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domingo, 17 de enero de 2016

Dadme vodka o dadme muerte



 



El pasado año, el presidente ruso Putin reclamó un monopolio estatal del vodka, debido a lo que muchos consideran una grave crisis sanitaria. Estimaba que unas 40.000 muertes anuales pueden atribuirse a diversos productos ilegales vendidos como vodka. Todo esto mientras RosSpirtProm, propiedad del estado, estaba produciendo hasta el 60% de los licores del país. Aparte del negocio oficial del vodka, de 9.000 millones de dólares, según algunas estimaciones, hay un mercado de destilado casero de 2.000 millones de dólares.
El mercado negro sirve principalmente a los muy pobres con productos de dudosa calidad. La solución propuesta a mediados de 2005 por el Sr. Putin y reportada por las agencias rusas de noticias estaba clara: “La mejor manera de que resolvamos este problema es tomar desde el gobierno una decisión que nos lleve en la práctica a un monopolio en los licores”.
Así que el estado actuó rauda y decididamente para corregir este problema tomando medidas contra productos extranjeros de alta calidad, introduciendo una nueva política de etiquetado. El resultado fue obstaculizar la importación de vinos caros y similares, pero por alguna razón esto no acabó con el mercado del destilado casero (según los funcionarios que impulsaron las restricciones en primer lugar), dañando duramente a los pobres.
El mercado del destilado casero, por cierto, es casi enteramente local, así que es difícil ver cómo las restricciones al alcohol extranjero de calidad pueden dañarlo.
Ahora, a finales de 2006, la situación es incluso más grave. El mercado negro local está vivo y coleando. Las autoridades están batallando constantemente contra la fabricación ilegal de vodka, mientras que la calidad de este producto falsificado se desploma aún más. Los vendedores ilegales están añadiendo aditivos a las bebidas para hacerlas más fuertes y baratas, pero los resultados son frecuentemente letales. Estos aditivos pueden incluir detergentes, anticongelantes y productos antióxido. Los fabricantes ilegales van a las tiendas en busca de antisépticos baratos que contienen alcohol y otros productos químicos que pueden causar hepatitis al consumidor.
Repito, políticos como el portavoz de la cámara, Serghei Mirono, no pueden encontrar otra solución que el monopolio estatal del alcohol etílico. Acusa al gobierno de no actuar más vigorosamente en esta dirección.
El monopolio estatal sobre los licores no es nada nuevo en Rusia. El primer decreto en este sentido data de los tiempos de Iván III, en 1472. Aparentemente, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, los ingresos de la corte por el negocio eran de alrededor de 800 millones de rublos, un 30% de sus ingresos totales.
Stalin aprendió esta lección y restauró el lucrativo monopolio. El intento de Gorbachov de aumentar el nivel de sobriedad en el país fue un desastre. Produjo una grave escasez de azúcar, ya que la gente corriente se apresuró a fabricar su propio vodka, privadamente. Estos consumidores eran los afortunados.
Los taxistas encontraron un mercado negro lucrativo para el aguardiente preparado a partir de limpiacristales, colonia o betún fundido, que vendían escondido debajo del asiento del coche.
Putin es más listo. Solo quiere que vuelva el monopolio, no alguna prohibición no realista que no sirva a nadie. ¿Pero sería beneficioso un monopolio para la crisis sanitaria producida por los productos del mercado negro?
El impulsor principal de todo mercado es el motivo del beneficio. En el mercado libre, el motivo del beneficio es impreciso y queda abierto al beneficio de ambas partes en un intercambio.  Sin embargo, el mismo motivo del beneficio tendrá efectos distorsionados en un mercado controlado por factores externos, como el estado. En el mercado negro, el motivo del beneficio tiene los efectos más extraños y peligrosos. Lo que genera la diferencia es el nivel de interferencia exterior entre las partes que consienten en un intercambio. El mercado del alcohol es un ejemplo excelente.
En los países desarrollados con una larga tradición de mercados libres, el negocio del alcohol funciona como cualquier otro. Con el paso del tiempo, se hizo cada vez más diversificado con productos cada vez mejoras para cada vez más gente. El alcohol barato y fuerte consumido por las clases más bajas perdió su atractivo al pasar los pobres a la clase media. Es verdad que no fue solo el mercado libre del alcohol el que aumentó la calidad general de los licores, sino una economía generalmente de más laissez faire, que hizo posible la Integración en la clase media de las clases inferiores.
Un mercado controlado por el estado tiene una tendencia general a mantener bajo el nivel de innovación y diversificación, mientras que los precios se mantienen artificialmente altos. Todo esto porque no hay competencia. Así que es precisamente la calidad de los productos la que sufre con el proceso de monopolización. Y el precio artificialmente alto creará una demanda de productos falsificados más baratos, dando paso al mercado negro. En un mercado libre, hay dos opciones: (1) encontrar una forma de producir de forma más barata, pero con la misma calidad, de forma que se obtiene una porción mayor del mercado de tus competidores o (2) mejorando la calidad y diversificando.
En un mercado monopolizado, no tienes que hacer ninguna de estas dos cosas para mantenerte en el negocio. Solo tienes que ser un buen burócrata.
Así que un monopolio estatal solo desviará la renta del mercado del vodka al estado y expandirá la burocracia al tiempo que creará las condiciones apropiadas para un lucrativo mercado del destilado casero. No producirá (ni puede producir) un aumento en la calidad. Solo puede producir una crisis sanitaria como la que tenemos ahora.
La mejora deseada en el nivel general sanitario para la población en general puede lograrse solo de una manera: permitiendo el capitalismo de laissez faire para integrar a las clases bajas en la clase media. Eso lleva tiempo, pero ninguna intervención estatal puede hacerlo.
Y si estamos hablando del nivel general de vida, hay que decir una cosa más acerca de todo el asunto del vodka. El alcohol es algo importante en Rusia, evidentemente. Un mercado libre del alcohol se convertiría en un mercado lucrativo para muchísima gente si se dejara en manos privadas. Monopolizándolo, el gobierno de Rusia quita el pan de las bocas de las familias medias.

Publicado originalmente el 4 de diciembre de 2006. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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