Aunque los inversores ya contaban con la llegada del crudo iraní a un mercado sobresaturado en el que la débil demanda no es capaz de cubrir la oferta, los temores se han hecho realidad
El precio del barril de petróleo Brent de referencia en Europa toca mínimos desde noviembre de 2003 y se desploma hasta los 28 dólares después de que este fin de semana la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) haya confirmado que Irán ha cumplido con las exigencias impuestas en julio en Viena para poner en marcha el histórico acuerdo pactado con el llamado Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) y que supone el levantamiento de las sanciones impuestas a este país.
De esta manera, aunque los inversores ya contaban con la llegada del crudo iraní a un mercado sobresaturado en el que el exceso de producción no es absorbido por una débil demanda, afectada en parte por el aterrizaje de China que es el mayor importador de petróleo del mundo, los temores se han hecho realidad. La vuelta de Irán al circuito supondrá la entrada inmediata de 500.000 barriles al día, a los que se sumará otro medio millón en los próximos meses, según ha confirmado en una entrevista en Teheran el ministro de petróleo, Amir Hossein Zamaninia.
La reacción en el mercado no se ha hecho esperar. En cuanto ha sonado la campana el precio del barril se ha desplomado más de un 2%, otros 1,27 dólares, hasta tocar mínimos intradía en los 28,33 dólares. De esta manera, se acelera la espiral bajista en la que se encuentra el crudo desde junio de 2014 cuando se encontraba en el entorno de los 100 dólares por barril y que en los que va de año acumula una caída del 24%.
Tras los últimos acontecimientos, el foco de atención se intensifica sobre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que es la única que puede frenar el desplome de los precios del petróleo para el que algunos analistas sitúan, incluso, en los 20 dólares por barril -como es el caso de Goldman Sachs o Morgan Stanley-. Sin embargo, el cartel continúa dividido entre los productores que necesitan a toda costa un repunte del barril para apuntalar sus maltrechas finanzas -como sería Venezuela- y los que prefieren y se pueden permitir aguantar para ganar peso y cuota de mercado -caso de Arabia Saudí-.
De hecho, la semana pasada varios países entre los que se encuentra Nigeria reclamaban una reunión de urgencia de la OPEP para analizar la situación y tomar medidas al respecto antes del encuentro previsto para el próximo mes de junio.
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