En años recientes, hemos visto cada vez más análisis económicos con tintes austriacos de inversores como Mark Spitznagel y Jim Rogers, por nombrar solo a dos. Como alguien implicado personalmente en el mundo de la inversión, ¿ha visto crecimiento en las ideas austriacas entre los inversores y profesionales similares?
Robert Blumen: Ha habido un tremendo crecimiento en el interés por la economía austriaca entre profesionales financieros. Empecé con un grupo de interés por los austriacos en finanzas en Linkedin, que, en unos pocos años, ha crecido hasta casi 2.000 miembros de EEUU, Sudamérica, Asia Oriental, Central y del Sur, África y Europa Oriental y Occidental. Peter Schiff aparece habitualmente en programas sobre economía. El Instituto Mises arrastró a miles de personas del mundo de la inversión a un evento en Manhattan.
Desde 2002, han aparecido varios libros de tema austriaco en economía financiera. Junto con títulos de escritotres conocidos como James Grant, está Paper Money Collapse, de Detlev Schlichter y varios libros de Peter Schiff. Hay muchos bloggers populares como Grant Smith y Robert Wenzel. Más de dos millones de audiencia tuvo un vídeo de 2006 en el que una serie de presentadores condescendientes de medios de comunicación ridiculizaban a Peter Schiff, quien, hay que reconocerlo, no retrocedió ante su petulancia.
¿Ayudó la crisis financiera de 2008 a aumentar la simpatía por la economía austriaca?
Robert Blumen: He oído la misma historia de mucha gente en finanzas. Cuando se produjo el declive de 2000 (o de 2008), no se ajustaba a lo que les habían enseñado en la universidad, ni podía explicarse dentro de los sistemas de creencias de sus colegas en mercados financieros. Su siguiente paso fue leer, buscando respuestas y luego encontrando los escritos de Mises, Hayek o Rothbard que las permitieron dar sentido a lo que había ocurrido.
Para responder a su pregunta, sí, creo que el fracaso de las teorías económicas populares (evidenciadas por estas crisis inexplicables) ha dirigido la búsqueda de ideas superiores. El Instituto Mises ha estado publicando durante años, explicando estos ciclos de auge y declive con economía austriaca. Cuando la gente buscaba, muchos acababan en Mises.org.
A pesar de lo deslucido del crecimiento de Main Street, Wall Street parece bastante feliz con el crecimiento de los dos últimos años. Para el observador lego, podría argumentarse quela Fed ha gestionado bien las cosas. ¿Qué ve de problemático en la aproximación actual y hay alguien en el mundo financiero escéptico ante la estrategia actual de la Fed?
Robert Blumen: La Fed tiene una serie de teorías erróneas apoyando su creencia en que precios mayores en bolsa indican el éxito de sus políticas.
La primera es pensar que los precios de activos son riqueza real, cuando son solo los precios de los bienes de capital, que son una forma de riqueza real. Los precios de activos, en términos reales, son los tipos de intercambio entre bienes de consumo y bienes de capital. Los precios de activos estimulados artificialmente solo significan que los propietarios de los activos que los compraron a precios más bajos han aumentado sus posibilidades de consumo en relación con los no propietarios de activos. Los propietarios de la mayoría de los activos, los llamados “1%” son los beneficiarios de las políticas de la Fed.
No hay beneficio económico sistémico para ningún valor concreto para precios de acciones. Los jóvenes que ahorren para el futuro y los empresarios que buscan conseguir bienes de capital a precios de saldo preferirían que precios bajos en bolsa les ofrecieran un mejor negocio. Pasa lo mismo con cualquier otro bien.
Su segundo error es que precios más altos en bolsa creen un “efecto riqueza” en el que la gente ve aumentar los valores de sus activos, se sienten más ricos y consecuentemente ahorran menos y gastan más. Su objetivo es estimular el consumo hinchando los precios de activos. Como keynesianos, están todos a favor de esto porque piensan que el consumo dirige la producción.
El pensamiento económico correcto ha reconocido, al menos desde la escuela clásica, que la producción debe preceder al consumo y la producción dirige la demanda, no al contrario. La Fed no entiende nada de esto porque no entienden el propósito de los bienes de capital en el proceso de producción, que es aumentar la productividad del trabajo.
Creen también esto respecto de los precios de las viviendas, lo que es en realidad una mentira aún mayor porque las viviendas son bienes de consumo. Un nivel de vida creciente significa que podemos comprar bienes de consumo a precios reales inferiores, no superiores, a la largo de la vida.
Y finalmente ven a la bolsa como una especie de referéndum sobre sus políticas. Apuntan a la bolsa y dicen: “mira, el mercado aprueba lo que estamos haciendo”. Pero cuanto te das cuenta de que, mediante su expansión monetaria, la propia Fed es responsable de la subida de la bolsa, esto pone en duda si podemos usarla como medición independiente de la opinión pública o más bien a la Fed votándose a sí misma con el dinero que imprime.
Los pensadores financieros con conocimientos austriacos entienden esto. Hay cientos de blogs y sitios de comentario de orientación austriaca, así como excelentes sitios heterodoxos con una perspectiva muy cercana a los austriacos, como Zero Hedge, Jim Rickards, Marc Faber y Fofoa.
Hemos estado hablando principalmente acerca de EEUU hasta ahora, pero, hablado globalmente, ¿ve alguna área de especial preocupación, como China o la Eurozona?
Robert Blumen: La asignación del crédito en China no se basa en el mercado. Importan la inflación de la Fed mediante su paridad monetaria, que desvía dólares hacia su fondo soberano donde se “invierten” por burócratas en diversas formas de activos de la zon dólar. Sus ahorros nacionales van a su sistema bancario, donde se desperdicia en proyectos favorecidos políticamente debido a la asignación de crédito bancario sin considerar el mercado. Todo el sistema está experimentando una serie de burbujas en inmuebles y otros sectores.
Esta tasa de gasto en infraestructura para economías comparablemente desarrolladas es aproximadamente el doble del normal. Esto pasa porque los cargos del partido comunista están bajo gran presión para cumplir los objetivos de PIB, como si la prosperidad pudiera existir llegando a una cifra. Infraestructuras como carreteras y ciudades vacías, presentan una oportunidad para gastar una gran cantidad de dinero, todo en un lugar, en un montón de Cosas Muy Grandes, que bajo el cálculo económico basado en el mercado se revelaría como desperdicio.
Los problemas en Europa son una combinación de deudas masivas que nunca podrán pagarse, los títulos no presupuestados y el crecimiento de las cargas de los productores, un tema del que me ocupé en mi reciente artículo de Mises Daily sobre la ley de Say. Esta carga consiste en la totalidad de regulación, impuestos, precios inflexibles y mercados laborales y la amenaza de confiscación de riqueza. Si se proyectan estas tendencias en el futuro cercano, no estoy seguro de dónde se cruzan las líneas, pero el sistema es claramente insostenible en su forma presente, porque confía en sostener los niveles actuales de consumo mientras la gente produce cada vez manos.
Publicado el 4 de julio de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.
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