca curiosidad científica e intelectual que muchos tuvieran. Lo ves ahora en las carreras que los jóvenes deciden tomar, casi todas de Letras. Muchos niegan la evolución y el problema con negar la ciencia es que te priva de mucho conocimiento que puede ayudar a tomar mejores decisiones sociales, económicas, sexuales... El latinoamericano le concede importancia a historias sin mucha evidencia pero que le dan comodidad. Y luego está el aspecto económico: la Iglesia aquí exalta la pobreza como una virtud y sientes así que es normal y correcto sentir resentimiento por las personas que tienen mayores riquezas. Si el único sitio que te da confort en la vida te dice que lo correcto es ser pobre, pues te sientes feliz. Si el cielo es lo mejor del mundo, nunca vas a estar interesado en acumular riqueza.
- ¿Cree que hay un problema de élites? Porque, por otra parte, el presidente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), por ejemplo, es un venezolano.
- Las élites se rigen por las reglas del juego y las llaman a ser la versión más corrupta de sí mismas. Si alguien quiere dedicarse a asuntos de ciencia, se topa con sociedades muy reacias.
- ¿Qué labor hace el Movimiento Cívico Nacional de Guatemala, el think tank en el que trabaja?
- Hacemos talleres de renovación de la clase política, pescamos líderes en todo el país y los becamos, con la esperanza de que sean cargos políticos. Hacemos una constante investigación de qué hace el Congreso y, desde que mi discurso en Zaragoza se volvió viral, tenemos el compromiso de un frente regional en contra del populismo con representantes de distintos países.
- ¿Hay algún país hispano que se libre del riesgo del populismo?
- No creo que ninguno lo esté. En todos está el discurso del odio promovido por la oposición o por partidos en el poder, para dividir a la sociedad en el pueblo y el antipueblo, y eso está germinando en todos los hispanohablantes, y las sociedades se polarizan. Mientras haya sociedades civiles débiles, el riesgo del populismo es latente.
- ¿Conoce a Podemos?
- He escuchado a Pablo Iglesias: se refiere a Hugo Chávez como faro de luz y habla de su admiración profunda por el socialismo del siglo XXI. Pero no conozco en profundidad su programa.
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