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viernes, 26 de agosto de 2016

La Teoría Monetaria Moderna: la alternativa a la ortodoxia

Juan Laborda

La Teoría Monetaria Moderna: la alternativa a la ortodoxia (I)
La actual crisis sistémica ha puesto de manifiesto el vacío intelectual y el escaso soporte empírico de la mayoría de las teorías macroeconómicas y microeconómicas que se enseñan en las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales de todo el mundo. Hoy es más necesario que nunca enmendar la plana a los distintos programas académicos impartidos y buscar, en definitiva, ese paradigma perdido que permita acercar la ciencia económica a los hechos reales, más allá de prejuicios ideológicos. Sí, existe un antídoto contra el “pensamiento único”. Sí, existe una alternativa coherente a las interpretaciones tradicionales. Nos referimos a laTeoría Monetaria Moderna (TMM).
Tras la aparición del dinero fíat era necesario un esfuerzo intelectual en el campo de la economía
Tras la aparición del dinero fíat era necesario un esfuerzo intelectual en el campo de la economía. Ni las principales corrientes de pensamiento económico, ni las principales corrientes depensamiento político entendieron las consecuencias que conllevó el abandono del patrón oro y la adopción de un modelo basado en el dinero fiat. Por lo tanto, a fecha de hoy, no entienden que hay detrás del dinero moderno. Sólo un pequeño grupo de economistas postkeynesianos (Randall WrayWilliam MitchellWynne GodleyJan KragelWarren Mosler,Steve Keen, y, sobretodo el gran Hyman Minsky) hicieron el esfuerzo intelectual para reflejar las consecuencias de ese cambio en la economía. La Teoría Monetaria Moderna (TMM) es la plasmación de dicho esfuerzo intelectual. Como señala Randall Wray, uno de los padres de la TMM, “hemos descubierto la manera en que el dinero funciona en la economía moderna”.
El dinero es deuda de la entidad que lo emite, no es una mercancía, es decir, eldinero es algo intangibleEsta verdad, como iremos viendo, es aterradora para la oligarquía. Desde el momento en que los emisores de dinero, los Estados, empiezan a ser gobernados democráticamente, las élites político-financieras decidieron sin titubear crear y difundir mitos que se han ido extendiendo, y que en el momento actual están muy arraigados en la intuición colectica. El objetivo no era otro que mantener sus privilegios convirtiendo la economía en una especie de religión. Es un ejemplo más de cómo el sentido común en algunos casos es el menos común de los sentidos. Pero si el objetivo es mantener el poder de las élites, qué más da si se asume en el psique colectivo ideas absolutamente erróneas. Por eso es necesario siempre comprobar lo que Leijonhufvud llamaba lospresupuestos o conceptos esenciales de una escuela de pensamiento que no pueden ser formalizados y que son previos a la constitución de hipótesis y teorías. En este sentido, los presupuestos de la ortodoxia dominante actual, Consenso de Washington, como ya saben ustedes, no se ajustan a la realidad de los datos. Los de la Teoría Monetaria Moderna, sí.
Pretendemos en varios blogs introducir y detallar los elementos básicos de la TMM
Pretendemos en varios blogs introducir y detallar los elementos básicos de la TMM. Si bien existe multitud de artículos académicos sobre la TMM, refrescaremos las ideas principales de la misma a partir de dos manuales de divulgación, traducidos al español por la editorial Lola Books, en un enorme esfuerzo por acercar a la ciudadanía el pensamiento económico alternativo que tanto asusta a las élites económicas, financieras, políticas, y, peor aún, a las académicas. Nos referimos, por un lado, al libro de Randall Wray Teoría Monetaria Moderna, traducción al español de la obra en inglés cuyo título original es “Modern Money Theory: A Primer on Macroeconomics for Sovereign Monetary Systems”; y por otro, a un libro que ya conocen, el del economista y profesor australiano William Mitchell “Eurozone Dystopia Groupthink and Denial on a Grand Scale”, traducido al español bajo el título La Distopía del Euro: Pensamiento Gregario y Negación de la Realidad.
Ideas básicas: desmontando mitos.
Para ello iremos viendo la teoría macroeconómica que nos permitirá analizar lasbases de la economía tal como ésta existe en la actualidad según la TMM. En el libro de Randall Wray, en el prefacio se resumen las conclusiones más importantes. Desde la contabilidad macroeconómica y a nivel agregado, los gastos son iguales a los ingresos. Cuando se analiza los balances por sectores, se demuestra que los déficits de un sector tienen que ser compensados con los superávits de otro; y, además, es necesario asegurar la coherencia entre stocks y flujos, ya que los déficits se acumulan en forma de deuda financiera y los superávits en forma de activos financieros.
Posteriormente, al analizar el modo en que gastan los gobiernos que emiten su propia moneda, se defenderá que un régimen de tipo de cambio variable proporciona a las políticas económicas nacionales el mayor margen de maniobra posible. En este sentido, un país que decida fijar su tipo de cambio es probable que no pueda llevar a cabo las políticas internas destinadas a lograr el pleno empleo y un fuerte crecimiento económico. Si bien la TMM es neutra respecto al tamaño del sector público, de los preceptos de la misma se deriva la estrategia de la “finanza funcional” de Abba Lerner que nos permitirá discutir las políticas monetarias y fiscales que se deberían hacer.
El dinero no puede ser una mercancía sino que obligatoriamente tiene que ser un pagaré
Finalmente se explorará el papel del dinero. El dinero no puede ser una mercancía sino que obligatoriamente tiene que ser un pagaré. Se demostrará por qué las economías monetarias suelen operar por debajo de sus capacidades al no hacer uso de todos sus recursos, incluyendo parte de la fuerza de trabajo. Asimismo se examinará la razón por la cual algunos pasivos monetarios tienen una mayor aceptación que otros. En base a ello se podrá entender qué falló en la crisis sistémica de 2007 y cuáles son los problemas de la zona Euro.
En el caso de gobiernos que emiten su propia moneda, es decir, que tienen soberanía monetaria, y teniendo en cuenta la teoría económica de la TMM, tantoRandall Wray como William Mitchell desmontan en sus libros toda una serie demitos que se venden como verdades indiscutibles. Es falso que los gobiernos estén sujetos a restricciones presupuestarias como los hogares y empresas. Es falso que los déficits presupuestarios sean malos y una carga para la economía. Es falso que los déficits públicos aumenten los tipos de interés, desmantelen el sector privado y provoquen inflación. Es falso que los déficits públicos confisquen ahorros que podrían ser destinados a la inversión. Es falso que los déficits públicos supongan una deuda para las generaciones futuras. Es falso que los déficits públicos de hoy impliquen impuestos más altos mañana. Por mucho que ciertas afirmaciones estén asumidas en la psique colectiva, en realidad no tienen validez alguna en al caso de países emisores de su propia moneda.
La Teoría Monetaria Moderna: la alternativa a la ortodoxia (II)


Ante el vacío intelectual y el escaso soporte empírico de la mayoría de las teorías macroeconómicas y microeconómicas que están detrás de la ortodoxia dominante, era necesario construir un paradigma alternativo que permitiera acercar la ciencia económica a los hechos reales. Ese antídoto contra el “pensamiento único” que constituye una alternativa coherente a las interpretaciones tradicionales es la Teoría Monetaria Moderna (TMM). Después de introducirla en el blog anterior, nuestro objetivo va a ser darle cuerpo y contenido.
Para poder comprender la Teoría Monetaria Moderna conviene empezar por refrescar ciertos fundamentos de contabilidad macroeconómica que aunque parezca mentira la gran mayoría de los economistas ignoran. Es la única explicación plausible ante ciertos comentarios carentes de fundamento muy extendidos en los medios de comunicación convencionales. La referencia básica para introducir los fundamentos de la contabilidad de flujos y stocks y los balances y comportamientos sectoriales es el libro de Randall Wray Teoría Monetaria Moderna, traducido al español por la editorial Lola Books de la obra original en inglés “Modern Money Theory: A Primer on Macroeconomics for Sovereign Monetary Systems”
No entienden que el proceso de desapalancamiento del sector privado patrio tras el estallido de la burbuja inmobiliaria requería por definición déficits públicos
El déficit de un sector es el superávit de otro
Un principio fundamental de la contabilidadestablece que por cada activo financiero existe un pasivo financiero que lo compensa. Así, por ejemplo, el patrimonio financiero neto de un hogar es igual a la suma de todos sus activos financieros menos la suma de sus pasivos financieros. Si es mayor que cero, tendrá un patrimonio financiero neto positivo. Para que, por ejemplo, el sector privado acumule patrimonio financiero neto, éste tiene que tener forma de derechos financieros sobre otro sector, bien sea el sector público o el sector resto del mundo. Ello aunque suene a algo elemental, parece que no lo ha sido para muchos economistas que aún a fecha de hoy no entienden que elproceso de desapalancamiento del sector privado patrio tras el estallido de la burbuja inmobiliaria requería por definición déficits públicos. Aunque nuestro sector exterior ha tenido y tiene un comportamiento formidable desde 1994 no era suficiente para absorber la reducción de deuda privada.
Vamos a dividir la economía en tres sectoressector privado nacional, formado por hogares y empresas (financieras y no financieras); sector público nacional que incluye todos los niveles gubernamentales (estado central, comunidades autónomas, ayuntamientos, y seguridad social); y resto del mundo (empresas, hogares y sectores públicos extranjeros). Hay un principio contable que se cumple siempre: si se suman los déficits en los que incurren uno o más sectores elresultado debe de ser igual a los superávits en los que incurren otro sector o sectores. Siguiendo a Wynne Godley obtenemos la siguiente ecuación:
Balance Privado Doméstico + Balance Público Doméstico + Balance Exterior = 0
Si un sector tiene superávit presupuestario por lo menos uno de los sectores tiene que incurrir en déficit presupuestario. En términos de variables stock para que un sector acumule patrimonio financiero neto al menos uno de los sectores tiene que aumentar su endeudamiento en la misma proporción. Es imposible que todos los sectores acumulen patrimonio financiero neto incurriendo en superávits financieros.
Si un sector tiene superávit presupuestario por lo menos uno de los sectores tiene que incurrir en déficit presupuestario
La TMM y los balances sectoriales
No basta con decir que a nivel agregado el balance privado más el balance público más el balance exterior es igual a cero. Hay que abordar las relaciones de causalidad. A pesar de que la economía es una ciencia social (interdependencias, histéresis, libre albedrío…), sí que podemos establecer conexiones causales entre flujos y stocks. Veámoslas.
El gasto a nivel individual viene determinado en su mayor parte por los ingresos, de manera que la relación causal va desde los ingresos a gastos. Además podemos inferir la dirección causal en la acumulación de patrimonio financiero individual: es la decisión de gastar incurriendo en déficit lo que representa la causa inicial de la creación de patrimonio financiero neto. Por lo tanto los déficits crean patrimonio financiero. Ello supone también que a la causalidad va desde la deuda al patrimonio financiero. Pero como por otro lado la acumulación de un stock de patrimonio financiero neto es el resultado de un superávit presupuestario (flujo de ahorro) la causalidad tiende a ir desde el gasto vía déficit al ahorro.
A nivel agregado, sin embargo, ocurre lo contrarioel gasto agregado crea ingresos agregados. El gasto no se va a ver constreñido por los ingresos ya que hogares, empresas o estados pueden gastar más de lo que ingresan: cualquiera de los tres sectores puede incurrir en déficits ya que por lo menos uno de los otros sectores tendrá superávit. Sin embargo no es posible a nivel agregado que el gasto sea diferente a los ingresos ya que la suma de los balances sectoriales tiene que ser igual a cero. A nivel agregado, por lo tanto, la causalidad entre ingresos y gastos se produce a la inversa que a nivel individual.
Los déficits presupuestarios del sector público son en gran medida no discrecionales
Finalmente es vital entender que los déficits de un sector generan los superávits de otro de manera que cuando un sector incurra en déficit por lo menos uno de los otros tiene que tener superávit. Dado que la causa inicial del déficit presupuestario es el deseo de gastar más de lo que se ingresa, la causalidad va desde los déficits hacia los superávits y desde la deuda al patrimonio financiero neto.
Tanto la contabilidad de balances que hemos visto como las relaciones de causalidad se cumplen ya para cada país y para cada moneda se cumple la correspondiente ecuación de balance macroeconómica. A partir de todas estas ideas se puede explicar qué ocurrió en la crisis sistémica de 2007: los déficits presupuestarios del sector público son en gran medida no discrecionales, es decir, no son atribuibles a los diferentes paquetes de estímulo fiscal sino a los estabilizadores automáticos. Pero de ello ya hablaremos en otro blog.
La Teoría Monetaria Moderna: la alternativa a la ortodoxia (III)

Bruselas, después de garantizarse la continuidad del “Régimen”, acaba de exigir a España de nuevo otro ajuste presupuestario para tratar de evitar la correspondiente multa con que nos amenazan por la persistencia en el tiempo del déficit presupuestario del sector público español. La historia y relatos alrededor de los déficits públicos empiezan a ser patéticos y la manera en que enfocan el problema los medios de comunicación dominantes simplemente es preocupante, antidemocrática, actúan como “perros de Pavlov”, expresión que utiliza un seguidor de este blog. Sin embargo, ya disponemos de herramientas para relativizar y atacar sin piedad tanta histeria.
Como consecuencia de la crisis sistémica el gasto social aumentó y la recaudación de impuestos se derrumbó
Como consecuencia de la crisis sistémica elgasto social aumentó y la recaudación de impuestos se derrumbó. El resultado es conocido: el déficit público se expandió rápidamente y en muchos países, especialmente aquellos que no tenían soberanía monetaria (como el nuestro), surgió el miedo de una eventual insolvencia o bancarrota. Y a partir de ahí la histeria entre la mayoría de economistas de intentar reducir los déficits mediante la disminución del gasto y/o el aumento de impuestos.
Sin embargo aquel gobernante que promueva una reducción del déficit públicotiene que tener en cuenta los impactos que dicha reducción provocará en los balances del sector privado. Sabemos por nuestra ecuación fundamental de balance macroeconómica que el déficit público no puede reducirse al no ser que se reduzcan los superávits del sector privado y del sector exterior.
Crisis sistémica, gasto discrecional y estabilizadores automáticos
Si el incremento del déficit presupuestario del sector público no se hubiera producido de manera discrecional, los intentos de reducción de los déficits por parte de los defensores de la austeridad quedarían en entredicho. En este sentido,se puede demostrar que en plena crisis sistémica la mayor parte del incrementode los déficits públicos en la mayoría de los países tuvo como origen losestabilizadores automáticos y no el gasto discrecional. En el caso español estuvo aderezado a su vez con la factura del rescate bancario muy superior a lo que nos suelen contar.
Los estabilizadores fiscales automáticos fueron la causa principal por la cual la economía no colapsó como en La Gran Depresión
Tras el estallido de la enésima burbujagenerada por los Bancos Centrales y la recesión de balances que conllevó, los déficits presupuestarios aumentaron de forma automática. La tasa de crecimiento de la presión fiscal se desplomó ya que los ingresos impositivos colapsaron. De manera paralela los gastos de trasferencia reuntaron fuertemente debido al deterioro económico. Combinando todo no es de extrañar que el presupuesto público incurriera en un déficit cada día mayor a pesar del estancamiento del consumo público. Los estabilizadores fiscales automáticos fueron la causa principal por la cual la economía no colapsó comoen La Gran Depresión. A través del gasto anticíclico y los impuestos procíclicos elpresupuesto del sector público actuó como un estabilizador fiscal automático.
El caso español y la mejor política doméstica
Si analizamos el caso español en el período 2009-2013 a pesar del descenso del consumo público o gasto discrecional, el déficit presupuestario del sector público aumentó notablemente. La reducción del consumo público se producía en un período de aumento de los superávits de los sectores privados y del resto del mundo y obviamente aumentó como contrapartida el déficit público. Por el contrario desde la segunda mitad de 2013 se incrementó el déficit estructural mediante aumentos del gasto discrecional y bajadas de impuestos en un período de reducción de los superávits del sector privado y, en menor medida, del resto del mundo. Obviamente la contrapartida era una reducción del déficit público. ¡Qué poco tiene que ver esta foto de la realidad con las chorradas repetidas de manera machacona por el establishment! ¡Qué hilarantes las declaraciones de Rajoy y Merkel explicándonos como la austeridad y las reformas estructurales estaban dando sus frutos! Es exactamente lo contrario.
La mejor política doméstica es promover un gasto que haga uso de la práctica totalidad de los recursos domésticos
Si se dan cuenta, simplemente hemos utilizado una serie de ideas que introdujimos en el blog anterior. El balance de los tres sectores de la economía (privado nacional, público nacional, resto del mundo) tiene que sumar cero, de manera que es imposible cambiar uno de los balances sin modificar por lo menos el de uno de los otros dos. A nivel agregado el gasto determina los ingresos.
Si nos fijamos en el sector público, aunque pueda decidir gastar más o menos (gasto discrecional) el resultado presupuestario no es discrecionalAlgo parecido ocurre con el sector exterior. Si bien la economía doméstica puede influir en la intensidad de las exportaciones, el impacto de las políticas económicas sobre las exportaciones no está tan claro. Las importaciones son en gran medida procíclicas. Por lo tanto lo único que nos queda que sí es discrecional es el gasto domésticohecho por empresas, hogares y sector público. Por eso la mejor política domésticaes promover un gasto que haga uso de la práctica totalidad de los recursos domésticos y que permita alcanzar el pleno empleo y no alcanzar déficit o techos de deuda arbitrarios como en la Eurozona.
La Teoría Monetaria Moderna: la alternativa a la ortodoxia (IV)


La característica diferenciadora de la Teoría Monetaria Moderna (TMM) es su visión de cómo gasta en realidad el sector público. Para ello se debe introducir el concepto de soberanía monetaria y el modo en que gastan los gobiernos que emiten su propia moneda nacional. Cuando se entiendan estos conceptos comprenderán la tomadura de pelo de las actuales élites extractivas –políticas, económicas y académicas-.
La práctica habitual es que un país adopte su propio y exclusivo dinero contable
La práctica habitual es que un país adopte su propio y exclusivo dinero contable. Si bien en muchos países existen contratos privados que se fijan en moneda contable extranjera, en los países desarrollados que emiten su propia moneda estas prácticas son prácticamente inexistentes. Sin embargo, y tristemente, existe una excepción, los países del Euro, los cuales utilizan una moneda que a todos los efectos, tal como está diseñada, es “extranjera” desde el punto de vista de las naciones individuales.
La moneda nacional se llama moneda “soberana” (moneda emitida por un gobierno soberano). Los gobiernos soberanos se reservan para sí mismos diferentes poderes que no tienen ni los individuos ni las instituciones privadas. Determinan qué dinero contable va a reconocer la contabilidad oficial. Tienen el poder de emitir monedas correspondientes a sus dineros contables. El gobierno soberano impone obligaciones tributarias en términos de su dinero contable y decide lo que aceptará como pago. Pero en qué se apoya el dinero moderno.
Qué hay detrás de una moneda
Partimos de una idea aún no entendida por muchos economistas: las monedas de un país soberano son monedas fiat, es decir, no están respaldadas por nada, ni por metales preciosos ni por reservas de monedas extranjeras. Más aún, las leyes de monedas de curso legal por sí solas no pueden explicar por qué se acepta una moneda. Entonces qué hay detrás de una moneda. Veamos la contestación o respuesta dada por la TMM.
Uno de los poderes más importantes ostentados por un gobierno soberano es laautoridad para recaudar y cobrar impuestos, y estas obligaciones fiscales son impuestas en la moneda nacional. El gobierno soberano también determina lo que puede entregarse como pago de la obligación fiscal: la moneda del propio gobierno. Los bancos privados hacen de intermediarios entre contribuyentes y gobierno y realizan pagos en nombre de los contribuyentes.
Primero el gobierno crea el dinero contable y luego impone las obligaciones fiscales en dicho dinero contable
Por lo tanto, el hecho de que todo el mundo con obligaciones fiscales pueda usar la moneda para acabar con dichas obligaciones es lo que hace que la moneda gubernamental tenga demanda y pueda ser usada en compras o en pagos de deudas privadas. En definitiva, son los impuestos los que dan respaldo al dinero. Primero el gobierno crea el dinero contable y luego impone las obligaciones fiscales en dicho dinero contable. En realidad, además de los impuestos existen otra serie de obligaciones que también tendrán el mismo efecto: multas, tasas…
Bajo estas premisas, los gobiernos soberanos tienen que llevar a cabo políticas que tiendan a reducir la evasión fiscal y a formalizar una mayor parte de la economía sumergida. Aunque no es correcto decir que los impuestos “pagan” el gasto público, la incapacidad para imponer y hacer cumplir las obligaciones tributarias limitará la cantidad de recursos que el gobierno podrá controlar. Una apreciación final, aunque hemos dicho que los gobiernos gastan y gravan en moneda (monedas y billetes) en la práctica el gobierno usa cheques y entradas electrónicas en las cuentas bancarias.
El sistema financiero como marcador electrónico
Los stocks y flujos financieros vienen denominados en dinero nacional contable que casi siempre suele ser la moneda doméstica. Cuando un estado gasta crea “activos financieros netos” en el sector no gubernamental que puede tomar la forma de reservas, títulos de deuda del Tesoro o dinero en efectivo. Las reservas son solo una forma especial de moneda gubernamental usadas por los bancos para pagarse entre ellos y para pagar al estado. Las reservas vienen a ser pagarés del gobierno. Bajo estas premisas, los stocks y flujos financieros no son más que entradas contables calculadas en dinero contable de forma que el dinero que fluye o se acumula no tiene que tener presencia física.
El sistema financiero moderno no es más que un sistema complejo de contabilidad y registro
El sistema financiero moderno no es más que un sistema complejo de contabilidad y registro. Todos los depósitos bancarios proceden de pulsaciones sobre teclas de un ordenador de un banco realizadas cuando los bancos aceptan “pagarés” de los solicitantes de un préstamo, de manera que todas las compras mediante depósitos a la vista poseen un préstamo en alguna parte (esto es al revés de lo asumido en los manuales de texto). En este planteamiento hay un problema de fondo: la continua monetización de las distintas actividades humanas constituye en sí misma un grave problema ya que amenaza la misma supervivencia de nuestra especie. Pero eso se aleja de nuestro objetivo, explicar cómo funciona hoy en día el dinero moneda. Nos queda finalmente por explicar qué es o que los gobiernos deberían hacer, es decir, detallar como deberían de ser las políticas monetarias y fiscales para monedas soberanas.


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