Las palabras recientes de Greenspan y las acciones de del Consejo de la Reserva Federal para aumentar los tipos nominales de interés han dejado a muchos economistas y analistas financieros preguntándose si están en el mismo planeta en el que él habita. Especialmente desconcertante fue su aparición ante el Comité de Banca de la Cámara el jueves 17 de febrero de 2000 y su discurso del 6 de marzo en el Boston College, tras el cual el Dow cayó casi doscientos puntos. El mercado sigue temblando después de cada discurso que pronuncia previendo más aumentos en el tipo de interés de la Fed.
Entre otras cosas, en la aparición del Comité de Banca Greenspan consideró los recientes aumentos en la productividad como un problema porque: “el repunte en la productividad tiende a crear aumentos aún mayores en demanda agregada que en potencial oferta agregada”.
Esto pasa, argumentaba, porque los aumentos en productividad estimulan previsiones optimistas de ganancias empresariales, lo que a su vez impulsa al alza los precios de las acciones, generando percepciones de consumo de riqueza incrementada y aumentando su gasto.
En Boston College dijo que “la demanda general de bienes y servicios no puede exceder crónicamente la tasa subyacente de crecimiento de la oferta” y que la “vigilante Reserva Federal” trabajará para “efectuar el necesario alineamiento” de ambas.
La conclusión es su opinión de que los precios de las acciones no deberían aumentar anualmente más que lo que suban las rentas nominales de consumo. La implicación es que la Fed aumentará los tipos de interés para disminuir la subida en los valores de activos, así como retraer el gasto en consumo resultante.
Añadamos a esto la aparente falta de voluntad del presidente de la Fed por definir “dinero” para el Comité de Banca y parece un enigma a afrontar por la comunidad financiera. “¿De qué está hablando y qué va a hacernos el jefe de policía del DINERO federal, a nosotros y a nuestros actuales tiempos prósperos?”
Mi opinión es que Alan Greenspan es realmente un teórico monetario de la “Escuela cripto-Austriaca”, cuyas declaraciones públicas son una pantalla de humo para sus opiniones reales. Esas opiniones se traducen en políticas contra-cíclicas que cree que evitarán las consecuencias inevitables de la actual “burbuja” bursátil aumentada por la expansión del dinero y el crédito y el actual gasto desbocado.
Y esas opiniones derivan de su romance con la economía austriaca hace un cuarenta años cuando era un consultor económico independiente y miembro del “colectivo interno” de objetivistas intelectuales de Ayn Rand.
Se encuentra algún apoyo a esta idea en notas que tomé en un curso universitario de economía a principios de la de cintas del curso de Greenspan sobre “La economía de la Sociedad Libre”, ofrecida a través del Instituto Nathaniel Branden (una oficina de conferencias objetivistas). Tras un resumen de partes relevantes para la discusión monetaria actual, la pongo en contexto de la teoría austriaca del ciclo económico, los acontecimientos actuales, las declaraciones de Greenspan y las recientes acciones de la Fed.
Hay al menos cuatro razones para pensar que es improbable que las opiniones económicas de Greenspan hayan cambiado drásticamente desde esos días felices del objetivismo:
- Alan Greenspan tenía treintaymuchos años entonces y era un consultor económico independiente en Nueva York. O estaba enseñando aquello en lo que creía o era un repugnante hipócrita. Por lo poco que probablemente estaba percibiendo y la naturaleza pública de las clases que daba y grababa, es virtualmente imposible pensar que le preocupara la hipocresía. Los costes de oportunidad parecerían prohibitivos.
- Antes de que el objetivismo experimentara los cismas de finales de los 60, yo estaba en un programa convencional de grado en economía y estaba aburrido de él. Escribí a Alan Greenspan expresando mi insatisfacción y pidiéndole consejo sobre si continuar en mi programa o mudarme a otra universidad. En su respuesta del 9 de diciembre de 1966, comentaba que otros “objetivistas” académicos “habían tenido la misma dificultad” y “generalmente han completado sus doctorados (por muy difícil que les resultara) y posteriormente continuado su educación”. El tono era de simpatía y el consejo universitario.
- Alan Greenspan fue durante varios años un socio cercano de Ayn Rand, uno de los intelectos más brillantes y agresivos de su siglo. Muchos otros fueron ensartados (solo hay que recordar el “juicio” de Joey Rothbard) por él para permanecer en el círculo interior mediante engaños y adulaciones. Debe haber creído en lo que enseñaba (y supuestamente practicaba) como consultor económico de mucho éxito.
- Varios otros miembros del “colectivo interior” (por ejemplo, Murray Rothbard, Nathaniel Branden, George Reisman) iban a conseguir cierto grado de fama en sus profesiones respectivas similares a la lograda por Alan Greenspan como presidente de la Fed. Hasta donde yo sé, nadie rechazó sus opiniones previas o alteró drásticamente sus fundamentos filosóficos o teóricos básicos.
Si sus opiniones son ahora una evolución de otras anteriores, ¿cuáles eran esas anteriores y cómo pueden proporcionar una base para alguna comprensión de las palabras y acciones actuales? Primero, un resumen de las notas relevantes del curso.
En la primera lección, el “Dinero” se define como “ese producto (las cursivas son mías) que sirve como medio de intercambio y puede por tanto usarse como almacén de valor; es ese producto que es aceptable universalmente por todos los participantes en una economía de intercambio como pago para sus bienes”. Continúa estipulando que debe ser duradero (como el metal) y un lujo (para que se escaso y de alto valor unitario).
Había un énfasis en lo deseable de un patrón oro (y posteriormente en la lección 6 una afirmación de que un patrón oro internacional tendería a minimizar los ciclos económicos mundiales) y, en una minihistoria de las crisis bancarias estadounidenses durante la lección 8, una referencia a la creación del Sistema de Reserva federal como “un desastre histórico”.
Más interesante para los austriacos era su explicación de la “preferencia temporal” y “la tasa de descuento futuro”. Esto ocurre primero durante la lección 4 sobre teoría de la producción. Los bienes de producción se afirma que tienen valor actual basado en posibilidades de producción futura. Además, el derecho a recibir valores materiales en el futuro tiene un valor actual y ese valor presente es siempre inferior que su valor futuro. Dice que los seres humanos viven en el presente y tienen una preferencia temporal, lo que equivale a descontar valores de bienes futuros, incluyendo el dinero, teniendo aquellos bienes solo valor en primer lugar, porque, con el tiempo, se convertirán en bienes presentes.
La tasa de descuento futuro (TDF) se argumenta que está relacionada directamente con la incertidumbre del futuro desde el punto de vista del individuo que toma decisiones. No deriva de fenómenos de mercado, sino que se determina por factores psicológicos y es el parámetro básico de la economía libre. La definición concreta de la tasa de descuento futuro viene dada como “la cantidad en porcentaje por la que el individuo reduce derechos a dinero futuro para expresarla en términos de valor actual”. Cuanto más alta sea la TDF, menos vale lo presente.
Para los productores, la TDF se dice que depende del grado de productividad material de los bienes de producción y tiende a ser igual a la tasa de beneficio, ajustada al tiempo. Los propios beneficios se acumulan por el uso de bienes de producción y dependen de sus características físicas. La bolsa es el comercio organizado de vieja maquinaria. Así que se afirmaba que habría una tendencia a que los precios de las acciones de una empresa equivalgan al precio de compra de bienes de producción manufacturados usados por la empresa y a variar con los precios de nuevos bienes de producción.
Lo más importante es que en este punto se argumenta que el mercado bursátil es el núcleo central de las preferencias de valor en una economía libre y por tanto es el regulador de la producción de bienes de producción.
Mis notas sobre la lección 5 son fragmentarias; sin embargo, se refería de nuevo la TDF como determinada por factores psicológicos. Luego decía que el retorno medio obre capital invertido no solo no estaba determinado por el mercado, sino que era igual a la TDF media. Luego se afirmaba que el nivel salarial medio era más alto cuanto menor fuera la TDF y, como la intervención pública aumenta la TDF, rebaja el salario medio. En la lección 8, Greenspan decía que aunque el sistema bancario actúa para disminuir la TDF, durante la década de 1930, las acciones públicas aumentaron la incertidumbre y por eso la aumentaron.
La última lección en la serie incluía una explicación de que el uso de fuerza en una sociedad libre es inmoral; de que cuanto mayor sea la cantidad de intervención del gobierno, más inmoral (y menos productiva) es la sociedad y de que el laissez faire es la forma más moral y práctica de sociedad. Es la única forma de sociedad basada en el principio filosófico de que cada hombre es un fin en sí mismo. Mucha de la última lección se dedicaba a argumentar la viabilidad del laissez faire.
Por supuesto, todo lo anterior se refiere a una sociedad completamente libre y, debido a que los Estados Unidos de América no lo son, cualquier argumento basado en las ideas expresadas en este curso tendría que ajustarse a las diferencias. Aun así, la estructura básica está ahí y creo posible ese ajuste, como sigue.
Es difícil relacionar el argumento de Greenspan de la década de 1960 con la teoría austriaca de la producción. La referencia a la preferencia temporal y la TDF parece mezclar opiniones de consumo con otra de producción y beneficio. Manteniéndose en el lado de la producción, la TDF parecería ser el factor de interés que reduce el valor total esperado de bienes futuros de primer orden (“bienes presentes”) para proporcionar un valor total limitador para los bienes actuales de orden superior (“bienes de producción”) a usar para producir esos bienes futuros de primer orden. La Tasa de beneficio (ajustada al tiempo) sería igual a la TDF si los precios actuales totales de bienes de orden superior fueran iguales al límite de valor. La TDF depende por tanto de la productividad esperada del valor de bienes de orden superior y la longitud esperada del periodo de producción. La competencia entre empresas establecería los precios de bienes de orden superior de forma que la tasa de beneficio tendería a ser igual a la TDF.
Para que los precios de las acciones de una empresa (supongo que Greenspan quería decir el valor total de los activos en papel de la empresa) tiendan a ser iguales al precio de compra de los bienes de producción recién manufacturados usados por la empresa (supongo que quiere decir el valor de todos sus activos materiales), esos activos materiales tendrían que comprarse a valores actuales establecidos por la TDF aplicados al valor futuro esperado de producción. Esto haría de los precios de las acciones de las empresas especializadas en la producción de bienes de orden superior aumenten más que los de producción de bienes de orden inferior durante un periodo de expansión.
Y para que la bolsa pueda decirse que sea el regulador de la producción de bienes de producción, los precios aumentados de las acciones tendrían que reflejar valores de producción futura esperados superiores y, por tanto, justificar un aumento de producción de bienes de orden superior.
Según la teoría monetaria austriaca del ciclo económico, un periodo de expansión del crédito bancario lleva a los tipos nominales de interés por debajo de los reales. Luego, la estructura de producción empieza a alargarse al expandirse la inversión en bienes de orden superior más rápidamente que en los sectores de los bienes de orden inferior. Los precios de las acciones de los primeros aumentan más rápidamente que los de los últimos.
El gasto de consumo también aumenta al caer el desempleo y aumentar los salarios, hasta que la inflación aparece cuando los productores de bienes de orden superior acumulan recursos de productores de bienes de orden inferior y los consumidores sufren un ahorro forzoso. Los beneficios en los productores de bienes de orden inferior empiezan a quedarse atrás. Salvo que pueda acelerarse la expansión del crédito, los tipos nominales de interés acabarán aumentando afectando a la producción de bienes de orden superior y convirtiendo el auge en declive.
Volviendo a los acontecimientos actuales, las acciones de la Fed y los pronunciamientos de Greenspan, es notable que no haya un acuerdo extendido sobre lo que ha estado haciendo la oferta monetaria en los pasados años. La Fed parece haber perdido el interés en ello y se centra en la tasa de fondos federales, el presidente de la Fed evita definirla y muchos comentaristas señalan cuántas cosas parecen hoy funcionar como dinero, así como cuántos miles de millones de dólares han sido exportados al resto del mundo para financiar transacciones internacionales y mercados internos de países demasiado numerosos como para mencionarlos. El ahorro de consumo está en mínimos históricos, mientras que tomar prestado para financiar consumo se ha acelerado últimamente.
La productividad en el último trimestre de 1999 se estima que ha aumentado al ritmo más rápido desde 1992. Los aumentos salariales siguen siendo relativamente bajos, pero las prestaciones médicas, de jubilación y otras no pecuniarias se están multiplicando a un ritmo rápido.
Antes de las acciones de la Fed para aumentar la tasa de fondos federales cinco veces dentro del pasado año (y comentarios recientes de Greenspan sobre bolsa, productividad, gasto de consumo y préstamos bancarios), las bolsas estaban estableciendo récords de crecimiento de activos. E incluso desde entonces el NASDAQ de alta tecnología (orientadas a productos acabados de orden muy superior) está estableciendo nuevos récords.
Añadamos a esto la complicación de los crecientes precios de la energía dirigidos por cárteles, así como el aumento en los precios del acero, los materiales de construcción y otros bienes básicos de orden superior y parecería que hay amplio suministro para un molino austriaco.
Ahora, la especulación. Si Alan Greenspan es un cripto-austriaco y no quiere esperar a la “corrección natural”, pero cree que es posible frustrarla, podría hacer lo siguiente: Si no ve forma de controlar la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, podría aumentar lentamente el tipo de los fondos federales para exprimir el beneficio de productores de bienes de orden superior y acortar la estructura de producción, para ajustarla mejor a las preferencias aparentes de los consumidores.
Esto también aumentaría la TDF, al aumentar la incertidumbre, y rebajaría los precios de las acciones, las tasas de productividad y los aumentos salariales. El desempleo empezaría a aumentar y el gasto de consumo a ralentizarse. Lo que podríamos esperar es trampear un aterrizaje suave, en lugar de experimentar el tipo de “corrección” de la década de 1930 por la que la Fed es conocida entre los austriacos.
No es la “alineación” entre demanda agregada y oferta agregada lo que está buscando realmente Greenspan. Es la relación entre demanda de consumo y de producción en el contexto de la estructura de producción de bienes de orden inferior frente a bienes de orden superior. La expansión del crédito es la causa, pero el control de demanda y oferta es indirecto por medio de tipos nominales de interés en nuestra economía contemporánea, en la que el dinero no es un producto y la Fed no puede controlar directamente la expansión del dinero y del crédito.
Publicado el 24 de marzo de 2000. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
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